El genio interpretativo de Daniel Barenboim

En los dos ¨²ltimos conciertos del ciclo Beethoven, Daniel Barenboim nos ha dado muy diversas medidas de su genio, esto es -seg¨²n la Real Academia-, ?de su facultad para crear cosas nuevas y admirables?. Que el arte interpretativo de Barenboim, ante el piano, ante la orquesta, es original y de rica imaginaci¨®n.Su creaci¨®n del primer concierto, en do mayor, inserto -como la primera sinfon¨ªa- en el m¨¢s puro estilo cl¨¢sico vien¨¦s, result¨® prodigiosa. No ser¨¢ necesario detallar las cualidades de Barenboim como hondo m¨²sico y como virtuoso de atractiva fuerza. Vale la pena recordar c¨®mo en manos de Baretiboim, el ?concierto? nac¨ªa ante nosotros, con lo que tuvimos la sensaci¨®n del estreno. Esa dimensi¨®n de perdurabilidad, de renovaci¨®n de la sorpresa, es caracter¨ªstica de toda gran expresi¨®n art¨ªstica; pero es preciso que el int¨¦rprete sepa descubrirla y evidenciarla o como suele decirse, explicarla.

Flexibilidad de la melod¨ªa

Como si de otro teclado se tratara, manej¨® a continuaci¨®n Barenboim su Orquesta de Par¨ªs en la Octava sinfon¨ªa, verdadero punto de reposo antes del gran salto de la Novena. Escuchar a un instrumento tan precioso como el par¨ªsiense producirse con total flexibilidad, obediente al m¨¢s leve impulso de la batuta, a la su gerencia gestual de esta o aquella retenci¨®n -de sonido o de silencio- fue toda una experiencia. En el allegretto, Barenhoim consigui¨® incluso los m¨¢s perfectos rubatos (flexibilidad de la melod¨ªa sobre regularidad del bajo). Como los que logra en su condici¨®n de pianista.

Termin¨® el ciclo en apoteosis con la Sinfon¨ªa con coros. El Real rebas¨® en mucho su aforo, y el p¨²blico rompi¨® los l¨ªmites del entusiasmo. En verdad, Daniel Barenboim hizo su novena, la que viene pensando desde muchacho, y si es cierto que al conductor virtuosista se le escap¨® alg¨²n detalle de perfecci¨®n a la hora de realizar sus ideas, no lo es menos que todo qued¨® compensado por las mil bellezas objetivas y por el tir¨®n de una interpretaci¨®n creativa. Estupendamente planteada y resuelta la construcci¨®n del primer movimiento, pod¨ªamos admirar los mil detalles enriquecedores de la arquitectura sonora, todos ellos dirigidos a una trascendente finalidad expresiva. Cuanto nos dice el Beethoven de Bareriboim supera la belleza pros¨®dica desde su radical valor significante.

Versos de Schiller

Aplicado esto al dificil Adagio molto e cant¨¢bile, montado sobre lo l¨ªrico-expresivo como estructura, ilumin¨® todas y cada una de las variaciones que, con clar¨¢cter bien distinto, anteceden a otra serie de variaciones: las que constituyen el movimiento final, con la Oda a la alegr¨ªa. Variaciones de car¨¢cter seg¨²n demandan los versos de Schiller que van desde lo religioso, con ra¨ªz gregoriana, hasta la marcha popularista que acompasa la percusi¨®n (acaso uno de los primeros vulgarismos, conscientemente asumidos, que preanuncian los de Mahler).

El entramado de tensiones analizables a lo largo de la obra entera fue meridianamente expuesto por Barenboim, un buen cuarteto vocal -del que sobresale la soberana categor¨ªa de Heather Harper- y el Orfe¨®n Donostiarra, que dirije Antonio Ayestar¨¢n. Estuvo fabuloso ya la altura de la gran orquesta con la que colaboraba.

El Real se ven¨ªa abajo despu¨¦s de la Novena, culminaci¨®n del inmenso triunfo madrile?o de los m¨²sicos de Par¨ªs y de Daniel Barenboim. Triunfo tambi¨¦n -es honesto decirlo- de Alfonso Aij¨®n e Iberm¨²sica, capaces de acometer iniciativas tan importantes en lo art¨ªstico como arriesgadas en lo econ¨®mico.

Un ciclo excepcional

El ciclo de conciertos dedicado a Beethoven en el teatro Real de Madrid por la Orquesta de Par¨ªs, que dirige Daniel Barenboim, comenz¨® hace una semana. Antes hab¨ªa tenido lugar el mismo ciclo en el Palau de la M¨²sica, de Barcelona. Se trata de una minitemporada excepcional que comenz¨® con la interpretaci¨®n de la Heroica, sigui¨® con la Cuarta y la Quinta, prosigui¨® con Concierto en do, n¨²mero 1 y tuvo su momento culminante con la Novena sinfon¨ªa. El programa, del que el m¨²sico interpretado y el joven director que hace posible la perfecci¨®n ejecutada de su m¨²sica, ha animado de modo ins¨®lito la temporada musical madrile?a que, por otra parte, en los ¨²ltimos tiempos no precisa de excesivos est¨ªmulos para aparecer viva. El concierto inaugural de esta serie cont¨® en Madrid con la presencia de la reina Sof¨ªa y del presidente del Gobierno, ambos conocidos mel¨®manos.