El triunfo de la imaginaci¨®n
?C¨®mo es posible que a estas alturas el Premio Nacional de Literatura, en su modalidad de narrativa, haya reca¨ªdo en Gonzalo Torrente Ballester? Por este camino, los a?os venideros habr¨¢ que pensar en ir premiando a Camilo Jos¨¦ Cela o a Miguel Delibes y proceder de esta manera a redescubrir toda nuestra literatura, que no es otra que la de siempre, la que ya hab¨ªa antes de la democracia, la que sigue existiendo con ella y la que seguir¨¢ viva y actuando bajo todos los reg¨ªmenes que nos depare la historia. Habr¨ªa que pedir tan s¨®lo que la democracia siga a su vez viva los a?os suficientes para poder redescubrirlo todo.En realidad, Gonzalo Torrente Ballester ya ten¨ªa el Premio Nacional de Literatura. Lo tiene desde el a?o 1939, exactamente, y, si mi memoria no me falla, precisamente por una obra de teatro publicada el a?o anterior, El viaje del joven Tob¨ªas (1938). Despu¨¦s ha obtenido vanas veces el premio de la cr¨ªtica, el de la cr¨ªtica teatral y el de la Fundaci¨®n Juan March, concedido premonitoriamente a El se?or llega, el primer volumen de la trilog¨ªa Los gozos y las sombras.
Gonzalo Torrente Ballester empez¨® su carrera literaria con una novela -Javier Mari?o (1943)- y una serie de obras teatrales que no llegaron a los escenarios. En aquellas sus primeras obras, sin embargo, pueden rastrearse hoy muchas de las constantes de su literatura, su intelectualismo, su galleguismo esencial, su afici¨®n a los mitos y su apelaci¨®n a lo imaginarlo, por ejemplo. Cuando publicaba relatos como El golpe de Estado de Guadalupe Lim¨®n (1946), o Ifigenia (1950), se le tomaba por un profesor o cr¨ªtico que se ejercitaba en la creaci¨®n.
En Los gozos y las sombras nos otorg¨® su mejor creaci¨®n realista, pero en 1963 publicaba su mejor obra, Don Juan. Entre el realismo v lo imaginario -con el mito en medio- discurre a partir de entonces (y desde el principio) la obra literaria de Torrente Ballester. La saga/fuga de JB (1972) fue, desde luego, una grata sorpresa.
Sus ¨²ltimos libros, Fragmentos de apocalipsis, Las sombras recobradas y esta ¨²ltima que ha merecido el premio, La isla de los jacintos cortados, con el a?adido del texto te¨®rico de El Quijote como juego (1975), confirman esta apelaci¨®n a lo imaginario y, a la destrucci¨®n de los mitos del ¨²ltimo Torrente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.