En una sociedad avanzada, el divorcio no puede ser un hecho patol¨®gico
La conveniencia de que el juez valore los informes del psic¨®logo y del asistente social al decidir a qu¨¦ padre entrega la custodia de los hijos en caso de divorcio, fue especialmente subrayada por los participantes de una mesa redonda que se celebr¨® el pasado jueves en Madrid, a iniciativa del centro Luria y la Fundaci¨®n del Hogar del Empleado.
?A m¨ª me resulta apremiante la necesidad de contar con estos asesores en la mayor¨ªa de los casos que juzgo?, reconoci¨® Rom¨¢n Garc¨ªa, uno de los dos jueces de familia ponentes del coloquio. Junto a ¨¦l se encontraban diversos profesionales afectados por el tema desde sus respectivas ¨¢reas: el tambi¨¦n juez de familia Ignacio Sierra, los abogados matrimonialistas Ignacio Careaga y Jes¨²s Rey, la asistente social Isabel Cerdeira, la presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Separadas, Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, dos psic¨®logos de Luria y un soci¨®logo del equipo Edis.Previamente, Carmen Serrat y Antonio Garc¨ªa, ambos psic¨®logos, hab¨ªan dise?ado el papel del psic¨®logo ante los conflictos emocionales que sobrevienen a muchos divorciados tras su ruptura matrimonial, as¨ª como la incidencia de la misma en los hijos comunes. ?La soledad, el cambio de imagen, las dificultades econ¨®micas y la sensaci¨®n de fracaso generan situaciones de ansiedad e incluso actitudes de hostilidad hacia el otro c¨®nyuge?, se?al¨® Carmen Serrat. ?En estos casos, el terapeuta puede ayudar a resolver esos problemas con una serie de t¨¦cnicas perfectamente estructuradas. Hasta hace poco era el consejero espiritual el que asum¨ªa la funci¨®n del terapeuta, pero sin los planteamientos cient¨ªficos de ¨¦ste. En la actualidad, el psic¨®logo est¨¢ en condiciones de prevenir conflictos de pareja entrenando a los c¨®nyuges en un nuevo aprendizaje de habilidades de comunicaci¨®n, sobre todo cuando la pareja no puede vivir junta y a la vez se sigue queriendo. Y cuando el divorcio ya es un hecho, puede potenciar la autonom¨ªa personal de los c¨®nyuges y su decisi¨®n de divorciarse y adaptarse a nuevos h¨¢bitos de vida, as¨ª como favorecer actitudes de pacto y negociaci¨®n respecto a los hijos que eviten hostigamientos innecesarios y chantajes emocionales?. Por su parte, Antonio Garc¨ªa enfatiz¨® la necesidad de llegar a un acuerdo en el tema de la custodia de los hijos.
Procedimiento m¨¢s civilizado
El matrimonialista Jes¨²s Rey abon¨® los planteamientos de los psic¨®logos y asegur¨® que eran m¨²ltiples las situaciones en las que ¨¦l echaba en falta a estos profesionales cuando se encontraba en su despacho ?a c¨®nyuges llenos de agresividad, incapaces de llegar a un acuerdo porque no se les ha educado en la tolerancia y en la objetividad, y cargados de subjetivismos celtib¨¦ricos y de una ¨²nica obsesi¨®n por la propiedad de los hijos: "Que no me quiten a mis hijos" es la frase m¨¢s empu?ada por ambos?.Frente a esta divisi¨®n truculenta, Ignacio Careaga discrep¨® de su colega y record¨® que ?algo ha cambiado la sociedad espa?ola respecto a la propiedad de los hijos y que incluso la propia separada es m¨¢s propensa hoy a aceptar que los hijos puedan estar bien con el padre y tiene una mayor capacidad negociadora?. En cuanto a las nuevas relaciones amorosas de los padres, que para Jes¨²s Rey eran nuevas fuentes de disputas, al no querer algunos c¨®nyuges que los hijos convivieran con el actual amante de su ex pareja, Ignacio Careaga expuso un punto de vista m¨¢s optimista: ?Cada vez es m¨¢s natural la relaci¨®n de los hijos con los ligues de sus padres y les aceptan o no en funci¨®n de que les caigan bien o no, pero nunca por previos juicios de valor?.
Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo resalt¨® su satisfacci¨®n por la ley de Divorcio, ?que, al ser un procedimiento m¨¢s civilizado que los traum¨¢ticos procesos de separaci¨®n que hemos padecido, va a evitar la manipulaci¨®n de los hijos y va a favorecer la actitud conciliadora respecto a la custodia de los mismos. A?os atr¨¢s hab¨ªa que demostrar que el otro c¨®nyuge era muy malo para quedarse con los hijos, y ahora ya no es necesario. Ahora, afortunadamente, los hijos no se van a dar al m¨¢s santo, sino al mejor educador?. Coment¨® asimismo Ana Mar¨ªa del Campo las noticias de Prensa en las que se hablaba de que eran pocas las demandas de divorcio presentadas, ?como si hubi¨¦ramos estado luchando para nada, cuando no es as¨ª: las demandas de divorcio est¨¢n llegando a los juzgados y yo calculo m¨¢s de 10.000 en Madrid antes de finalizar el a?o; lo que ocurre es que mucha gente tiene miedo de revivir aquellos espantosos procesos de separaci¨®n que ya padecieron en los tribunales eclesi¨¢sticos?. Del mismo modo, reclam¨® la incorporaci¨®n de los equipos asesores a los juzgados de familia, ?retrasados por la dimisi¨®n de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, que ya los ten¨ªa listos?, y precis¨® que la asistente social, imparcial y objetivamente, puede visitar a los ni?os y estudiar la situaci¨®n de cada c¨®nyuge, ?estableciendo a qu¨¦ padre debe encomendarse la custodia de los hijos y qu¨¦ pensi¨®n necesita el c¨®nyuge necesitado ?.
El juez Rom¨¢n Garc¨ªa distingui¨® entre la solicitud de divorcio por mutuo acuerdo, ?que es un procedimiento breve, que a veces no supera los diez d¨ªas, sobre todo si no hay hijos menores?, y los procesos en que existen discrepancias, ?lo que requiere, como m¨ªnimo, un plazo de tres meses?. M¨¢s tarde explic¨® que la mayor parte de las demandas presentadas hasta ahora ?alegan la causa de cese de la convivencia conyugal durante cinco a?os o de dos a?os libremente consentidos?. Por ¨²ltimo, los presentes estuvieron de acuerdo en la necesidad de despatologizar el divorcio, ?ya que es un hecho normal que la misma pareja tiene que aprender a manejar, aunque a veces requiera el apoyo de un t¨¦cnico o psic¨®logo?, seg¨²n resumi¨® Ignacio Careaga. Y, al mismo tiempo, se hizo hincapi¨¦ en la cooperaci¨®n de los dos c¨®nyuges en la educaci¨®n de sus hijos, aunque ¨¦stos est¨¦n encomendados a uno de ellos.
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