Adena critica el vertido de residuos nucleares en el mar
La Asociaci¨®n para la Defensa de la Naturaleza (Adena) acaba de hacer p¨²blico un comunicado en el que critica el vertido de residuos nucleares en el mar, estimando adem¨¢s que se est¨¢ vulnerando con ello el esp¨ªritu de la ?Estrategia mundial para la conservaci¨®n de la naturaleza?, documento aceptado por veintis¨¦is pa¨ªses, entre ellos Espa?a.
En su escrito, Adena afirma que el mar es un ecosistema absolutamente imprescindible para la vida humana, y que, por tanto, una hipot¨¦tica, pero posible, alteraci¨®n de su cadena tr¨®fica, por la radiactividad que podr¨ªa escaparse de los contenedores vertidos en las fosas marinas, originar¨ªa un desequilibrio ?que no sabemos si ser¨ªamos capaces de enmendar?.Alude asimismo Adena a la convenci¨®n sobre ?La prevenci¨®n de la poluci¨®n marina causada por la descarga de desechos?, firmada en Londres en 1972, y a la que Espa?a. se adhiri¨® en 1974. La convenci¨®n clasificaba los desechos en dos listas, gris y negra; en la lista negra figuran precisamente los vertidos de desechos radiactivos. Una monograf¨ªa publicada por el World Wildlife Fund, en 1977, cuestionaba la seguridad de los contenedores de residuos t¨®xicos, afirmando que los recipientes de hormig¨®n conteniendo ars¨¦nico y sumergidos hace cuarenta a?os comenzaban a desmoronarse ya, por lo que el B¨¢ltico, por ejemplo, contiene ahora 7.000 toneladas de dicho veneno en sus aguas.
Finaliza Adena su escrito indicando que como la ¨²nica vinculaci¨®n de Espa?a al vertido de residuos nucleares en el Atl¨¢ntico es su proximidad geogr¨¢fica al basurero, al no figurar en la operaci¨®n ni buques ni residuos de origen espa?ol, tales vertidos vulneran los convenios internacionales.
Suicid¨ªo colectivo de p¨¢jaros
Seg¨²n el Departamento de Aguas y Bosques indio, miles de p¨¢jaros migratorios se est¨¢n suicidando en la regi¨®n himalaya de Assam. Al parecer, los p¨¢jaros que viajan desde el interior del Tibet hacia el Sur llegan a la ca¨ªda de la noche a los valles y se precipitan contra las l¨¢mparas de los pueblos o en los fuegos de los campamentos. Lo curioso del caso es que los animales que no se matan con el golpe se dejan morir de hambre en las jaulas, en las que los ornit¨®logos les mantienen en observaci¨®n con el fin de determinar cu¨¢l es la enfermedad que les aqueja.
Seg¨²n los ancianos de la regi¨®n, este extra?o comportamiento de las aves migratorias tambi¨¦n se produjo en 1905, 1948, 1954 y 1970.
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