El mercado electoral gallego

( ... ) Hay que ofrecer esperanzas, desde luego, y nada mejor que los hechos para consolidarlas; hay que promover el desarrollo de una tierra sangrada durante siglos por la forzosa emigraci¨®n, desasistida econ¨®micamente y privada de sus propios ahorros, porque, al parecer, son m¨¢s productivos fuera de Galicia; una tierra que ahora mismo padece las consecuencias de una pol¨ªtica de abandono y de campa?as como la absurda campa?a del mejill¨®n, que ha dejado a miles de familias en la m¨¢s completa indigencia y ha obligado a muchas f¨¢bricas de conservas a cerrar sus puertas, y a dar, en el caso m¨¢s benigno, vacaciones forzosas a sus empleados.Galicia se merece mucho m¨¢s. Y todos los agravios son ciertos. Y los gallegos saben que deben votar, pero ya no se creen las promesas, porque se las saben todas desde hace muchas d¨¦cadas. Ojal¨¢ la concurrencia al voto sea masiva; es necesario que lo sea, porque se trata de dotarse a s¨ª mismo de ¨®rganos legislativos y funcionales, que son los que pueden remediar la situaci¨®n de abandono en que se encuentra la regi¨®n. Se trata de una ocasi¨®n. ¨²nica, que no se puede desperdiciar. Ojal¨¢ se despierte la conciencia ciudadana y se olviden, una vez m¨¢s, las decepciones. Pero que sepan tambi¨¦n los pol¨ªticos, que las promesas hay que cumplirlas. ( ... )

, 17 de octubre