Citas fuera de contexto
"Se dice que es de buena guerra utilizar en los debates parlamentarios cualquier tipo de material, incluidas las citas fuera de contexto. No obstante, tales operaciones tienen -o debieran tener- un l¨ªmite: no desorientar demasiado a la opini¨®n en cuestiones de cierta importancia.En el debate sobre la autorizaci¨®n al Gobierno para acceder a la OTAN hasta tres oradores, del grupo parlamentario del Gobierno o de otros grupos afines en el empe?o de introducir a Espa?a en el Tratado del Atl¨¢ntico Norte y en su organizaci¨®n por el procedimiento m¨¢s vertiginoso posible, pusieron en mi boca opiniones que no corresponden ni con mi pensamiento ni con como lo vengo expresando con cierta reiteraci¨®n y con, espero, un m¨ªnimo de rigor. No es extra?a la coincidencia, porque, previsiblemente, los oradores beben en su cita, realizada fuera de contexto, en uno de los dict¨¢menes jur¨ªdicos encargados por el Gobierno.
En un diario madrile?o -Diario 16, 22 de septiembre- ya hab¨ªa salido yo al paso de esta deformaci¨®n. Se ve que con poco ¨¦xito frente a la voluntad empecinada de querer hacerme decir lo que no pienso.
La cita se realiza fuera de contexto en tres sentidos principales:
1. Se toma una intervenci¨®n en el momento constituyente, cuando a¨²n no se hab¨ªa abordado el capitulo que se refiere al sistema de los tratados. Como si una sola frase fuese mi interpretaci¨®n de dicho sistema regulador de manera de vincularse externamente el Estado.
2. Se olvida voluntariamente de cuanto he escrito sobre el tema, en especial en las muchas p¨¢ginas que dedico al tema en mi libro Una pol¨ªtica exterior para Espa?a, manteniendo la tesis contraria a la que se me atribuye. As¨ª como hasta tres intervenciones largas y detalladas en el Senado, ya aprobada la Constituci¨®n y precisamente sobre aspectos constitucionales accesion a la OTAN.
3. Se cita una intervenci¨®n concreta -o mejor, una frase de ella-, el 28 de septiembre de 1978, distorsion¨¢ndola. Veamos la realidad: yo hab¨ªa presentado en comisi¨®n una enmienda, n¨²mero 1.065, destinada a que la recepci¨®n del derecho que produce la CEE no pudiese incorporarse en el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol por medio de decretos -delegaci¨®n legislativa-, sino por el procedimiento de ley. La raz¨®n era la importancia que, una vez en la CEE, tendr¨¢ la recepci¨®n del derecho comunitario, que en algunos puntos es, como se sabe, la aplicaci¨®n directa y de valor prioritario.
Para se?alar lo espec¨ªfico del caso de la CEE, contrastaba yo el car¨¢cter legiferante de la Comunidad con el de otras organizaciones multilaterales, entre ellas la OTAN. Dec¨ªa que, a diferencia de la CEE, la OTAN no significaba
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transferencia de soberan¨ªa en el aspecto legislativo. Me refer¨ªa, como se deduce de la lectura con esta de la intervenci¨®n, a que los ¨®rganos de la OTAN no produc¨ªan derecho directamente incorporable en nuestro ordenamiento. La referencia al t¨¦rmino soberan¨ªa se relacionaba en aquel momento con la capacidad legislativa. (En el sentido, por ejemplo, en que origi nariamente lo emplea Bodino: "Vemos as¨ª que el car¨¢cter principal del soberano consiste en dar ley a los s¨²bditos, en general, sin su consentimiento", Los seis libros de la Rep¨²blica, p¨¢gina 32, de la edici¨®n de 1955. O de Hobbes, Le viathan, edici¨®n Penguin, 1974, p¨¢ginas 189 y siguientes.)
Naturalmente, esta cuesti¨®n de la capacidad legiferante de la OTAN nada tiene que ver con las limitaciones que en la entrada en la misma producen en las competencias derivadas de la Constituci¨®n (competencias del Rey, del Gobierno, etc¨¦tera) ni se refieren a la contradicci¨®n de entrar en alianza con una potencia que usurpa un territorio espa?ol, Gibraltar; ni tampoco con, la limitaci¨®n, en cuanto a las opciones de la pol¨ªtica exterior espa?ola que significa el art¨ªculo 82 del Tratado de Washington.
Solamente teniendo en cuenta el apresuramiento de ciertos grupos parlamentarios en una cuesti¨®n tan importante, como es la integraci¨®n en la OTAN, se puede explicar que personas como los se?ores Rodr¨ªguez Herrero de Mi?¨®n, Arias-Salgado y Roca Junyent puedan incurrir en distorsiones de este tipo/ Senador por Asturias.
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