En defensa de la salud p¨²blica
Desde hace tiempo, la organizaci¨®n sanitaria espa?ola atraviesa situaciones de vital trascendencia con vistas a un futuro de funcionamiento, control y gesti¨®n. En efecto, basada su estructura en formas arcaicas y burocratizadas de funcionamiento, ha ocasionado un desencanto progresivo en la poblaci¨®n, que ha aumentado su escepticismo hacia la funci¨®n p¨²blica de la sanidad.Por otro lado, una buena parte de los profesionales de la salud se ha ido desencantando de una Administraci¨®n que cercenaba su voz, a la par que les ocasionaba una p¨¦rdida evidente de su poder adquisitivo, lo cual conllevaba una falta de dedicaci¨®n a las tareas p¨²blicas y a un incremento evidente de los puestos de trabajo. Con este panorama se abonaba, con la aquiescencia de la Administraci¨®n, el aumento de voces que clamaban por una liberalizaci¨®n del acto m¨¦dico como panacea organizativa y estructural; con un impulso manifiesto de los sectores m¨¢s conservadores en el concepto de la asistencia sanitaria.
En este contexto hay que enmarcar los conflictos ¨²ltimos de la Sanidad espa?ola: la postura incongruente del Consejo General de Colegios de M¨¦dicos (potenciada por el Colegio de M¨¦dicos de Madrid) de convocar una huelga de m¨¦dicos en todo el Estado; la convocatoria de paro por la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos; la firma, por parte de dicha confederaci¨®n y del Insalud, en presencia del ministro de Sanidad, Seguridad Social y Trabajo, de un acuerdo que contraviene de forma manifiesta el acuerdo nacional de empleo (ANE), firmado pocas fechas antes entre el mismo ministro y las centrales sindicales representativas;. el conflicto de la Ciudad Sanitaria Provincial de Madrid; la postura del Colegio de M¨¦dicos de Madrid en contra de los centros de promoci¨®n de la salud municipales; el conflicto de los m¨¦dicos y ATS de la beneficencia municipal de Madrid; la oposici¨®n y paralizaci¨®n de una ley de incompatibilidades adecuada; la proliferaci¨®n de las actuaciones de las grandes multinacionales de farmacia y su deseo de elevar los precios, que cost¨® la dimisi¨®n del secretario de Estado de la Seguridad Social, se?or Barea (a pesar de los desmentidos); el problema de la epidemia del s¨ªndrome t¨®xico por adulteraci¨®n del aceite, con la m¨¢s que discutible actuaci¨®n ministerial en todos los ¨®rdenes; el sucesivo deterioro al que se sume a la totalidad de las instituciones sanitarias p¨²blicas del pa¨ªs; la inoperancia de los ¨®rganos gestores y de control del Insalud; la inadecuaci¨®n representativa; la parcialidad informativa; la situaci¨®n de los conciertos con cl¨ªnicas privadas carentes del m¨¢s m¨ªnimo control, etc¨¦tera, son factores muy parciales de un entramado mucho m¨¢s complejo que, en su n¨²cleo, se sit¨²a algo fundamental: si la Administraci¨®n p¨²blica no es adecuada para la sanidad, habr¨¢ que privatizar.
Pero hay que poner de relieve una cuesti¨®n fundamental: todo se est¨¢ llevando a cabo de una forma solapada y medida. El silencio de la poblaci¨®n es comprensible: no est¨¢ adecuadamente informada. El silencio e inoperancia de los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n y de las centrales sindicales es ya m¨¢s alarmante. Quiz¨¢ no se den cuenta que es en la pol¨ªtica de salud y en la educaci¨®n donde la clase dominante expresa de manera m¨¢s evidente una ideolog¨ªa concreta y de marginaci¨®n de la poblaci¨®n. En la educaci¨®n ya han conseguido imponerse.
El art¨ªculo 43 de la Constituci¨®n Espa?ola habla de derecho de todos los espa?oles a la salud.y su potenciaci¨®n. El hablar de derecho a la salud es m¨¢s, mucho m¨¢s, que el mero hecho asistencial en la enfermedad. Esm¨¢s, la propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ya explicita que ?la acci¨®n de la salud se llevar¨¢ a cabo en el seno de la comunidad, de acuerdo con las caracter¨ªsticas socioecon¨®micas propias. Adem¨¢s, esta acci¨®n en la comunidad se cubrir¨¢ por equipos multidisciplinarios insertos en dicha comunidad?.
La OMS tambi¨¦n alertaba: ?La oposici¨®n vendr¨¢ de sectores profesionales y de las industrias farmac¨¦uticas y sanitarias a este tipo de acci¨®n en la comunidad?. Lo curioso es que en nuestro pa¨ªs son estos sectores, frente a los que nos prev¨ªene la OMS, los que tienen audiencia y se pretende que se ge neralice a la totalidad de los profesionales. Pero esto no es cierto, hay un gran n¨²mero de profesionales de la salud que no estamos por esta labor de deterioro continuo y mantenido de la asistencia y sanidad p¨²blicas.
Estamos plenamente convenc¨ªdos que para cumplir.el mandato constitucional el ¨²nico camino es una adecuada planificaci¨®n en el campo de la salud p¨²blica, pero no en el marco que se pretende encuadrar seg¨²n la denominada ley de Bases de la Reforma Sanitaria, pues no se atiene ni al principio constitucional ni a lo que propone la OMS.
Propuestas para una salud integral
Es por todo ello que los profesionales de la salud con este esp¨ªritu progresista de una concepci¨®n integrada e integral de la salud, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, debe ser de ¨ªndole p¨²blica y cubrir a toda la poblaci¨®n, pedimos o¨ªr nuestra voz en aras a:
1. Propiciar una alternativa racional y equilibrada del actual sistema.sanitario espa?ol, haciendo hincapi¨¦ en la necesidad de reformar decididamente la actual estructura y funcionamiento de nuestra sanidad, profundizando en la mejora, potenciaci¨®n y mantenimiento de los recursos personales, materiales, financieros y organizativos del sector p¨²blico de saIud.
2. Difundir y crear un estado de opini¨®n en toda la sociedad, y en especial en los profesionales de la salud, acorde con el punto anterior.
3. Defender la consecuci¨®n de una correcta protecci¨®n de la !alud en todas las ¨¢reas e instituciones, en orden a velar por toda la gama de atenciones que tienden a conformar el derecho b¨¢sico de los enfermos a una asistencia integral y eficiente.
4. Situar una plataforma de defensa y denuncia ante la opini¨®n p¨²blica de cuantas anomal¨ªas, irregularidades y arbitrariedades puedan cometerse por la incorrecta utilizaci¨®n de los recursos econ¨®micos, tanto del sector p¨²blico como de las dem¨¢s entidades que confluyen en el sistema sanitario.
5. Defender una racionalizac¨ª¨®n de la pol¨ªtica de personal que evite el desempleo, las duplicidades y superposiciones del ejercicio profesional mediante la discusi¨®n de una ley de incompatibilidades y una remuneraci¨®n adecuada.
6. Potenciar la formaci¨®n continuada, y exigirla a los ¨®rganos que corresponda, para la totalidad del personal de salud p¨²blica. De igual manera, actuar de forma coherente en la solicitud de una adecuada educaci¨®n para la salud en la totalidad de la poblaci¨®n.
Esta es la voz de una importante parte de profesionales de la salud, que quieren unirla a la de la totalidad de la poblaci¨®n para sensibilizar sobre un nuevo discurso: Salud no es s¨®lo falta de enfermedad. Saud es algo m¨¢s complejo que se liga al bienestar personal y social. No debemos caer en los reduccionismos de actuar sobre la individualidad aislada creyendo que curamos, pues ese proceso deviene de un modo de vida, de sentir y actuar.
R. Guaita G. Hern¨¢ndez de Les, J. L. Pedreira, M. S¨¢nchez, M? R. Terrazos, M. Varela y L. Villanueva son doctores en Medicina y miembros de la Junta Gestora de la Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica.
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