29 mineros llevan encerrados una semana en la catedral de Santander

Los trabajadores de Mina de Camargo, propiedad de la empresa Nueva Monta?a Quijano, de Santander, se encuentran desde hace una semana encerrados en la catedral y en situaci¨®n de huelga de hambre permanente hasta que las autoridades laborales y la empresa propietaria de la mina accedan a sus peticiones.

El conflicto de Mina de Camargo surgi¨® cuando Nueva Monta?a cerr¨® su alto horno y traslad¨® a Aceriasa, que acababa de ser inaugurada, este tipo de actividad industrial, en la que la nueva tecnolog¨ªa sustituye el hierro por la chatarra. Inmediatamente se intent¨® clausurar la mina y, ante la presi¨®n de los trabajadores, que se encerraron en su interior, la empresa se comprometi¨® ante la Delegaci¨®n de Trabajo a absorber la plantilla terminados los dieciocho meses de desempleo.En este tiempo, los trabajadores han impedido que el concesionario de la explotaci¨®n de Mina de Camargo desalojara la maquinaria. El viernes de la pasada semana, una orden del Juzgado y del Ministerio de Industria autoriz¨® la salida del material, al tiempo que los trabajadores recib¨ªan la noticia de que la empresa no pod¨ªa cumplir su compromiso de absorci¨®n de plantilla. Despu¨¦s de recurrir a la Delegaci¨®n de Trabajo, ?que se muestra incapaz de solucionar el conflicto?, veintinueve de los 54 trabajadores de Mina de Camargo decidieron entrar en la catedral.

El encierro coincidi¨® con el desarrollo en el claustro catedralicio de una de las actividades del Festival Internacional de Santander. Cuando la polic¨ªa invit¨® a los encerrados a salir a la calle, ¨¦stos se comprometieron a no obstaculizar el recital, recibiendo el apoyo del vicario de la di¨®cesis.

Al cabo de una semana de encierro y huelga de hambre, los mineros comienzan a dar claras muestras de debilidad f¨ªsica.

Un portavoz de UGT de Cantabria, despu¨¦s de visitar a los encerrados en huelga de hambre, declar¨® que su central sindical considera la situaci¨®n como ,?il¨®gica dentro de la l¨®gica sindical? y propia de hace muchos a?os, pero ?ante la actitud de la patronal y la Delegaci¨®n de Trabajo, que al igual que el Gobierno Civil no quieren comprometerse en este caso de clara injusticia, comprendemos el encierro. Sus protagonistas y quienes por su edad no pueden acompa?arles, aun siendo de la plantilla, cuentan con nuestro apoyo incondicional?.