El pacifismo y el neutralismo que se extienden por Europa occidental ponen en entredicho la solidaridad atl¨¢ntica
El presidente Ronald Reagan intent¨®, el mi¨¦rcoles 18 de noviembre, decantar en favor de Estados Unidos el gran debate entablado en Occidente en torno a la carrera de armamentos, y que se estaba volviendo en contra suya. Para Washington, el momento no pod¨ªa ser m¨¢s oportuno: el sondeo, realizado a petici¨®n de Le Nouvel Observareur, bajo la direcci¨®n de Br?le-Ville Assocci¨¦s (BVA), en cuatro pa¨ªses simult¨¢neamente, ha puesto de relieve que, tras las tesis pacifistas que han alcanzado en Europa occidental una audiencia considerable, se est¨¢ perfilando la r¨¢pida ascensi¨®n de una corriente neutralista y, en consecuencia, la puesta en entredicho de la solidaridad atl¨¢ntica.
La iniciativa del presidente norteamericano viene a coincidir precisamente con el momento en que el presidente Le¨®nidas Breznev, con ocasi¨®n de su visita a Bonn -su primer viaje a Occidente desde la invasi¨®n de Afganist¨¢n-, intentaba incrementar a¨²n m¨¢s la ventaja alcanzada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica en los ¨²ltimos meses, al haber con seguido hacerse pasar por el abogado m¨¢s elocuente del desarme.?Qu¨¦ ha dicho Reagan? Sencillamente ha propuesto a la Uni¨®n Sovi¨¦tica lo que se denomina la opci¨®n cero. Esta opci¨®n implica, por una parte, que la OTAN renuncia a desplegar los misiles Cruise y los cohetes Pershing que hab¨ªa decidido instalar en Europa occidental y, como contrapartida, que la Uni¨®n Sovi¨¦tica se compromete a desmantelar, entre otras, sus instalaciones de misiles SS-20 existentes en Ucrania y Siberia.
De este modo, Reagan ha invertido radicalmente el juego. Mosc¨² dispon¨ªa hasta ahora de una baza apreciable a su favor: como sus misiles estaban ya instalados, s¨®lo ten¨ªa que presentar la planeada instalaci¨®n de cohetes enemigos como un acto belicista. Esta postura no planteaba ninguna dificultad, puesto que los pacifistas sol¨ªan denunciar m¨¢s frecuentemente los misiles norteamericanos en proyecto que los cohetes sovi¨¦ticos ya instalados. Ahora bien, la actitud de Ronald Reagan ha cogido desprevenidos a los pacifistas: al ser id¨¦ntica la amenaza que representan unos y otros, suprim¨¢moslos ambos. Esta tesis no pueden desaprobarla los diferentes movimientos para la paz, so pena de parecer parciales, y los sovi¨¦ticos, por su parte, tendr¨¢n dificultades para rechazarla sin perder una parte del cr¨¦dito que hab¨ªan logrado ganar. ?Bastar¨¢ esta contraofensiva de Washington para contrarrestar a pacifistas y neutralistas?
Neutralismo brit¨¢nico
El Reino Unido ha sido el pa¨ªs en el que m¨¢s espectacularidad ha revestido el fen¨®meno neutralista. Al tratarse de un pa¨ªs al que la comunidad de lengua, la convergencia de intereses econ¨®micos y el entendimiento pol¨ªtico con Estados Unidos hab¨ªan convertido en el m¨¢s firme y fiel aliado de Washington, cabe hablar incluso de un giro de 180 grados. No s¨®lo las manifestaciones pacifistas cuentan con la aprobaci¨®n de una mayor¨ªa (52%), no s¨®lo el proyecto de instalaci¨®n de misiles norteamericanos es considerado como la amenaza principal por una importante minor¨ªa (29%), sino que adem¨¢s los partidarios de una neutralidad entre los "dos grandes" se imponen (por escaso margen, desde luego: 46% contra 43%) a los partidarios de la alianza con Estados Unidos. En los ¨²ltimos 35 a?os, ning¨²n sondeo hab¨ªa revelado nunca semejante tendencia en la opini¨®n p¨²blica del otro lado del canal de la Mancha.
La divisi¨®n pol¨ªtica es muy clara. La mayor¨ªa de los electores conservadores (53%) considera que los misiles sovi¨¦ticos son los m¨¢s amenazadores y defiende (65%) la alianza con Norteamerica. A la inversa, la mayor¨ªa de los electores del Partido Laborista, teme m¨¢s los cohetes norteamericanos que los sovi¨¦ticos (37% frente a 32%) y se pronuncia en un 57% a favor del neutralismo
Los electores del Partido Liberal y del nuevo Partido Social Dem¨®crata -cuya penetraci¨®n ha puesto de manifiesto la encuesta- est¨¢n divididos, aunque se acercan m¨¢s a la opini¨®n de los conservadores que a la de los laboristas. Por ¨²ltimo, las clases de edad m¨¢s favorables al neutralismo son las de los electores de menos de 45 a?os, es decir, los que no han conocido la guerra.
Masiva respuesta en la RFA
Los encuestados de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) son los que m¨¢s masivamente han respondido a las preguntas del sondeo de opini¨®n, con una tasa ¨ªnfima de "no contestan", actitud l¨®gica en un pa¨ªs que se ha convertido, por su geograf¨ªa pol¨ªtica, en el campo de batalla privilegiado de un eventual enfrentamiento.
Las manifestaciones pacifistas gozan tambi¨¦n aqu¨ª de gran popularidad (las aprueban un 59%). No existe para los encuestados una diferencia tan clara entre la amenaza de los misiles sovi¨¦ticos y norteamericanos, pero los primeros, ya instalados, se temen m¨¢s (58%) que los segundos, todav¨ªa en proyecto (33%). Sin embargo, a pesar de la duda que se ha introducido como una cu?a en la solidaridad atl¨¢ntica, es en la RFA donde menos fuerte se manifiesta la tentaci¨®n neutralista (44%), siendo incluso el ¨²nico de los cuatro pa¨ªses en el que la "alianza americana" es aprobada por mayor¨ªa.
Otra particularidad alemana: la divisi¨®n pol¨ªtica entre los electores de los dos grandes partidos, el democristiano y el socialdem¨®crata, es menos clara que en otros pa¨ªses. Los partidarios de la alianza con los norteamericanos son escasamente menos numerosos en el electorado de izquierda (54%),que en el de derecha (60%). En cualquier caso, el pacifismo y el neutralismo seducen muy claramente a los ciudadanos de menos de 34 a?os.
Simpat¨ªa en los Pa¨ªses Bajos
Pero es en los Pa¨ªses Bajos donde los pacifistas y los neutralistas han conseguido el mayor eco. Simpat¨ªa masiva hacia las manifestaciones pacifistas (79%), igualdad de temor entre la amenaza de los misiles sovi¨¦ticos SS-20 (29%) y la de los misiles Pershing y Cruise (24%) y amplia adhesi¨®n al neutralismo (55%).
Los electores democristianos y liberales son los ¨²nicos que se mantienen mayoritariamente fieles a la alianza con Norteamericana. El pacifismo cuenta con el apoyo casi un¨¢nime de los holandeses de menos de 45 a?os.
Solidaridad francesa
En el caso de Francia, los resultados son muy claros, pero deben interpretarse con prudencia. La mitad de los fraceses se sienten solidarios con las manifestaciones pacifistas, aun cuando ¨¦stas han tenido una amplitud mucho menor que en los pa¨ªses vecinos, y s¨®lo una tercera parte las desaprueban. La mayor¨ªa pacifista es especialmente fuerte entre los ciudadanos de 25 a 34 a?os (54%), as¨ª como entre los electores que apoyan a Fran?ois Mitterrand (60%) y a Georges Marchais (72%).
La amenaza sovi¨¦tica es considerada m¨¢s grave por un 41% de los franceses, frente a s¨®lo un 19% que teme m¨¢s los misiles norteamericanos, no pronunci¨¢ndose una tercera parte de las personas interrogadas. Los electores del comunista Georges Marchais son los ¨²nicos que temen m¨¢s los cohetes norteamericanos Pershing y Cruise (46%) que los SS-20 sovi¨¦ticos (21%).
Por ¨²ltimo, una amplia mayor¨ªa (58%) desea que Francia permanezca neutral, mientras que el 30% prefiere la alianza con Estados Unidos. El neutralismo predomina en todas las edades, pero sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes. Parad¨®jicamente, es m¨¢s mayoritario entre los electores de Mitterrand (69%) que entre los de Marchais (65%), pero un 12% de estos ¨²ltimos se pronuncia a favor de una alianza con la URSS.
Es asimismo parad¨®jico que los partidarios del neutralismo sean m¨¢s numerosos que los de la alianza con Norteam¨¦rica entre los electores giscardianos (51% frente a 43%), cuando son minoritarios (44% frente a 49%) entre los electores de los tres candidatos herederos del gaullismo (Chirac, Debr¨¦ y Gallet).
No obstante, los resultados franceses han de interpretarse con prudencia, dado que Francia es el ¨²nico de los cuatro pa¨ªses que ya no pertenece a la OTAN, el ¨²nico que dispone de una fuerza de disuasi¨®n independiente y en el que no se plantea la posible instalaci¨®n de misiles Cruise o Pershing.
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