Vieja como el tiempo

Golpe audazLa eterna historia de la preparaci¨®n de un robo con experto y c¨ªnico ladr¨®n, confidente enamorada que se entrega a ¨¦l rompiendo su acuerdo con la polic¨ªa, y agente despistado que prepara una trampa es la que ahora nos cuenta el m¨ªtico Donal Siegel. Una historia vieja y cien veces vista a la que el director no ha impreso ning¨²n elemento especial, alg¨²n truco sorprendente o una narrativa original. Pod¨ªa haberla firmado cualquier otro.Es curioso c¨®mo lo que en la literatura no superar¨ªa la novelita de estaci¨®n que se deja abandonada a medio viaje adquiere en el cine, por mor de la publicidad de las multinacionales y de la cinefilia de algunos cr¨ªticos, unas caracter¨ªsticas que no le corresponden. Cierto es que en esas novelitas no suele encontrarse el atractivo de Lesley-Anne Down, que ya en La esfinge, a¨²n en nuestras carteleras, demuestra unas excelentes condiciones de actriz; probablemente tampoco se encuentre en esa literatura el juego de un actor como David Niven, casi siempre correcto y eficaz.

Golpe audaz quiere superar su vulgaridad con un sentido del humor que, espor¨¢dicamente, se transforma en situaciones ingeniosas, pero que la mayor¨ªa de las veces no supera el chiste verbal. Nazis recalcitrantes, polic¨ªas que se ponen fuera de la ley para, seg¨²n dicen, defenderla mejor, y algunas secuencias de amor en ba?os de espuma son parcelas de la pel¨ªcula que, quieren superar su tono de viejo y tonto tebeo infantil para acercarlo a los adultos. Pero es poco. Demasiado poco. Los adultos, precisamente por serlo, han tenido ya oportunidad de ver esta pel¨ªcula con otros t¨ªtulos y otros directores; y, sobre todo, la han consumido demasiadas veces en forma de telefilme televisivo, m¨¢s barato y no forzosamente peor.