Burton y Corea, m¨²sica de c¨¢mara y precios palaciegos
Los m¨²sicos de jazz Burton y Chick Corea actuaron juntos el pasado jueves en el teatro Salamanca, de Madrid, que se hallaba medio vac¨ªo. Las entradas m¨¢s caras eran a 2.000 pesetas. A ese precio, ni Chick Corea ni casi nadie consigue llenar un local, aunque ¨¦ste sea tan reducido como el mencionado.La cola semejaba un muro de las lamentaciones cuando los ingenuos aficionados ped¨ªan candorosamente una entrada de setecientas pesetas (lo m¨¢s barato) para encontrarse indefectiblemente con que, l¨¢stima, se hab¨ªan agotado.
Caras at¨®nitas, gestos de renuncia incr¨¦dulos, escandalizados... Resulta que poder escuchar a Burton y Corea juntos es una broma equivalente a ocho sesiones de cine o tres elep¨¦s o media docena de whiskies. Quienes organizaron esta demencia (entre ellos e inexplicablemente el Club de M¨²sica del Colegio Mayor San Juan Evangelista) debieran comprender que el nuevo p¨²blico del jazz madrile?o ha hecho sus colecciones a base de bucear por las rebajas.
Ya metidos en el patio de butacas, algo desangelado por tanta ausencia muy presente, lo que hicieron Chick Corea al piano y Gary Burton al vibr¨¢fono (ingenioso xilof¨®n que vibra) era mucho lo que se esperaba. Corea afirma que no tiene un estilo definido y as¨ª es en verdad. Cuando, como este verano en San Sebasti¨¢n, se ve incluido en una formaci¨®n descaradamente jazzy, Corea adopta modos y maneras tambi¨¦n jazz¨ªsticas al completo. Cuando toca con gran banda esas maneras se van hacia cl¨¢sicos modernos, con Bartok o Ravel de jefes de fila. Y cuando toca en solo o con otro instrumentista fino, el toque de Corea abandona definitivamente los tempos fijos y su piano combina m¨²sicas infantiles con aspectos repetitivos y el impresionismo arm¨®nico y t¨ªmbrico de un Debussy, por poner un ejemplo. Con ello y con la pureza cristalina que de por s¨ª tiene el vibr¨¢fono, aquello parec¨ªa un concierto de c¨¢mara en el que el jazz aparec¨ªa en pequenos alientos de swing ya consustancial a los int¨¦rpretes.
Pero, en fin, nada resultaba nuevo o emocionante. Quien m¨¢s quien menos ya deb¨ªa conocer la soltura de Gary Burton con dos macillos en cada mano, su velocidad endiablada y lo complejo de sus melod¨ªas. Quien m¨¢s quien menos se esperaba un mayor trabajo r¨ªtmico de Corca para suplirla ausencia de soportes como bajo y bater¨ªa. Quien m¨¢s quien menos esperaba los cl¨¢sicos de una colaboraci¨®n que va para diez a?os, y as¨ª ocurri¨® con temas de Steve Swallo, el Se?or Mouse, de Corea, el Duet suite y bastantes m¨¢s, porque, eso s¨ª, estuvieron largo tiempo sobre el escenario. Lo mejor, con todo, fue lo m¨¢s breve: una colecci¨®n de canciones para ni?os que aparece en el album Duet y en el Where have I known you before, del mismo Corea.
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