Lamentable espect¨¢culo
M¨¢s de 2.000 escopetas se dedicaron a esquilmar la poblaci¨®n de ¨¢nades del pantano sin que nadie se preocupara por estudiar qu¨¦ ocurr¨ªa all¨ª, vigilar la actividad de los cazadores y la oportunidad del ejercicio de la caza en el lugar.Los dos primeros d¨ªas siguientes a la apertura de la veda para caza menor no han podido ser m¨¢s desafortunados en el pantano del Ebro. La mayor parte de las orillas de este lago gozan de libertad absoluta para el ejercicio de la caza, lo que llev¨® a que un sinn¨²mero de escopeteros al margen de cualquier ¨¦tica cineg¨¦tica da?aran sensiblemente la riqueza natural de este paraje.
Ya desde alg¨²n tiempo antes de la apertura de la veda, cantidad de infractores se dedicaban a matar ¨¢nades en las orillas, caza que, resultaba patente al observar algunas riberas desiertas de su habitual comunidad de aves y al escuchar los comentarios de estos individuos, ufanos por haber transgredido la ley con la mayor impunidad, cosa f¨¢cil aqu¨ª porque la guarder¨ªa del Icona es inexistente en un lugar como este, donde la riqueza de caza y el n¨²mero de cazadores exigen una profunda y seria vigilancia y un adecuado estudio de las aves.
Pero la barbarie contin¨²a. Desde las primeras luces del alba o incluso a la luz de la luna comienzan los disparos. Podo a poco van d¨¢ndose cita escopetas en las orillas hasta alcanzar cifras verdaderamente alarmantes el d¨ªa d¨¦ la apertura. Una escopeta cada cien metros de orilla y m¨¢s de veinte disparos por minuto en una limitada ¨¢rea son datos que hemos recogido en este y otros en a?os precedentes.
Con esta situaci¨®n es imposible la supervivencia de ni una sola lim¨ªcola, aves que s¨®lo viven en las orillas apropiadas y de las que suelen perecer todas, menos algunas que abandonan resueltamente el lugar.
Los patos van abandonando las orillas, concentr¨¢ndose en las aguas centrales del pantano en busca de tranquilidad, cuando entran en juego las embarcaciones. La caza desde lanchas a motor est¨¢ prohibida por el actual reglamento de caza, pero en el pantano, as¨ª como en otras zonas h¨²medas de la regi¨®n, esta es una pr¨¢ctica com¨²n, ignorada de nuevo por el ente competente de salvaguardar nuestro patrimonio natural., director de la Secci¨®n Cantabra de la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa.
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