La URSS pide excusas a Suecia por el incidente del submarino sovi¨¦tico encallado en Karlskrona
El embajador sovi¨¦tico en Estocolmo, Mijail Javjovlev, present¨® ayer ante el ministerio sueco de Asuntos Exteriores una nota del Gobierno de la URSS en la que "se piden excusas", en un tono desacostumbrado en la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica, sobre el "lamentable episodio" del submarino sovi¨¦tico encallado desde hace cinco d¨ªas en aguas prohibidas de la base naval sueca de Karlskrona.
, La petici¨®n de excusas de la URSS ha sido considerada en Suecia como un ¨¦xito, dada la ausencia de precedentes diplom¨¢ticos similares por parte de Mosc¨². El ministro de Asuntos Exteriores sueco, Ola Ullsten, se mostr¨® optimista en cuanto a la soluci¨®n de un problema en el que "ambas partes desean terminar cuanto antes mediante un trabajo conjunto de colaboraci¨®n", seg¨²n dijo. Ullsten rest¨® dramatismo al asunto.En el archipi¨¦lago de Karlskrona, la situaci¨®n permanece inalterada en virtud de que el capit¨¢n de la nave, Pjotr Guzjin, contin¨²a neg¨¢ndose a abandonar su barco para trasladarse a tierra firme, donde las autoridades suecas esperan para interrogarlo.
Dos diplom¨¢ticos sovi¨¦ticos de la representaci¨®n en Estocolmo, el agregado militar Kurij Prosvirnin, y el segundo secretario, Boris Grigoriev, que se encuentran ahora en KarIskrona, han mantenido contactos telef¨®nicos con el capit¨¢n inst¨¢ndole a deponer su actitud, a lo que ¨¦ste se ha negado aduciendo que s¨®lo recibir¨¢ ¨®rdenes de sus jefes superiores y en forma directa. En las conversaciones mantenidas por funcionarios de la Embajada de la URSS con el capit¨¢n se le pregunt¨® si ¨¦ste hab¨ªa recibido ¨®rdenes de penetrar en aguas territoriales suecas, a lo que ¨¦ste contest¨® que no.
Cumplir el reglamento
La actitud negativa del capit¨¢n, que a primera vista puede parecer un acto de desacato, se ajusta sin embargo a las reglamentaciones de la marina sovi¨¦tica, por las cuales bajo ning¨²n concepto el capit¨¢n debe abandonar la nave sin instrucciones expresas de sus jefes.
As¨ª lo han interpretado los oficiales suecos, que entienden que la actitud del capit¨¢n sovi¨¦tico es correcta. En todo caso, la pregunta que muchos se formulan es por qu¨¦ no llega esa orden que significar¨ªa un gran paso hacia la finalizaci¨®n del incidente.
Ser¨ªan pues tr¨¢mites burocr¨¢ticos los que estar¨ªan retardando la soluci¨®n del litigio. Este inconveniente no debe interpretarse, sin embargo, como un endurecimiento de la situaci¨®n, sino tan s¨®lo como una postergaci¨®n de su desenlace. Ola Ullsten, por su parte, ante la televisi¨®n norteamericana, admiti¨® que "todas las potencias, las grandes y las peque?as, realizan espionaje", con lo que impl¨ªcitamente reconoci¨® que se estaba frente a un caso similar, mientras que al generalizar restaba dramatismo al asunto.
Entre tanto, el asunto ha servido para que se trate de explotar el incidente seg¨²n las inclinaciones pol¨ªticas de los distintos sectores. As¨ª, el Comit¨¦ Raoul Wallenberg ha solicitado al Gobierno sueco que tome prisionero al capit¨¢n del submarino y lo canjee por R. Wallenberg, un diplom¨¢tico sueco que en enero de 1945 fue detenido por las autoridades militares sovi¨¦ticas y en la URSS, seg¨²n dichas fuentes, habr¨ªa muerto posteriormente. En medios suecos nunca se acept¨® la versi¨®n de la muerte y se cree que contin¨²a preso, por lo que ha habido peticiones diplom¨¢ticas reiteradas. Wallenberg se hab¨ªa destacado por haber salvado a muchos jud¨ªos de los nazis.
Pero el Gobierno sueco, a trav¨¦s del ministro de Asuntos Exteriores, ha descartado toda posibilidad de mezclar el asunto Wallenberg con el problema del submarino.
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