Conmoci¨®n e inquietud en Washington por las posibles consecuencias en Oriente Pr¨®ximo

La noticia del atentado mortal contra el presidente egipcio cay¨® como una verdadera bomba informativa en los medios pol¨ªticos y militares norteamericanos. Desaparece "el hombre que simboliz¨® el compromiso de paz", dijo el presidente Ronald Reagan, momentos despu¨¦s de conocerse el atentado.

Visiblemente conmovido, Reagan, acompa?ado de su esposa, Nancy, ley¨®, un breve comunicado en el que expres¨® el pesar del pueblo norteamericano por la tr¨¢gica muerte de Sadat, "campe¨®n de las causas para la paz". "Perdemos un gran amigo", dijo Ronald Reagan, sin precisar si viajar¨¢ a El Cairo para los funerales de Sadat, acto que, en opini¨®n de los observadores, dar¨ªa la medida de la evoluci¨®n de una situaci¨®n todav¨ªa muy confusa para el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Egipto.La muerte de Sadat, hombre clave en el proceso de paz egipcioisrael¨ª, abre serios interrogantes sobre el futuro de Oriente Pr¨®ximo, con implicaciones que podr¨ªan poner en peligro incluso la paz mundial. Tanto el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, como el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, calificaron su desaparici¨®n de "p¨¦rdida muy grave".

A nivel estrat¨¦gico, el Pent¨¢gono confirm¨® qlie las fuerzas militares estadounidenses de la VI Flota "no entran eii estado de alerta". excepto en caso de amenaza externa sobre Egipto, una clara advertencia al coronel Gadafi para que habla se abstenga de toda niaiilobra militar.

La valoraci¨®n pol¨ªtica de las consecuencias que la desaparici¨®n de Sadat representar¨¢ para Estados Unidos se limita, moment¨¢meamente, a las hip¨®tesis sobre el car¨¢cter del atentado. ?Golpe de Estado militar? Acci¨®n terrorista aislada?. Aunque los comentarios de los analistas del Departamento de Estado se inclinan por la ¨²ltima hip¨®tesis, la preocupaci¨®n es patente frente al sombr¨ªo panorama que se abre en las relaciones EE UU-Egipto.

El Congreso norteamericano aplaz¨® el voto sobre la pol¨¦mica decisi¨®n del presidente Reagan de vender armas a Arab¨ªa Saud¨ª por valor de 8.500 millones de d¨®lares, punto sobre el cual la muerte de Sadat influir¨¢, sin lugar a dudas. La Bolsa neoyorquina experiment¨® una baja en las cotizacloiies financieras.

Un duro golpe para Occidente

El presidente Ronald Reagan fue informado media hora despu¨¦s de conocerse el atentado, a trav¨¦s de una comunicaci¨®n telef¨®nica del secretario de Estado, Alexander Haig. Eran las 7.30 horas del martes en Washington. Inmediatamente, Reagan reuni¨® a su Consejo de Seguridad, enviando una carta personal a Sadat en la que expresaba su conmoci¨®n por el atentado.

Reagan, que sufri¨® un intento de asesinato el pasado 30 de marzo, a?adi¨® que "ruego por el restablecimiento" de Sadat. Transcurrieron despu¨¦s varias horas de confusi¨®n entre la declaraci¨®n ante el Congreso por parte del l¨ªder del Senado, Howard Baker, de que "Sadat ha fallecido" y la confirmaci¨®n oficial de la Casa Blanca. Esta ¨²ltima no lleg¨® hasta conocer el anuncio por parte de El Cairo.

Sadat, cuya ¨²ltima visita a Washington fue del 4 al 6 de agosto pasado, ofrec¨ªa la imagen p¨²blica y la garant¨ªa pol¨ªtica de unfirme aliado de Estados Unidos en la turbulenta zona de Oriente Medio. Sadat fue el hombr e que impuls¨® el ataque contra Israel en octubre de 1973 y fue tambi¨¦n el hombre que tuvo el coraje de viajar a Israel en noviembre de 1977 para discutir en Jerusal¨¦n los t¨¦rminos del proceso de paz que culmin¨® con los acuerdos de Camp David.

La diplomacia norteamericana se esforzaba estos ¨²ltimos tiempos para estrechar las relaciones con Egipto, con programas de cooperaci¨®n econ¨®mica y ayuda militar. Tambi¨¦n intentaba forzar las duras posturas de Tel Aviv en pro de un acuerdo sobre el tema palestino, una de las p¨¢rtes fundamentales de los acuerdos de Camp David que quedaban por dilucidar.

Washington sostiene la tesis de un "hecho aislado"

Tanto en medios de la Casa Blanca como del Departamento de Estado, el atentado que cost¨® la vida al presidente Anuar el Sadat se interpreta, de momento, como "un hecho aislado", obra de fan¨¢ticos religiosos o terroristas radicales; pero nadie excluye otras lilp¨®tesis.

"De acuerdo con los informes fragmentarios iniciales, nuestra opini¨®n es que se trata de un acto criminal aislado", dijo Joseph Reap, portavoz del Departamento de Estado.

Nada m¨¢s conocer la noticia del atentado, la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores de la C¨¢mara de Representantes acord¨® aplazar durante veinticuatro horas el voto, que se esperaba negativo, sobre la decisi¨®n de Reagan de suministrar sofisticado material militar a Arabia Saud¨ª. El lobby israel¨ª en el Congreso norteamericano, pero tambi¨¦n otros senadores y congresistas, sostiene que la venta a Arabia Saud¨ª de cinco aviones equipados con los m¨¢s avanzados sistemas de vigilancia electr¨®nica (Awac), supone un riesgo importante en caso de cambio politico en Arab¨ªa Saud¨ª.

Washington tampoco oculta sus temores sobre las posibilidades de utilizar las bases militares egipcias en caso de cambios pol¨ªticos en El Cairo.