Televisi¨®n y Largo Caballero
El programa La v¨ªspera de nuestro tiempo, monogr¨¢fico sobre Francisco Largo Caballero, emitido por la segunda cadena de Televisi¨®n el martes 17 de noviembre pasado, me crea la obligaci¨®n de hacer algunas apreciaciones sobre el mismo.El tono apremiante, conminator¨ªo, sin plazo practicable de los servicios informativos del espacio La v¨ªspera de nuestro tiempo imposibilit¨® a la Fundaci¨®n Francisco Largo Caballero el aportar elementos de primer¨ªsima importancia a la realizaci¨®n de dicho monogr¨¢fico.
Es de alabar la paciencia de los profesores Antonio Mar¨ªa Calero, Ignacio Olabarri y Pa¨²l Preston a las reiteradas provocaciones del presentador se?or Silva, cuyo desconocimiento del tema qued¨® manifiesto; lo peor de todo fue su sistem¨¢tico intento de involucrar a sus invitados en la descalificaci¨®n global de Francisco Largo Caballero. Intento tan irrespetuoso como in¨²til, dada la entidad hist¨®rica y talla humana de Francisco Largo Caballero. L¨¢stima que los citados historiadores no sirvieran de apoyo y referencia al se?or Silva, porque dieron lugar a que el infortunado presentador (que no moderador, muy al contrario) se pusiera tantas veces en evidencia. No fueron, por cierto, las m¨¢s graves la de imputar al l¨ªder socialista una archisabida frase del Emperador del Paralelo (Lerroux); la de adjudicar al Reino Unido de los a?os treinta un frente popular; la de descarnar de su extenso, enjundioso y emotivo contexto un largo art¨ªculo de don Salvador de Madariaga, inserto en su Espa?oles de mi tiempo, o, en fin, la de formular la supina estulticia, de porcentuar la responsabilidad de la guerra civil espa?ola que pudiera corresponder a Largo Caballero.
No es la primera vez que el se?or Silva se declara t¨¢citamente m¨ªlite de los que siguen creyendo que los historiadores son, puedan haber sido alguna vez, jueces de hombres, pueblos y dioses. Pero hasta para eso le faltan pertrechos al se?or Silva, que ni a acopiador y repetidor de datos ajenos llega. Quiz¨¢ porque la historia no se sobrevuela: se cursa. Quiz¨¢ porque la historia no se discierne a vista de p¨¢jaro, y menos si el p¨¢jaro es un buitre empe?ado en ver carro?a a todo trance. Como asaltante de las bardas del venerable huerto de Cl¨ªo -que dir¨ªa S¨¢nchez Albornoz-, el se?or Silva lo hace muy bien. Pero no se trata de eso. ?O s¨ª?/ Director de la Fundaci¨®n Francisco Largo Caballero,
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