El homenaje a Pepe Legr¨¢, examen a la afici¨®n box¨ªstica madrile?a
El Palacio de Deportes volver¨¢ a abrir ma?ana sus puertas al boxeo. El motivo de ello es el homenaje a Jos¨¦ Legr¨¢, un hombre que llen¨® muchas veces este escenario y que ahora invoca la solidaridad de los hombres de su deporte para resolver las dificultades que la vida le plantea. El cartel es atractivo y la velada se presenta como un examen a la afici¨®n, muy desconectada ¨²ltimamente de este deporte.
Jos¨¦ Luis Paraja y Jos¨¦ Luis Herrero, dos rom¨¢nticos del boxeo, son los hombres que se han metido de lleno en la tarea de organizarle esta velada de homenaje a Legr¨¢, y han echado el resto. Peleas de exhibici¨®n con Legr¨¢, Carrasco Vel¨¢zquez, Tony Ortiz y Folledo para los nost¨¢lgicos, y combates de verdad de Casta?¨®n, Dum Dum Pacheco y Alfredo Evangelista para los aficionados de hoy. Son los tres hombres m¨¢s taquilleros del momento y se les traen rivales de categor¨ªa: Tanio II, Zenon (dos veces vencedor de Perico Fern¨¢ndez) y Terry O'Connor. ?Si con este cartel la gente no acude al boxeo no s¨¦ qu¨¦ podremos hacer ya?, comenta Jos¨¦ Luis Paraja, el hombre que arriesga 1.800.000 pesetas en la organizaci¨®n de esta velada, cuyos beneficios ser¨¢n para Legr¨¢. Tanto Paraja como Herrero que le ayuda y le aconseja en el montaje de las veladas, esta es la ocasi¨®n de hacer que el boxeo vuelva a cuajar entre la afici¨®n madrile?a. Paraja es optimista respecto a la velada de ma?ana, pero no oculta que en las ¨²ltimas once ha perdido dinero, y admite que el boxeo est¨¢ en un punto muy baj¨®.
Enamorado del boxeo
Por lo que respecta a Pepe Legr¨¢, est¨¢ seriamente ilusionado por su homenaje, y no s¨®lo por los posibles beneficios: ?Quiero saber si el p¨²blico me sigue recordando, si me sigue queriendo. Y quiero verme otra vez con los guantes, haciendo la bicicleta, sacando las manos, y ver si sigo siendo el mismo. Yo espero que s¨ª. Me ha gustado siempre el boxeo y estoy loco por verme ah¨ª arriba otra vez, rodeado del p¨²blico y de los amigos?.
No obstante, Legr¨¢ tambi¨¦n sabe que son otros tiempos. El ha llenado varias veces el Palacio de los Deportes: ?Yo he metido all¨ª a 16.000 personas y muchas se que daban fuera, sin entrada. Y no una vez, sino varias. Ahora est¨¢ mucho peor. Faltan hombres como Paraja, que arriesguen su dinero y que tengan paciencia, que no les importe perder algunas veces para promocionar chavales ?. Los tiempos son tan distintos, que ahora saldr¨¢n a la venta poco m¨¢s de 7.000 entradas. La tribuna alta no ser¨¢ habilitada. No obstante, los promotores conf¨ªan en que sea un ¨¦xito: ?Tenemos muchas peticiones. Por tel¨¦fono ya hubi¨¦ramos podido vender el 50% del aforo, pero no hemos querido hacer reservas?. Las taquillas se abrieron ayer.
Legr¨¢ afirma que este homenaje no tiene como fin principal sacarle de su estado de necesidad: ?Yo gan¨¦ mucho dinero e invert¨ª en varias cosas. Siempre he tenido varios negocios. Unos han ido mejor y otros peor, pero tengo lo bastante para salir adelante. Por supuesto que no puedo vivir como cuando era boxeador. Entonces mi ¨²nica preocupaci¨®n era boxear y encontrar la forma de gastar el dinero que cobraba. Cuando dej¨¦ de boxear, hace siete a?os, mi vida cambi¨® radicalmente. Tuve que convertirme en una persona responsable, entrar en un mundo muy dif¨ªcil, el de los negocios. Un mundo m¨¢s dif¨ªcil, duro, peligroso y da?ino que el de boxeo, por mucho que digan que ¨¦ste es malo?.
Legr¨¢ es un ac¨¦rrimo defensor del boxeo: ?Dicen que es malo, que es peligroso, que da?a la capacidad mental del hombre. Yo, de chaval, estaba destinado a una vida de pobreza. Limpi¨¦ zapatos, vend¨ª peri¨®dicos, barnic¨¦, lav¨¦ coches... Despu¨¦s, con el boxeo, gan¨¦ dinero, viaj¨¦, conoc¨ª jefes de Estado, saqu¨¦ a mis padres y a mis hermanos de la necesidad, fui otra persona. Yo s¨¦ que el boxeo tiene cosas malas. Incluso escrib¨ª un libro, titulado Golpe bajo, que se?alaba todos esos defectos. Pero yo he vivido durante quince a?os en el boxeo y durante siete en los negocios, y le puedo decir que es mucho peor, traicionero y sucio el mundo de los negocios. Y si alg¨²n d¨ªa llego a ser un sonado ser¨¢ por las preocupaciones que me crean los negocios, y no por el boxeo?.
Aunque no es un necesitado, Legr¨¢ no oculta que ha tenido problemas. La facilidad para gastar el dinero es una constante en los boxeadores. Ah¨ª est¨¢n Urtain, en la lucha libre, o tantos otros gloriosos p¨²giles de una ¨¦poca reciente, desempe?ando trabajos modestos. S¨®lo Pedro Carrasco ha sabido mantener un alto nivel de vida despu¨¦s de su retirada: ?Nosotros somos generalmente gente de extracci¨®n muy humilde, y cualquier golfo se nos puede acercar y enga?arnos. Eso me ha pasado a m¨ª y nos ha pasado a todos. Adem¨¢s, malgastamos el dinero, quiz¨¢ porque lo ganamos con demasiada facilidad. Yo no he sido una excepci¨®n?.
Los amigos
Legr¨¢, admite que es cierta esa imagen del boxeador rodeado de amigotes que le sacan el dinero mientras lo tiene y le abandonan despu¨¦s: ?Yo siempre cre¨ª que ten¨ªa millones de amigos, y hoy me he encontrado que s¨®lo tengo cinco o seis. Hay gente que me vuelve la espalda, gente a la que voy a visitar para pedir un favor y me dicen que no est¨¢, mientras yo s¨¦ que s¨ª, que est¨¢, porque tiene el coche en la puerta. Es gente que a?os atr¨¢s presum¨ªa de ser amiga m¨ªa, porque yo era famoso, y ahora no me quiere ni ver. Con el tiempo he descubierto qu¨¦ amigos tengo, y son pocos, pero buenos?.
La cita es ma?ana, a las 22.30 horas, en el Palacio de los Deportes. Las entradas est¨¢n entre las 500 y las 2.000 pesetas, y los organizadores, tanto como Legr¨¢, esperan que el resultado de este. pulso que se le va a tomar a la afici¨®n sea positivo. Legr¨¢, quiz¨¢ el hombre que m¨¢s ha entusiasmado a la afici¨®n madrile?a desde la retirada de Galiana dos veces campe¨®n del mundo y el cinco de Europa, tendr¨¢ a su lado a Vel¨¢zquez, Folledo, Tony Ortiz y Carrasco, y tras sus exhibiciones el cartel ofrece la reaparici¨®n de Casta?¨®n y los combates de Pacheco y Evangelista. O ahora o nunca, piensan quienes a¨²n esperan que el boxeo resucite, y tienen raz¨®n.
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