Nuevas hip¨®tesis sobre la composici¨®n de los anillos de Saturno
Hasta que dentro de unos d¨ªas no haya resultados de los an¨¢lisis del material cient¨ªfico enviado por la Voyager II, que anoche pas¨® a s¨®lo 100.000 kil¨®metros de la superficie de Saturno, los investigadores norteamericanos estudian datos anteriores referidos fundamentalmente al sat¨¦lite Hyperion y a los anillos de Saturno. La NASA mostr¨® el pasado lunes las fotos tomadas por la Voyager II de Hyperion, una de las diecisiete lunas conocidas de Saturno, ya conocida por su extra?a forma, que ahora ha sido calificada de hamburguesa aplastada, de unos 360 kil¨®metros de longitud. El extra?o e inesperado comportamiento din¨¢mico del sat¨¦lite ha intrigado a los cient¨ªficos.Por otra parte, las fotos enviadas ahora de las rayas existentes entre los anillos de Saturno, descubiertas en noviembre pasado por la Voyager I, nacen r¨¢pidamente. Dos fotos tomadas con doce minutos de intervalo demuestran lo ef¨ªmero de estas rayas, que, seg¨²n los cient¨ªficos del proyecto, se componen de nubes de polvo cargado el¨¦ctricamente. Mientras los investigadores desechan la idea de que la separaci¨®n existente entre los anillos sea debida a la existencia de peque?as lunas heladas, surge una nueva teor¨ªa seg¨²n la cual la divisi¨®n de Cassini, un gran intervalo que separa dos capas de anillos, no est¨¢ compuesta por esos cuerpos, tras el an¨¢lisis minucioso de las fotograf¨ªas.
En base al material enviado por la Voyager II, se supone que los anillos tienen su forma espec¨ªfica, aplastados y con los bordes bien marcados, a causa de las m¨²ltiples colisiones que se producen entre las part¨ªculas que los componen. Tambi¨¦n se ha anunciado que se ha descubierto un anticicl¨®n en el hemisferio norte de Saturno. Esta zona de altas presiones hace pensar que existe una similitud entre las caracter¨ªsticas clim¨¢ticas de Saturno y J¨²piter.
Los sofisticados aparatos de que consta la Vogayer II, que fue lanzada en cabo Ca?averal en agosto de 1977, permiten medir la intensidad de los rayos c¨®smicos, los campos magn¨¦ticos y el viento solar, y la trayectoria y el funcionamiento de la nave pueden ser modificados desde la Tierra.
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