Soy un enfermo mental
Por tratarse de un enfermo mental, doy por seguro de que usted no dar¨¢ a la luz esta carta m¨ªa. Y ello por los muchos prejuicios sociales que arrastra a¨²n la Prensa llamada democr¨¢tica. Pero ya ver¨¢, por lo que le digo a regl¨®n seguido, que lo que perseguimos ser¨¢, en ¨²ltimo t¨¦rmino, el que se nos ese uche como a personas que somos y no que se nos d¨¦ de lado cual animales inmundos.En lo que va de a?o llevo siete ingresos en el Alonso Vega, y todo es por la incomprensi¨®n que hacia nosotros siente la sociedad. Nos gustar¨ªa ser mejores, pero no lo logramos, porque nadie pone nada de su parte para que no se nos estigmatice. Ahora, su majestad la Reina ha asistido al Congreso Internacional para la Prevenci¨®n de Disminuidos F¨ªsicos y Ps¨ªquicos. Entre estos ¨²ltimos me encuentro yo. Pero no sabemos a qu¨¦ conducen estos congresos y reuniones, porque cada vez se nos aparta m¨¢s de la sociedad, y aunque deseemos ser miembros de pleno derecho, nos dicen que somos seres inservibles. Yo no comprendo c¨®mo una sociedad que se llama democr¨¢tica puede admitir que sus enfermos del alma -que no otra cosa significa el ser enfermo ps¨ªquico- sean autom¨¢ticamente apartados de la vida social como si fu¨¦semos leprosos sin capacidad de curaci¨®n.
Tenemos una llamada, cuando tanto se habla de los manicomios, que hacer a ese mundo llamado normal: tenemos que decirles que necesitamos amor, comprensi¨®n y, sobre todo, que nos comprendan; que no somos una raza aparte, sino un colectivo que necesitamos el cari?o que se nos niega por el mero hecho de ser enfermos. Yo le digo esto porque soy pensionista de la Seguridad Social por ser enfermo con psicosis esquizofr¨¦nica y neuritis retrobulbar. Intento por todos los medios ser ¨²til a la sociedad, pero ella no me lo permite. Su majestad el Rey, en carta que obra en mi poder, dijo que se me asistiese como trabajador que tantos a?os fui para engrandecer a nuestra naci¨®n, y se me concedi¨® la pensi¨®n de la que ahora vivo. No por la intercesi¨®n de Su Majestad," la cual es valios¨ªsima, sino porque trabaj¨¦ para mi Espa?a todos los a?os de mi vida, y a¨²n siendo joven, que tengo 35 a?os, hubiese trabajado igual si mi enfermedad me lo permitiese. Pero voy a que nadie nos hace caso. Somos como los parias de una sociedad, que por el mero hecho de ser deficientes nadie nos quiere, olvid¨¢ndose del mucho trabajo entregado a trav¨¦s de los a?os.-/
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