El "ejemplo" iran¨ª y la crisis del r¨¦gimen fuerzan un cambio de rumbo pol¨ªtico
A ra¨ªz de la detenci¨®n de m¨¢s de 1.500 representantes de la oposici¨®n religiosa y laica egipcia, el presidente egipcio Anuar el Sadat manifest¨® su voluntad de instaurar una "nueva era de rigor y disciplina" en el pa¨ªs, terminando con la conspiraci¨®n confesional y liquidando, en la pr¨¢ctica, el libre ejercicio de los partidos pol¨ªticos de oposici¨®n, aunque ¨¦stos no hayan sido suprimidos. Por su parte, los raros dirigentes laicos que han escapado a la ola de detenciones afirman estar dispuestos a organizar un "colectivo nacional" que centre su acci¨®n en la hostilidad al acuerdo de paz egipcio-israel¨ª y el aislamiento de Egipto en el mundo ¨¢rabe, seg¨²n informa un enviado especial de EL PAIS que ha visitado Egipto reciente
Consciente del peligro que supone un eventual acuerdo entre movimientos integristas y grupos pol¨ªticos semiel ande stinos, el rais estaba decidido a prolongar su acci¨®n conciado en la aparente fidelidad de las Fuerzas Armadas, el ¨²nico n¨²cleo que, seg¨²n la tesis ocicial, ha sido preservado de la contaminaci¨®n religiosa. Sin embargo, el atentado perpetrado ayer contra Sadat por elementos militares cuestiona esta hip¨®tesis y abre un peligroso interrogante sobre la evoluci¨®n de este pa¨ªs.La eficacia del aparato policial, mucho m¨¢s que el desconsuelo de una situaci¨®n imprevista, puede explicar el hecho de que los integristas musulmanes (una sola organizaci¨®n, la de los Hermanos Musulmanes dice que cuenta con medio mill¨®n de s'mpatizantes) parezcan haber desaparecido literalmente de El Cairo, tras las detenciones efectuadas al comienzo de septiembre pasado.
El d¨ªa 4 de ese mes, m¨¢s de 5.000 manifestantes que protestaban por el encarcelamiento de los imanes de las mezquitas de El Manil, Ain el Hayat y Ennur Aclhuada, as¨ª como la de un famoso predicador ciego, Abdulhamid Kirch, cuyas disertaciones grabadas en casetes se han popularizado en el mundo ¨¢rabe, eran dispersados violentamente por la polic¨ªa. Al siguiente viernes, los manifestantes en la capital egipcia no rebasaban los seiscientos, seg¨²n versiones dignas de fe, y el d¨ªa 16 s¨®lo se cifraban en menos de cien.
No obstante, los integristas han venido saliendo a la calle regularmente cada viernes, a pesar de la presencia de numerosos efectivos antidisturbios en torno a las mezquitas. Los dirigentes de la universidad isl¨¢mica de El-Azhar, entre ellos nuestro interlocutor, Gaber Hamza, lo admiten a rega?adientes, pero hablan de una reacci¨®n natural frente a la detenci¨®n de los imanes. Sin embargo, agrega que "en su gran mayor¨ªa, los egipcios creen que el fanatismo religioso est¨¢ en v¨ªas de dar al traste con 1.400 a?os de coexistencia entre las dos comunidades, musulmana y copta".
La opini¨®n del hombre de la ca lle difiere ostensiblemente. Para este ¨²ltimo, Sadat fue mal aconsejado al ser incitado a una acci¨®n violenta contra los movlml etitos integristas y la direcci¨®n de los coptos. El presidente egipcio pudo haber ca¨ªdo as¨ª, en cierta forma, en una sutil maniobra de la oposici¨®n, consistente en enfrentarle en una lucha de desgaste contra un integrismo renaciente, sustentado por la mayor¨ªa de los egipcio. En ese combate, Sadat qued¨® exhausto y s¨®lo le qued¨® el recurso de recurrir a la fidelidad del Ej¨¦rcito, con el riesgo que esto supon¨ªa.
Hacia una dictadura
As¨ª, el paso de la democracia "de dientes afilados", seg¨²n la expresi¨®n de Sadat, a una dictadura legal ha venido cobrando, a diario, una dimensi¨®n material. La universidad, centro de subversi¨®n pol¨ªtica y religiosa, ha visto restablecido el sistema de celadores eiicargados de mantener el orden. El 24 de septiembre, un Consejo de Ministros extraordinario adopt¨® una serie de decisiones rigurosas, que van de la expulsi¨®n y arresto de los universitarios que "introduzcan la pol¨ªtica" a sanciones econ¨®micas y carcelarias contra los trabajadores incompetentes.
Las medidas dictadas por el rais fueron refrendadas por un refer¨¦ndum el 10 de septiembre, con cl resultado oficial de m¨¢s de un 99 % de votos afirmativos. Pero la opini¨®n de los egipcios, compartida por algunos c¨ªrculos oficiales, tiende a considerar que hubo una abstenci¨®n masiva de votantes, en parte justificada por la necesidad de responder con un s¨ª o un no a las dr¨¢sticas decisiones. "Los egipcios", afirma un diplom¨¢tico occidental, "no aceptaron la formulaci¨®n del refer¨¦ndum y aunque algunas de las medidas fueron acogidas favorablemente por la poblaci¨®n, otras recibieron una valoraci¨®n distinta, la voluntad de simplificar la respuesta desvirtu¨® los prop¨®sitos de la consulta".
Si una de las claves de la acci¨®n de Sadat radic¨® en la necesidad de poner coto al resurgimiento de un integrismo dispuesto a combatir al r¨¦gimen corrupto y prooccidental", otra no menos evidente fue el temor a ver organizada una oposici¨®n, hasta ahora pac¨ªfica. La influencia del ejemplo iran¨ª, la voluntad de los hermanos musulmanes de transformar la secular sociedad egipcia en una rep¨²blica isl¨¢mica, en la que la ley cor¨¢nica condicionara la moral de los 43 millones de egipcios, una vez sometida la minor¨ªa copta, eran consideradas menos peligrosas para la estabilidad del r¨¦gimen del rais que el convencimiento de la clase media, de los intelectuales, de buena parte de la clase pudiente, relacionada con las grandes firmas multinacionales y de una franja no conocida, num¨¦ricamente, del Ej¨¦rcito, de que la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica de Egipto, la divisi¨®n abierta en el seno de la familia ¨¢rabe, el cambio de tono de la administraci¨®n norteamericana -considerada m¨¢s proisrael¨ª que la precedenteabogaban en favor de un cambio de pol¨ªtica hacia Israel y un relevo en la direcci¨®n pol¨ªtica egipcia.
La izquierda no comunista ha reactivado un "colectivo de los egipcios contra la represi¨®n", situando sendas oficinas en Par¨ªs y Beirut.
Por su parte, el Partido Comunista egipcio, operando en la clandestinidad, pero disponiendo de considerables resortes, como tiende a probarlo la existencia de un n¨²cleo en el propio seno del diario oficial Al Ahram. Un representante de esta formaci¨®n pol¨ªtica, entrev¨ªstado por este enviado, afirm¨® que la consolidaci¨®n de un "frente nacional anti-Sadat" estaba en buen camino y de ¨¦l formar¨ªan parte las corrientes de la oposici¨®n nasserista y los partidarios del general Sadeddine Chazli, antiguo jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito, actualmente exiliado en la capital argelina.
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