Exilio y peregrinaci¨®n de m¨²sicos espa?oles a Inglaterra
Dos artistas espa?oles, entre otros, mantienen en la actualidad el prestigio de la m¨²sica espa?ola en Inglaterra el violinista Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Asensio y la arpista Marisa Robles. Son dos ejemplos del ¨¦xodo de m¨²sicos importantes que han optado por acercarse, en los ¨²ltimos tiempos, a un entorno m¨¢s propicio para el desarrollo de su dedicaci¨®n. Pero esta emigraci¨®n de m¨²sicos a Inglaterra no es nueva se remonta a la ¨¦poca absolutista del siglo XIX.
Aunque no tan amplia y persistente como en Francia, la presencia de m¨²sicos espa?oles en Inglaterra constituye un cap¨ªtulo digno de atenci¨®n. No hablemos de la emigraci¨®n liberal (1823-1834) provocada por el per¨ªodo absolutista, tan hondamente estudiado por Vicente Llorens, pues supone un caso aparte. Entre las mil familias instaladas en Londres encontramos al aragon¨¦s Mariano Rodr¨ªguez de Ledesma (1773-1847), profesor durante su exilio de la princesa Carlota de Gales, para la que escribi¨® sus Ejercicios de vocalizaci¨®n; al beat¨ªfico Santiago de Masarnau (1805-1882), creador de m¨²sica l¨²gubre, elegante y apasionada, al decir de Pedro de Madrazo en El artista.Personalidad musical importante de aquel exilio liberal (?ser liberal en Espa?a es ser emigrado en potencia?, escribi¨® Larra) fue Jos¨¦ Melchor Gomis (1791-1836), profesor y explotador de lo t¨ªpico espa?ol en la capital brit¨¢nica, cuyos ¨¦xitos mayores los obtendr¨ªa en Par¨ªs, con ¨®peras como Aben Humeya, de 1830 (el a?o de la batalla de Hernani), y El diablo en Sevilla, 1831. Al maestro de Onteniente se le adjudic¨®, durante mucho tiempo, la paternidad del Himno de Riego, lo que no parece cierto, aunque realizase alguna instrumentaci¨®n de dicho canto.
Si aludimos a los guitarristas Fernando Sor y Trinidad Huerta, habremos dise?ado, en sus puntos m¨¢s significativos, un exilio musical espa?ol digno de estudiar con el m¨¢ximo detalle.
Tres maestros
En nuestro siglo, y refiri¨¦ndonos s¨®lo a artistas residentes, es justo recordar la figura de Pedro Garc¨ªa Morales, onubense, considerado tanto en su calidad de m¨²sico como en la de poeta, cuyo Boceto andaluz estrenara P¨¦rez Casas con la Filarm¨®nica. Durante d¨¦cadas hizo una labor de difusi¨®n de nuestra m¨²sica en Inglaterra que no merece el olvido que le dispensan, incluso, importantes enciclopedias especializadas.Otro tanto cabr¨ªa decir de Angel Grande, madrile?o, cuyo prestigio de director se mantuvo durante toda su estancia en Londres y que presidi¨® la Sociedad Anglo-Espa?ola de M¨²sica de C¨¢mara. Algo tuvieron que ver con Garc¨ªa Morales y Grande algunos viajes de Falla a las islas Brit¨¢nicas, as¨ª como el estreno de bastantes partituras del llamado nuevo renacimiento musical espa?ol contempor¨¢neo. El violinista Antonio Brosa, nacido el mismo a?o que Angel Grande (1894), despu¨¦s de brillantd carrera se asent¨® en el Royal College como profesor.
Desde la guerra civil hasta hoy
El exilio producido por la guerra civil (1936-1939) llev¨® a Londres a tres personalidades musicales: Robert Gerhard, uno de nuestros primeros compositores, que, no sin raz¨®n, los ingleses Consideran suyo en gran parte; Manuel Lazareno, disc¨ªpulo de Conrado del Campo, que en la BBC puso m¨²sica a la versi¨®n radiof¨®nica del Quijote, realizada por otro espa?ol, Angel Ara. Y, en fin, Eduardo Mart¨ªnez Torner, el folklorista asturiano, cuya biograf¨ªa acaba de publicar la Universidad de Oviedo, escrita por Mar¨ªa Luisa Mallo del Campo.Actualmente, dos artistas mantienen de manera constante el prestigio musical espa?ol en Londres: Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Asensio, violinista, y la arpista Marisa Robles. Cualquiera que frecuente el medio musical londinense puede comprobar la realidad de ese prestigio que alcanza la categor¨ªa de autoridad. Garc¨ªa Asensio, como concertino-director de la Orquesta de C¨¢mara Inglesa es respetado y escuchado con inter¨¦s por los profesores, de primera categor¨ªa, que forman su orquesta. Como Brosa, con el que Garc¨ªa Asensio estudi¨®, Jos¨¦ Luis ense?¨®, durante diez a?os, en el Royal College, una de las m¨¢ximas rev¨¢lidas que un profesor puede obtener en la capital brit¨¢nica.
De la labor de Garc¨ªa Asensio con su grupo -o a trav¨¦s de sus actuaciones como solista- tenemos noticia viva y relativamente frecuente en Espa?a.
Heredera directa del arte de su profesor, Luis Men¨¢rguez, y de la universalidad de Nicanor Zabaleta, Marisa Robles se desenvuelve en Londres con aire protagonista. El orden de aquel ambiente, la seriedad que informa la vida profesional, recibe constantemente la inyecci¨®n espirituosa, plena de nervio, de Marisa, presta a la ense?anza, al repertorio o a la primera audici¨®n. En sus tourn¨¦es con el flautista James GaIway, en sus conciertos con orquesta, en sus recitales, la personalidad de la arpista espa?ola se muestra, d¨ªa a d¨ªa, madura y avasalladora.
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