Los democristianos de la RFA inician ma?ana su congreso
El partido democristiano de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), que inicia su congreso ma?ana en Hamburgo, se presenta incapaz de ofrecer una alternativa pol¨ªtica y personal a la coalici¨®n social-liberal (SDP-FDP) y al canciller federal, Helmut Schmidt.No obstante, los vientos pol¨ªticos de la RFA soplan a favor de los democristianos: si las elecciones se celebrasen este domingo, conseguir¨ªan algo m¨¢s del 50% de votos, mientras que los socialdem¨®cratas del canciller Helmut Schmidt caer¨ªan hasta un 33%, los liberales del ministro de asuntos exteriores Hans-Dietrich Genscher rondar¨ªan el 10% y los ecologistas verdes llegar¨ªan incluso a un 6% de votos.
Los democristianos (CDU) se benefician de la crisis permanente de la coalici¨®n social-liberal que gobierna en Bonn, de los desastres a la hora de elaborar el presupuesto, de la incapacidad de sanear la econom¨ªa del pa¨ªs, de las divisiones provocadas por el rearme at¨®mico y de la ca¨ªda provocada por la enfermedad del canciller Schmidt, que dej¨® a todos preocupados sobre la vitalidad del actual Gobierno federal.
A pesar de esta situaci¨®n tan favorable, la oposici¨®n no ha sabido sacar el partido pol¨ªtico necesario y la tendencia favorable del electorado registrada en los sondeos de opini¨®n responde m¨¢s bien a los errores del contrario que a los propios m¨¦ritos.
El l¨ªder democristiano Helmut Kohl, presidente de la CDU y jefe de la fracci¨®n parlamentaria, se ha mostrado incapaz de ofrecer una alternativa pol¨ªtica que atraiga a los liberales (FDP) y tampoco ha sabido o no ha querido dar una respuesta a los problemas que preocupan a todos en la RFA.
No todos en la CDU comparten la estrategia de silencio aplicada por Helmut Kohl, y en las filas democristianas se empieza a hablar m¨¢s o menos veladamente de que el actual presidente no es el hombre adecuado para llevar al partido a una victoria electoral.
Kohl, aunque en las elecciones de 1976 lleg¨® a obtener, junto con el partido hermano b¨¢varo (CSU), un 48,6% de la totalidad de los votos, est¨¢ puesto en tela de juicio por su propio partido, donde se empieza a pensar en otros hombres para las elecciones de 1984: el presidente de Gobierno del Estado de Schleswig-Holstein, Gerhard Stoltenberg, y el de Baja Sajonia, Ernst, Albrecht.
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