La cera de UCD
TRAS EL largo forcejeo que finaliz¨® con la reunificaci¨®n de las presidencias del Gobierno y de UCD en la persona de Leopoldo Calvo Sotelo, los anunciados nombramientos de I?igo Cavero, como secretario del partido centrista, y de Jaime Lamo de Espinosa, como portavoz parlamentario, dejan entrever una soluci¨®n de la crisis centrista que no resuelve en realidad nada. El equilibrio dentro del partido del Gobierno, cuyo respaldo parlamentario merma como los tejidos mal lavados, hace seguramente inevitable que nadie pueda ganar plenamente ni ser derrotado por entero en esta batalla que tiene como trasfondo la ocupaci¨®n de los cargos p¨²blicos. Tanto Cavero como Lamo de Espinosa se caracterizan por su escasa representatividad respecto a las corrientes en las que se inscriben o con las que simpatizan, lo que les permite, en justa compensaci¨®n, recibir menores descargas de agresividad de las tendencias opuestas. La intercambiabilidad de sus nombres ha sido tan perfecta que hasta. ayer mismo se especulaba con la posibilidad de que Lamo de Espinosa fuera secretario de UCD, e I?igo Cavero, portavoz parlamentario. A ¨²ltima hora, sin embargo, parece que la plataforma moderada ha valorado m¨¢s la secretar¨ªa del partido que el liderazgo de los diputados, tal vez porque este ¨²ltimo cargo sea m¨¢s f¨¢cil de neutralizar que el primero.Jaime Lamo de Espinosa abandonar¨¢ la cartera de Agricultura, pieza poco codiciable con las sombr¨ªas perspectivas de la sequ¨ªa, pero no perder¨¢, seg¨²n se dice, la categor¨ªa de ministro. I?igo Cavero, en cambio, que ha viajado por los ministerios como un infalible n¨®mada de la Administraci¨®n p¨²blica, cambia el banco azul por el potro de tortura que tanto ha hecho sufrir a los anteriores secretarios de UCD. Los rumores se?alan que esa operaci¨®n, que necesariamente desaloja de su puesto de portavoz a Miguel Herrero, se completar¨¢ con la entrada del irritable diputado moderado en el Gobierno para desempe?ar el Ministerio de Cultura. Confiemos que el trabajo cotidiano y las responsabilidades administrativas sirvan para que Miguel Herrero sosiegue su temperamento. Se habla tambi¨¦n de la designaci¨®n de Rodolfo Mart¨ªn Villa y Juan Antonio Garc¨ªa Diez como vicepresidentes de asuntos pol¨ªticos y asuntos econ¨®micos. La decisi¨®n tendr¨ªa sobre todo efectos protocolarios, ya que en la actualidad ambos desempe?an en la pr¨¢ctica, como presidentes de comisiones delegadas, esas funciones. La impresi¨®n m¨¢s generalizada es que no se producir¨¢n ceses en cadena y que las oportunidades para los nuevos ministros nacer¨¢n del aumento de carteras, contrariando, as¨ª, en un t¨ªpico movimiento pendular de nuestra Administraci¨®n p¨²blica, el anterior criterio de reducir el n¨²mero de los departamentos. Si los dos nuevos vicepresidentes renunciaran a seguir simultaneando las carteras de Administraci¨®n Territorial y Econom¨ªa, si Turismo alcanzara autonom¨ªa ministerial y si se desglosara el departamento de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, habr¨ªa m¨¢s globos para el reparto.
El tr¨¢gico envenenamiento de la colza le costar¨¢ probablemente su puesto a Sancho Rof, pero, en cambio, Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez, dentro de cuya ¨¢rea de responsabilidades pol¨ªticas se produjeron serias negligencias respecto a la importaci¨®n y ¨¦omercializ aci¨®n de los aceites t¨®xicos, puede salir indemne gracias a su amistad y confianza personal con el presidente. Las informaciones oficiosas tambi¨¦n apuntan la permanencia en el Ministerio de Defensa de Alberto Oliart, cuya deficiente gesti¨®n no merece mayor comentario.
Bien miradas las cosas, no cabe ni sorprenderse, ni desilusionarse, ante el anunciado car¨¢cter dom¨¦stico del reajuste. Al fin y,al cabo, esa es la cera que arde en UCD, y los compromisos del presidente Calvo Sotelo no van m¨¢s all¨¢ de su promesa de garantizar a los espa?oles la posibilidad de elegir, antes de marzo de 1983, a sus representantes en las Cortes Generales. Que el inminente Gobierno de UCD no fuera sustancialmente distinto del designado en septiembre de 1980 por Adolfo Su¨¢rez s¨®lo demostrar¨ªa que los mimbres para la cesta siguen siendo los mismos, sea quien sea el canastero que la fabrique. Hace un a?o se dijo, con raz¨®n, que el nuevo Gobierno entonces formado reun¨ªa a los m¨¢s destacados hombres, de UCD y era el mejor de los posibles dentro del recinto centrista. Mucho nos tememos que, una vez cerrada la crisis por Leopoldo Calvo Sotelo, no haya otro remedio que formular la misma melanc¨®lica conclusi¨®n acerca del renovado equipo ministerial, al que ¨²nicamente cabr¨ªa exigirle, renunciando a la cruel injusticia de pedir peras al olmo, que presida el juicio del 23 de febrero y convoque elecciones generales en un clima desprovisto de tensiones y chantajes antidemocr¨¢ticos.
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