La insistencia del general Armada en proponerse como presidente del Gobierno despert¨® sospechas en sus superiores
Distintas declaraciones del m¨¢s alto nivel sobre el intento golpista del 23 de febrero -la del vicepresidente del Gobierno, teniente general Guti¨¦rrez Mellado; la del jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito, teniente general Gabeiras, y la del secretario general de la Casa del Rey, general Sabino Fern¨¢ndez Campo- ofrecen diferentes valoraciones en torno al general Alfonso Armada, seg¨²n los datos sumariales a que tuvo acceso EL PAIS. Guti¨¦rrez Mellado revela el excesivo inter¨¦s demostrado por Armada diez d¨ªas antes del golpe por cuestiones pol¨ªticas. Gabeiras relata las sospechas que le suscit¨® Armada, a quien no autoriz¨® a proponerse como presidente del Gobierno. Fern¨¢ndez del Campo expresa su sorpresa por la excitaci¨®n detectada en Armada y por los procedimientos que consideraba aplicables en aquellas graves horas.
El teniente general Guti¨¦rrez Mellado comienza afirmando desconocer en absoluto la actuaci¨®n del general Armada en el intento golpista, pero aporta otros datos, por si pueden ayudar a esclarecer los hechos ?en el m¨¢s estricto sentido de justicia?. Hace constar que el 13 de febrero, por la ma?ana, el reci¨¦n nombrado segundo jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra se present¨® en el despacho oficial del vicepresidente del Gobierno para Asuntos de la Defensa, y ambos mantuvieron ?una larga discusi¨®n?, en la que Guti¨¦rrez Mellado pudo comprobar el poco inter¨¦s de Armada, a pesar del puesto para el que hab¨ªa sido designado, por los asuntos relacionados con la Defensa, y s¨ª en cambio por otros problemas que afectan a nuestra patria, y sobre todo en relaci¨®n con el Rey.La declaraci¨®n de Guti¨¦rrez Mellado prosigue en estos t¨¦rminos: ?Afirm¨® el general Armada que el prestigio de Su Majestad, dentro del Ej¨¦rcito, era el m¨¢s bajo desde que hab¨ªa ocupado el trono, y critic¨® abiertamente su actuaci¨®n en el Parlamento vasco, as¨ª como las declaraciones que hab¨ªa hecho a la televisi¨®n inglesa. Todo ello, haciendo protestas de sus sentimientos mon¨¢rquicos, tan exagerados que llegu¨¦ a pensar que, por salvar a la Corona, seg¨²n su criterio, pod¨ªa aceptar soluciones contrarias a la persona de Su Majestad?.
Y concluye as¨ª la declaraci¨®n de Guti¨¦rrez Mellado: ?Al preguntarle yo si su divisi¨®n, que acababa de abandonar, ser¨ªa la m¨¢s mon¨¢rquica, ya que estaba bajo su mando, o m¨¢s bien, que hab¨ªa estado, y si estaba seguro de que en ella no se criticaba al Rey, me contest¨® vagamente, diciendo: "Creo que no". No contest¨® mi pregunta sobre el entusiasmo de su unidad por el Rey. Al manifestarle mi obsesi¨®n por la uni¨®n permanente que debe existir en los Ej¨¦rcitos, contest¨® ir¨®nicamente, como luego he podido comprobar, que estuviera tranquilo, que el Ej¨¦rcito estaba muy unido?.
Al final de la extensa declaraci¨®n del general Sabino Fern¨¢ndez Campo, que se inicia en el folio 2.281 del sumarlo, figuran las respuestas a preguntas formuladas a instancias del letrado del general Armada, Ram¨®n de Hermosilla. Tras las notas biogr¨¢ficas que el secretario general de la Casa del Rey aporta sobre el procesado, a quien dice considerarle ?un aut¨¦ntico caballero en todos los ¨®rdenes, de ejemplar vida familiar y leal a la instituci¨®n mon¨¢rquica, seg¨²n deduje siempre de sus manifestaciones?, Fern¨¢ndez Campo se pronuncia sobre la actuaci¨®n de Armada los d¨ªas 23 y 24 de febrero.
?En las conversaciones que mantuve por tel¨¦fono con el general Alfonso Armada Comyn?, dice Sabino Fern¨¢ndez Campo, ?le encontr¨¦ un poco m¨¢s excitado que de costumbre, pues siempre dio muestras de una gran serenidad. Le not¨¦ impresionado por los sucesos que estaban ocurriendo, de gran trascendencia para las Fuerzas Armadas, para el Rey y para Espa?a, y sumamente preocupado por los resultados tr¨¢gicos de la ocupaci¨®n violenta del Congreso?.
Y a?ade el declarante, refiri¨¦ndose a Armada: ?Se ofrec¨ªa con absoluta decisi¨®n y entrega a realizar todas las gestiones necesarias para obtener una soluci¨®n. Aunque yo no coincidiera con algunas de sus propuestas concretas o, mejor a¨²n, no lograra comprenderlas ni explic¨¢rmelas claramente, mostraba un esp¨ªritu de sacrificio que no me sorprendi¨® por el hecho en s¨ª, pues siempre le consider¨¦ capaz de realizar los que fueran necesarios a favor de sus convicciones m¨¢s elevadas, sino por los procedimientos que consideraba aplicables a la situaci¨®n en unas circunstancias dif¨ªciles y decisivas?.
A la tercera pregunta formulada a instancias de la defensa de Armada sobre si el secretario general de la Casa del Rey dijo al procesado ?que fuese al Congreso para tratar de salvar a los diputados?, Fern¨¢ndez Campo manifiesta. que ?en modo alguno parti¨® de m¨ª la idea de que se presentara en el Congreso?. Y a?ade: ?Cuando el general Armada lo propuso en la parte de la conversaci¨®n telef¨®nica que con ¨¦l mantuve despu¨¦s de que su majestad el Rey interrumpiera la que con el general Armada estaba celebrando, le transmit¨ª con toda claridad que si decid¨ªa ir al Congreso con autorizaci¨®n de sus superiores militares, no se presentara all¨ª ni hiciera ninguna proposici¨®n en nombre del Rey, sino que, en todo caso, ir¨ªa a t¨ªtulo personal y de acuerdo con su propia conciencia, si pensaba que as¨ª pod¨ªa obtener una soluci¨®n favorable para la situaci¨®n de quienes estaban en el Congreso. Me dio su palabra de que as¨ª lo har¨ªa?.
Gabeiras no autoriz¨® a Armada a ofrecerse como presidente
En la declaraci¨®n del secretario general de la Casa del Rey queda claro que la decisi¨®n de ir al Congreso deber¨ªa contar con la autorizaci¨®n ?de sus superiores militares?. El inmediato superior del general Armada, el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, teniente general Jos¨¦ Gabeiras, expone en su declaraci¨®n sumaria? -folios 34 y siguientes- que s¨®lo autoriz¨® a Armada ?a parlamentar con el teniente coronel Tejero, a fin de lograr su entrega, pudiendo ofrecerle incluso la posibilidad de salir de Espa?a en avi¨®n, acompa?ado de su familia y con prohibici¨®n absoluta de expresar su oferta de presidir un Gobierno?.
La raz¨®n de esta prohibici¨®n se encuentra, tal vez, en la propia declaraci¨®n sumarial de Gabeiras, ,quien revela que al regresar a las 21.40 horas del d¨ªa 23 a su despacho del Cuartel General del Ej¨¦rcito y pedir informaci¨®n a su segundo (?que en mi ausencia, no s¨¦ qu¨¦ contactos pudo mantener?), el general Armada dice que la situaci¨®n es muy grave, ?ya que las regiones II, IV, V y VII apoyan al general Milans, que el Ej¨¦rcito est¨¢ dividido y que no ve m¨¢s soluci¨®n que la de formar un Gobierno presidido por ¨¦l, para lo cual se presta a ir a las Cortes a hacer esta propuesta, si se le autoriza?.
Gabeiras cuenta que para entonces ya se sab¨ªa que s¨®lo Milans sosten¨ªa la postura de rebelde, por lo que desminti¨® la informaci¨®n de Armada y calific¨® su propuesta de ?totalmente inaceptable?. ?Ante su insistencia?, declara Gabeiras, ?le propongo que ¨¦l y yo vayamos al Congreso para que hiciera tal oferta a Tejero, pero s¨®lo a efectos de que depusiera su actitud. Su contestaci¨®n fue que "yo no ment¨ª nunca a nadie, y no le voy a mentir a Tejero"?. La deduci¨®n que cabe hacer de estas palabras en aquel contexto es que Armada deseaba ofrecerse como presidente del Gobierno no para salvar la situaci¨®n ni para disuadir a Tejero, sino para que su propuesta se convirtiera en realidad y presidir efectivamente el Gobierno de la naci¨®n. Gabeiras as¨ª lo da a entender cuando afirma: ?Ante esta contestaci¨®n empezaron mis sospechas?.
El mensaje de Mu?oz Grandes
En la declaraci¨®n sumarial del secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fern¨¢ndez Campo, manifiesta que no le consta si el mensaje llevado por el coronel San Mart¨ªn al comandante Pardo Zancada, para que abandonara su postura, ?era el mismo pensado inicialmente por el comandante Mu?oz Grandes, ayudante del Rey?, apelando al honor del comandante que se uni¨® a Tejero.
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