15.000 polic¨ªas mexicanos, expulsados por corrupci¨®n
Quince mil polic¨ªas de la ciudad de M¨¦xico, que cuenta con una plantilla total de 33.000, han sido expulsados del cuerpo o puestos a disposici¨®n de la justicia durante los ¨²ltimos cinco a?os por extorsionar a la poblaci¨®n, seg¨²n ha revelado el m¨¢ximo responsable de la polic¨ªa, general Arturo Durazo.
Este reconocimiento de corrupci¨®n generalizada no ha impedido al jefe de la polic¨ªa manifestar que los cuerpos de seguridad mexicanos son de los m¨¢s capaces del mundo, y aun quejarse de que los sindicatos les acusen indiscriminadamente, El clamor contra los abusos policiales ha alcanzado tal magnitud, que incluso los l¨ªderes sindicales han llegado a decir que los ciudadanos "est¨¢n hartos" de la polic¨ªa."No se puede poner en entredicho el trabajo de 33.000 hombres y mujeres", ha protestado el general Durazo, "porque unos cuantos han cometido abusos y extorsiones. Yo pido a los dirigentes del Congreso del Trabajo y a la Confederaci¨®n de Trabajadores Mexicanos (conglomerado sindical del PRI) que los denuncien p¨²blicamente y los se?alen para poder actuar contra ellos". Para el geneal Durazo, el concepto de "unos cuantos polic¨ªas' puede incluir casi a la mitad de sus hombres, porque despu¨¦s de esa queja contra los sindicatos a?adi¨®: "En los cinco a?os que llevo como jefe de la Polic¨ªa Municipal he cesado, detenido y puesto a disposici¨®n de la Procuradur¨ªa a m¨¢s de 15.000 polic¨ªas que cometieron abusos y extorsiones contra la ciudadan¨ªa. No es tan f¨¢cil acabar con vicios vicios, pero si los dirigentes obreros tienen pruebas contra los malos polic¨ªas, que acudan a m¨ª, para que podamos castigarlos".
M¨¦xico, con un tr¨¢fico ca¨®tico m¨¢s de tres millones de coches en circulaci¨®n, es una de las pocas ciudades del mundo donde la multa es algo inexistente. Un cruce prohibido o un sem¨¢foro atravesado en rojo rara vez se resuelven con la cartulina de la sanci¨®n. Unos pesos al guardia y todo queda resuelto amablemente.
"Mordida" a 400 pesetas
El pueblo ha acu?ado el t¨¦rmino de mordida para expresar certeramente este convenio social, que lejos de desaparecer est¨¢ en alza permanente por efecto de la inflaci¨®n. En un a?o la "mordida" tipo ha subido de veinte a cien pesos (cuatrocientas pesetas). Algunas esquinas particularmente conflictivas de la ciudad son objeto de semi subastas entre los polic¨ªas. No todo el importe de esta especie de impuesto extralegal va a los bolsillos de sus gestores. Los oficiales, que no se ensucian las manos directamente, exigen su cuota en el negocio de los subalternos, que de esta forma se ven forzados a mostrarse diligentes a fin de cubrir su presupuesto y el de sus superiores. El singular negocio se completa con la tramitaci¨®n de los carn¨¦s de conducir. A falta de pruebas pr¨¢cticas de conducci¨®n, mil pesos (quinientos para el Estado y otros tantos para el oficial de turno) acreditan como conductor a toda persona, mexicana o extranjera, por mucho que no haya cogido un volante en su vida.El negocio de los oficiales de polic¨ªa no forma parte de ning¨²n bulo popular. El hablador general Durazo descarg¨® una reciente fil¨ªpica a sus oficiales, con las c¨¢maras de televisi¨®n como testigos, dici¨¦ndo les que no iba a consentir por m¨¢ tiempo que extorsionasen a los pobres guardias de a pie, que se ve¨ªan forzados a recurrir a la mordidita para redondear su sueldo.
Dif¨ªcil tarea la que enfrenta el candidato presidencial del PRI, Miguel de la Madrid, que se presenta como "el candidato de la re novaci¨®n moral". La mordida no e sino la punta de una corrupci¨®n generalizada que hace desaparecer de los presupuestos generales del Estado unos dos billones y me dio de pesetas cada a?o, seg¨²n una denuncia no desmentida de un diputado de la oposici¨®n.
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