Boskov

Vujadin Boskov responde perfectamente a lo que debe ser el estereotipo del entrenador yugoslavo. Siempre tiene buenas palabras para el adversario y sabe justificar a los suyos. Boskov se amolda a los usos y costumbres del Madrid tan bien, o mejor, que cualquier entrenador espa?ol.El papel de Boskov t¨¦cnicamente resulta muy discutible. El juego que realiza el equipo es cada vez m¨¢s decepcionante. Las decisiones que toma no resultan, en la mayor¨ªa de los casos, demasiado comprensibles. El pasado mi¨¦rcoles dej¨® a Ito en el banquillo durante todo el primer per¨ªodo. Aunque el salmantino no es un jugador cuajado y sus funciones, a veces, son m¨¢s deslumbrantes que pr¨¢cticas, al menos tiene una alegr¨ªa que no poseen otros companeros suyos. Ito, en casa, no es jugador desechable por principio.

Una gran esperanza para el Mundial era Gallego. Boskov le ha convertido en un jugador comod¨ªn y, a estas alturas, no posee la seguridad en s¨ª mismo que le pod¨ªa haber proporcionado la titularidad. Gallego, con Boskov, corre el peligro de quedarse en un jugador muy aprovechable, pero oscuro. La selecci¨®n espa?ola necesita un centrocampista de sus condiciones. Boskov lo est¨¢ inutilizando. Y de Garc¨ªa Hern¨¢ndez no hablo porque resulta in¨²til. Boskov sigue sin entender que en los partidos de casa, ante equipos encerrados en su ¨¢rea, hacen falta tiradores de larga distancia.