Henri Laborit. "Hemos creado unas estructuras sociales alienantes
Con la dr¨¢stica sentencia sobre las estructuras sociales actuales, sentencia que deja entrever un cierto ultim¨¢tum para el futuro de la humanidad, concluy¨® el neurofisi¨®logo franc¨¦s Henri Laborit su participaci¨®n en un congreso internacional sobre medio ambiente, trabajo y salud recientemente celebrado en Madrid. Este pol¨¦mico cient¨ªfico, popularmente conocido por el gui¨®n del filme Mi t¨ªo de Am¨¦rica, se mostr¨® as¨ª ac¨¦rrimo defensor de esa contracultura cient¨ªfica que, a pasos agigantados, se est¨¢ constituyendo la que contempla al enfermo en su totalidad ps¨ªquica y social.
Efectivamente, una nueva corriente cient¨ªfica parece que va, si no a sustituir, s¨ª a ampliar la actual medicina cient¨ªfico-t¨¦cnica mundial. La cirug¨ªa, los f¨¢rmacos o el microscopio electr¨®nico se est¨¢n quedando peque?os ante los descubrimientos relativos al conflictivo campo de las enfermedades; algunos de los cuales han llevado a muchos investigadores a transcender de las cuatro paredes de sus laboratotios y a dar otr¨¢s connotaciones al saber biol¨®gico y m¨¦dico. Entre ellas se encuentran, en primer plano, las hasta ahora consideradas patrimonio exclusivo de historiadores Y soci¨®logos. Este es el caso de Henri Laborit, quien ha conjugado la investigaci¨®n puramente biol¨®gica con la sociol¨®gica, hasta conformar una teor¨ªa del enfermo y la enfermedad sustancialmente neurofisiosociol¨®gica.
Inhibici¨®n de la acci¨®n, origen de cualquier patolog¨ªa
Para este cient¨ªfico, el, origen de cualquier patolog¨ªa, ya sea, infecciosa, tumoral, aguda o cr¨®nica, reside en lo que ¨¦l ha denominado la inhibici¨®n de la acci¨®n. La acci¨®n no es m¨¢s que el veh¨ªculo m¨¢s r¨¢pido de engarce del sujeto con la realidad, y forma parte, junto. con la informaci¨®n, la emoci¨®n y la fisiolog¨ªa, de la m¨¢quina asociativa que hace posible dicho binomio: el sistema nervioso. ?La inhibici¨®n viene impuesta?, seg¨²n afirma, ?por las propias estructuras sociales imperantes, que hacen que cualquier acci¨®n gratificante sea reprimida; entendi¨¦ndose por gratificante lo que no supone un peligro para lasupervivencia?.?El encerrarse en una relaci¨®n social como la existente?, explica, ?implica estar sometido a una agresi¨®n, ya que el modelo de sociedad actual se basa en la lucha entre individuos, que buscan su gratificaci¨®n en la posesi¨®n de seres y objetos. Se trata, en realidad, de una estructura jer¨¢rquica de dominio, donde dominantes y dominados hacen uso de las capacidades que su cerebro les proporciona para proteger su status, e incluso para alcanzar los superiores?. Todo ello supone, para Laborit, ?una degeneraci¨®n tanto fisiol¨®gica como ps¨ªquica del ser humano, pues la agresividad competitiva centrada conduce al sentimiento de p¨¦rdida de la propia autodeterminaci¨®n del comportamiento?.
El comportamiento es el enfermo
?La lucha o la 'huida constituyen las dos ¨²nicas salidas fisiol¨®gicamente positivas ante esta situaci¨®n de agresi¨®n cont¨ªnua, pero normalmente est¨¢n cerradas por los moldes sociales. Es entonces cuando se recurre a una tercera v¨ªa de escape: la inhibici¨®n de la acci¨®n; con la diferencia de que esta elecci¨®n conlleva perturbaciones neuroendocrinas nocivas para el individuo?. As¨ª explica Laborit el amplio y elevado espectro de las llamadas enfermedades de la civilizaci¨®n (¨²lceras de est¨®mago, hipertensi¨®n arterial, impotencia sexual .. ), as¨ª como de la fatiga, el insomnio, la depresi¨®n, la angustia, la agresividad, la violencia, las neurosis y las psicosis. El grado m¨¢s agudo, sin embargo, lo presentan los esquizofr¨¦nicos, dementes y psic¨®ticos, quienes pierden todo contacto con la realidad.Henri Laborit opina que todas las enfermedades, m¨¢s que som¨¢ticas, son del comportamiento, ya que es el sistema nervioso el que controla todo el desequilibrio biol¨®gico, origen de cualquier patolog¨ªa. Pese a que la medicina oficial suele hacer hincapi¨¦ en agentes externos, vivos o no, como causantes de Ia pr¨¢ctica totalidad de las enfermedades existentes, la teor¨ªa de la inhibici¨®n de la acci¨®n, a?ade algunos datos interesantes al respecto. As¨ª, las investigaciones experimentales con diversas especies de mam¨ªferos parecen de la respuesta de los mostrar que sistemas org¨¢nicos implicados en el comportamiento, bien a la agresi¨®n, bien a la gratificaci¨®n, se realiza mediante la liberaci¨®n de determinados neurotransmisores y hormonas, distintos para cada caso. En el primero, estas sustancias pueden inducir directa o indirectamente, al influir en el sistema inmunitario, la aparici¨®n de la gran mayor¨ªa de las enfermedades.
Agresi¨®n del contexto social
?Por supuesto que se puede hacer padecer una infecci¨®n bacteriana, viral o de cualquier otro tipo, cuando las condiciones son ¨®ptimas desde el punto de vista del invasor?, aclara Laborit. ?Pero, ?por qu¨¦ son tambi¨¦n ¨®ptimas, tan frecuentemente, desde la panor¨¢mica del invadido??. La contestaci¨®n a esta cuesti¨®n la basa este cient¨ªfico en la predisposici¨®n generada al entrar en juego el mecanismo neuroendocrino de respuesta a la agresi¨®n exterior; agresi¨®n que nace del contexto social, que no es sino un verdadero imperio del dominio. As¨ª pues, la soluci¨®n que Laborit postula es la de la urgente instauraci¨®n de una epidemiosociolog¨ªa.Se trata de una terap¨¦utica general, no de urgencia como la que se aplica actualmente, que pretende ense?ar a la gente a ser feliz en su ambiente social y a no sentirse agredida ni reprimida por toda la informaci¨®n que recibe del medio que le rodea. Pero para conseguir este tipo de terapia se necesitar¨ªa bregar mucho en las consciencias acomodadas de la gran mayor¨ªa de las poblaciones, as¨ª como investigar a fondo sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.
Mecanismos, inconscientes del ansia de dominio
?Creo?, a?ade Laborit, ?que una primera estrategia deb¨ªa ser la de intentar comprender los mecanismos inconscientes del ansia de dominio, ya que son simples mecanismos psicobiol¨®gicos los que se encuentran en la base de los males sociales, y viceversa. Al. mismo tiempo, considero necesario divulgar todo lo que se vaya descubriendo a este respecto, empezando por la educaci¨®n infantil. Ser¨ªa m¨¢s beneficioso para el futuro de la Humanidad que seguir ense?ando la tabla de multiplicar?.As¨ª pues, el estudio neurofisiol¨®gico podr¨ªa ir desentra?ando las tramas que conforman el comportamiento humano. ?Mediante ¨¦l?, afirma, ?conseguir¨ªamos una vida m¨¢s gratificante en este planeta y un establecimiento social universal, con relaciones humanas diferentes, que har¨ªan que las enfermedades fueran una excepci¨®n. Hay que terminar con la justificaci¨®n de los asesinatos, las guerras, la violencia, los genotidios y, por supuesto, con las enfermedades, es decir, con la explotaci¨®n del hombre. Y recapacitar sobre nuestra condici¨®n de exponente m¨¢ximo de la evoIuci¨®n, m¨¢xime cuando ha sido una propia creaci¨®n nuestra la que nos ha llevado a este estado catastr¨®fico, tanto de la biosfera como del ser humano: unas estructuras sociales alienantes?.
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