Funcionarios
Resulta que poco tiempo despu¨¦s de estrenada esta democracia las Cortes Espa?oles legislan reconocer a los funcionarios del Estado los a?os de servicio que hubiesen prestado a la Administraci¨®n previamente a su ingreso en los cuerpos correspondientes. Todos los grupos pol¨ªticos estaban de acuerdo. Era justo y hab¨ªa que hacerlo. Con ello se correspond¨ªa, adem¨¢s, a una larga y continuada ilusi¨®n, o quiz¨¢ obsesi¨®n, de estos funcionarios. Para demostrar que aquello iba en serio hasta se comenzaron a pagar los trienios resultantes.
Pero, ?pobres papagayos!, la alegr¨ªa dur¨® poco. Tan pronto como Abril Martorell intuy¨® la conveniencia de reducir el gasto p¨²blico, su primer paso fue dilapidar estas ilusiones, consolidadas ya entonces con tanta fuerza legal como cualquier otro concepto del sueldo de todo funcionario, pol¨ªtico o ex pol¨ªtico. Adem¨¢s le result¨® f¨¢cil. Estaba entonces UCD a partir un pi?¨®n con las minor¨ªas vasca y catalana, como consecuencia de los pactos sobre los respectivos estatutos de autonom¨ªa, y, con el voto en contra de CD, PSOE y PCE, el decreto-ley anulando los efectos econ¨®micos de aquella ley hasta el 1 de agosto de 1982 fue aprobado.
La espera volv¨ªa a ser larga, pero esta vez la fecha era fija. Adem¨¢s, el propio decreto-ley lo dejaba muy claro: llegado el d¨ªa, las resoluciones recobrar¨¢n eficacia autom¨¢ticamente, sin necesidad de petici¨®n del interesado ni de acto especial alguno.
Pero, ?pobres loritos multicolores!, cuando con renovada inocencia van a descifrar en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1982, pr¨®ximo a debatirse en el Congreso, si por fin se hab¨ªan incluido las previsiones econ¨®micas para el pago de los ansiados trienios, la previsi¨®n apareci¨® clara: se prorroga nuevamente la suspensi¨®n de los efectos econ¨®micos durante la vigencia de aquella ley de Presupuestos.
?Qui¨¦n apoyar¨¢ esta vez al partido del Gobierno en tan original idea ahorradora? ?Ser¨¢n las mismas minor¨ªas o surgir¨¢n nuevas novias en el marco de los nuevos idilios pol¨ªticos?/
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