Eanes, centro de atenci¨®n pol¨ªtica ante la nueva crisis portuguesa
Ahora que la crisis, latente en la coalici¨®n de centro-derecha desde la muerte de Francisco Sa Carneiro y la derrota del candidato conservador a la Presidencia de la Rep¨²blica, ha colocado, una vez m¨¢s, a Portugal frente a la necesidad de escoger una nueva orientaci¨®n pol¨ªtica, todas las miradas se vuelven, una vez m¨¢s, hacia la Presidencia de la Rep¨²blica.Los dirigentes de Alianza Democr¨¢tica, y los socialdem¨®cratas m¨¢s que nadie, son conscientes de que, cualquiera que sea la soluci¨®n encontrada para la crisis actual, Alianza Democr¨¢tica no podr¨¢ nunca m¨¢s volver a ser lo que fue en el intervalo de las elecciones generales de 1979-1980, bajo la presidencia incontestada de Sa Carneiro. Un sector del PSD, otro del CDS y el peque?o partido mon¨¢rquico har¨¢n lo posible para mantener el proyecto inicial, pero no se entrev¨¦ cu¨¢l podr¨¢ ser el l¨ªder capaz de reunirlos de nuevo.
No existe dentro del PSD una personalidad capaz de sustituir a Pinto Balsem?o, que, fue escogido en enero por el sistema de eliminaci¨®n. Balsem?o no est¨¢ dispuesto a intentar una nueva experiencia, que podr¨ªa significar el ocaso definitivo de su carrera pol¨ªtica, y muy pocos son los socialdem¨®cratas dispuestos a confiar la presidencia del Gobierno y de Alianza Democr¨¢tica al jefe del segundo partido de la coalici¨®n, Francisco Freitas do Amaral.
Dada la mayor¨ªa de que dispone Balsem¨¢o en los ¨®rganos dirigentes del PSD, sus partidarios tendr¨¢n la ¨²ltima palabra acerca de la personalidad que se presente al consejo nacional de la coalici¨®n, el pr¨®ximo s¨¢bado, para intentar la formaci¨®n del futuro Gobierno. Sin una capitulaci¨®n incondicional -ahora poco probable- de sus adversarios, Balsem?o tiene la tentaci¨®n de confiar la resoluci¨®n de la disputa a un congreso extraordinario del partido.
Si es la soluci¨®n pol¨ªticamente m¨¢s l¨®gica, dos argumentos de mucho peso se oponen a una salida de este tipo: el Congreso no puede reunirse antes de dos o tres meses, y habr¨¢ que resolver la cuesti¨®n de qui¨¦n gobierna durante este per¨ªodo. Por otro lado, lejos de resolver la crisis, la convocatoria del congreso extraordinario puede desembocar en una divisi¨®n que ser¨ªa el fin del PSD, el desmantelamiento de Alianza Democr¨¢tica y har¨ªa inevitable la convocatoria de elecciones generales anticipadas, que podr¨ªan, a su vez, facilitar la victoria de los socialistas.
Divisi¨®n entre los cr¨ªticos
Entre los sectores cr¨ªticos a Balsem¨¢o, unos entienden que debe permanecer como presidente del partido; otros defienden la institucionalizaci¨®n de Alianza Democr¨¢tica (mediante una progresiva fusi¨®n de los dos partidos); otros, al contrario, consideran que el PSD debe recuperar el liderazgo de la coalici¨®n y del Ejecutivo.Del lado del CDS, Freitas do Amaral nunca escondi¨® que deseaba la sustituci¨®n de Balsem?o, pero esperaba una clara derrota del actual primer ministro.
La iniciativa de este ¨²ltimo lo envuelve en la acusaci¨®n, formulada por el presidente del PSD, contra aquellos que no le permitieron ejercer el mandato. Las primeras palabras p¨²blicas de Freitas do Amaral han sido de elogio a Balsem?o y una llamada a "todos los dirigentes de Alianza Democr¨¢tica a unirse cada vez m¨¢s para encontrar una soluci¨®n de consenso para la crisis".
La oposici¨®n no har¨¢ nada que pueda facilitar la recomposici¨®n interna de la mayor¨ªa. Para los socialistas, Alianza Democr¨¢tica debe ser obligada a quemar sus ¨²ltimos cartuchos hasta la derrota definitiva, clara y democr¨¢tica, que deben ser para ella, seg¨²n las previsiones de Mario Soares, las elecciones municipales de 1982.
Los comunistas, en cambio, exigen la disoluci¨®n del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas. Saben que el presidente Eanes no est¨¢ dispuesto a aceptar esta responsabilidad y no encaran siquiera la eventualidad de solicitar una reuni¨®n extraordinaria del Parlamento.
?Hasta qu¨¦ punto el presidente Eanes podr¨¢ mantenerse ajeno a la soluci¨®n de la crisis? Tendr¨¢ que pensar muy bien las decisiones a tomar, ya que, por un lado, la crisis de Alianza Democr¨¢tica redunda, objetivamente, en un refuerzo de su propio prestigio; pero, por otro lado, la opini¨®n p¨²blica no puede aceptar indefinidamente una ausencia de gobernaci¨®n clara.
El domingo, Eanes afirm¨® que, de momento, la crisis est¨¢ limitada al ¨¢mbito de los partidos y no le compete interferir en su desarrollo. Pero tambi¨¦n record¨® que los poderes constitucionales de que dispone le dispensan de aceptar "cualquier personalidad" indicada para la jefatura del Gobierno. En otras palabras: el futuro primer ministro deber¨¢ contar tambi¨¦n con la confianza del general presidente.
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