La declaraci¨®n de Guti¨¦rrez Mellado sobre el 23-F revela que pudo producirse una matanza

Uno de los aspectos hasta ahora m¨¢s resaltado por los golpistas y algunos de los defensores de los asaltantes al Congreso el 23 de febrero -la supuesta voluntad de no causar da?os f¨ªsicos a los retenidos- queda b¨¢sicamente desmontada por el teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado, en la declaraci¨®n sobre los hechos que consta en el sumario, y que ayer difundi¨® Europa Press.

Seg¨²n confirma el entonces vicepresidente del Gobierno, inmediatamente despu¨¦s de las r¨¢fagas de metralleta disparadas en el hemiciclo, el teniente coronel Tejero dijo lo siguiente: ?Basta ya, no vayamos a darle a alguno de los nuestros?.La advertencia del teniente coronel golpista era oportuna, porque, como se recordar¨¢, muy poco despu¨¦s de que se produjeran los disparos, varios miembros de la Guardia Civil comenzaron a aparecer en las tribunas de Prensa y de p¨²blico, de acuerdo con el plan trazado por los golpistas. Que todos los disparos realizados desde el centro del hemiciclo no fueron dirigidos al techo, resulta evidente mediante la observaci¨®n de los impactos de bala que figuran en la parte delantera inferior de las tribunas de Prensa y de p¨²blico, con el consiguiente riesgo f¨ªsico para quienes se hallaban a pocos cent¨ªmetros de los impactos.

Junto a la exclusiva preocupaci¨®n de Tejero por quienes ¨¦l llam¨® ?los nuestros?, en la declaraci¨®n del teniente general Guti¨¦rrez Mellado se ofrece una serie de observaciones del m¨¢ximo inter¨¦s no s¨®lo sobre el hecho golpista en s¨ª, sino sobre la forma de ejecuci¨®n indecorosa y deplorable desde el punto de vista militar. Recogemos algunos pasajes de la declaraci¨®n del teniente general Guti¨¦rrez Mellado, seg¨²n la transcripci¨®n de Europa Press:

-Me dirig¨ª al teniente coronel Tejero para intentar reducirle, de acuerdo con lo que precept¨²an las disposiciones legales, ante un inferior que toma una actitud como la que adopt¨® el teniente coronel Tejero. No recuerdo lo que le dije, pero fui interceptado por un grupo de guardias, entre los que, al parecer, y seg¨²n fotos que he visto posteriormente, figuraban algunos oficiales. En el forcejeo sufr¨ª ¨²nicamente unos peque?os ara?azos en la barbilla, al ser rechazado. Me negu¨¦ terminantemente a obedecer las ¨®rde nes de tumbarme en el suelo, y, entonces el teniente coronel Tejero me intent¨® derribar por la espalda, poni¨¦ndome una especie de zancadilla.

Sadismo

-Quiero hacer constar que frases como las de ?Manitas fuera?, ?Esto se mueve? (refiri¨¦ndose a la metralleta) y otras del mismo estilo ten¨ªan una tr¨¢gica iron¨ªa y demostraban un cierto sadismo ( ... ), con un esp¨ªritu del mayor revanchismo.

-Al iniciar el encierro en la habitaci¨®n (junto a Rodr¨ªguez Sahag¨²n, Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra y Santiago Carrillo) nos pusieron una guardia que al principio fue de seis hombres, al mando de un sub-oficial o clase, que permanec¨ªan de pie y apuntando con las metralletas ( ... ). Uno de los guardias civiles daba muestras de gran nerviosismo y miraba insistentemente a Carrillo acariciando la metralleta.

-Consigui¨® entrar en el hemiciclo el que entonces era mi ayudante, comandante de Caballer¨ªa Jos¨¦ Luis Gorostegui, quien se sent¨® en la escalerilla al lado del presidente Su¨¢rez, intercambiando unas palabras con ¨¦l y conmigo. En ese momento, el teniente coronel Tejero se dirigi¨® al citado comandante, dici¨¦ndole: ?Tito, porque seas amigo, no te consiento...?. El comandante le interrumpi¨®: ??Yo amigo tuyo? Ni hablar?. Entonces el teniente coronel Tejero orden¨® a los guardias que cogieran al citado comandante y lo sacaran del hemiciclo, a lo que el comandante contest¨®: ?Soy un jefe del Ej¨¦rcito y a m¨ª no me toca ning¨²n guardia?.

No parec¨ªan guardias civiles

-La actitud de los guardias y de sus mandos, incluido el teniente coronel Tejero, era verdaderamente deplorable, tanto por el estado de polic¨ªa, al llevar prendas irreglamentarias, como por sus actitudes, completamente irreglamentarias, que hac¨ªan dudar de que aqu¨¦llos fueran guardias civiles.

-Signific¨® una grave preocupaci¨®n un individuo con una metralleta en la mano, cuya identidad desconozco. No iba vestido de uniforme, pero daba la sensaci¨®n de ser un fact¨®tum del teniente coronel Tejero, tanto por sus actitudes, completamente agresivas, como por la facilidad y soltura de sus movimientos, que le significaban como un presunto dirigente de gran importancia.

-Quiero hacer constar mi indignaci¨®n de que, siendo el ¨²nico militar que se encontraba entre los secuestrados, y jefe natural, por el cargo, del que al parecer ordenaba al teniente coronel Tejero, el teniente general Milans del Bosch, y a quien yo hab¨ªa propuesto para su ascenso a teniente general y su destino a la capitan¨ªa general de Valencia, ¨¦ste no orden¨® que yo fuera tratado con las consideraciones debidas a mi rango militar, y no mezcl¨¢ndome con jerarqu¨ªas o autoridades civiles, descoi¨ªociendo completamente aqu¨¦l (Milans del Bosch), los m¨¢s elementales principios de la ¨¦tica militar.

-Creo recordar que un paisano acompa?¨® al teniente coronel Tejero en sus movimientos en el hemiciclo. El paisano parece que fue reconocido por el ministro de Cultura, I?igo Cavero, y por el comandante Gorostegui, y result¨® ser el coronel Castillejos. Caso de ser cierta esta personalidad, considero que pudiera calificarse de c¨ªnica su actitud, al pasearse con el teniente coronel Tejero ostensiblemente.