El Betis inquiet¨® hasta el final
Bastaron tres jugadas de Rubio para que el p¨²blico se convenciera de que dejarle en la grada ha sido un error. Bastaron dos remates de Diarte, uno de ellos a la escuadra, para que los aficionados se percataran de que no pod¨ªa haber victoria tranquila. Bast¨® un error del ¨¢rbitro, no se?alar un penalti contra el Betis, para que los minutos finales fueran angustiosos y se pensara m¨¢s en la inhibici¨®n del director de la contienda que en el propio juego. El Betis, que antes del gol de Dirceu ya hab¨ªa tocado madera dos veces, preocup¨® a la clientela m¨¢s de lo deseado.El Betis. que en la pasada temporada deslumbr¨® en el Manzanares, trat¨® de repetir la acci¨®n, pero fue m¨¢s t¨ªmido. Y se le notaron tambi¨¦n los a?os de algunos de sus jugadores. Iriondo coloc¨® a Ortega de l¨ªbero adelantado, con lo cual al Atl¨¦tico le result¨® siempre muy complicado encontrar un hueco por el que pasar o intentar el remate. Carde?osa se situ¨® en una media punta c¨®moda, pero fue vigilado por Marcelino, que se qued¨® sin su te¨®rico par, porque Parra se situ¨® en la parte derecha de la l¨ªnea de centrocampistas, para intentar la penetraci¨®n en compa?¨ªa de Ben¨ªtez. La banda izquierda del contragolpe b¨¦tico qued¨® supeditada a Gordillo, que lleg¨® al ¨¢rea atl¨¦tica con demasiada frecuencia.
A Marcos no le salieron las cosas como en el partido anterior, y adem¨¢s de no llegar a las proximidades de Esnaola en buenas condiciones para el disparo o el pase, no le gan¨® la Pelea a Gordillo. El defensa verdiblanco no caus¨® estragos porque con su pierna derecha ya se sabe que no las da, y porque con la izquierda no templ¨® adecuadamente.
El Atl¨¦tico volvi¨® a centrar toda su inspiraci¨®n en Dirceu. El brasile?o se ha convertido en la aduana indispensable. En ocasiones, los jugadores del Atl¨¦tico hacen recordar a Grosso, que era capaz de correr cincuenta metros en horizontal, con el bal¨®n en los pies, hasta entreg¨¢rselo a Netzer para que lo jugara. Una cosa es la necesaria presencia de un director de juego y otra que no se tenga m¨¢s preocupaci¨®n que pasarle la pelota para que la sobe.
La inclusi¨®n de Rubio le dio al Atl¨¦tico m¨¢s poder ofensivo. Rubio, sin realizar un encuentro de relumbr¨®n, supo estar en su demarcaci¨®n y le cre¨® constantes problemas a Bizcocho. Pero al Atl¨¦tico le falta en el centro del ataque un hombre con m¨¢s recursos de los que ahora tiene Rub¨¦n Cano. Rub¨¦n no acaba de encontrar su forma ¨®ptima. Afortunadamente para el Atl¨¦tico, Quique vuelve a ir hacia arriba, y la capacidad de sacrificio de la pasada temporada hace ya acto de presencia. Por eso, aunque con dolor, pudo ganarle al Betis.
El Betis se anim¨® cuando encaj¨® el gol. Como suele ocurrir, reaccion¨® demasiado tarde. Esnaola se quiso convertir en el principal animador del conjunto, y hasta sali¨® a la l¨ªnea media. Gatti, en Argentina, siempre tuvo la ilusi¨®n de meter un gol. Esnaola no tuvo tantas aspiraciones y estuvo a punto de verse batido por segunda vez, pero Marcos envi¨® el disparo desviado. Seguramente sali¨® Esnaola a dirigir, porque Carde?osa ha perdido una gran parte del mando en plaza.
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