Los de siempre

El deporte espa?ol, a partir de la ley de la Cultura F¨ªsica, funciona a base de decretos. Desde lo que pod¨ªa haber sido una plataforma de relanzamiento, no hemos conseguido, hasta la fecha, la reforma profunda que se necesitaba. No ha habido por el momento un s¨®lo decreto satisfactorio. El que afecta a la composici¨®n del pleno del Consejo Superior de Deportes no ha servido m¨¢s que para afianzar a los mismos de siempre. El pleno no contiene el esp¨ªritu descentralizador de la ley. M¨¢s que un avance ha sido un retroceso m¨¢s.El pleno, que ya est¨¢ conformado, lo componen veinticinco representantes de las federaciones deportivas, diecisiete de la Administraci¨®n central, uno de cada una de las comunidades aut¨®nomas, cinco de las diputaciones y cabildos y s¨®lo tres de los municipios.

El pleno es discriminatorio desde el punto de vista de los municipios y lo es tambi¨¦n para los colectivos profesionales del deporte, que no tienen voz ni voto, en donde se ha de gestar la planificaci¨®n general del deporte espa?ol.

Repasar la lista de quienes se autoeligen para estos cargos resulta desmoralizador. Desde las federaciones nacionales han llegado hombres de acreditada trayectoria en contra de todo lo que suponga una democratizaci¨®n del deporte. Y hay una paradoja m¨¢s. La Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, la m¨¢s importante, por presentar fuera de plazo a su candidato, no tiene presencia. En el pleno mandar¨¢n quienes menos representan.