El buque escuela "Juan Sebast¨ªan de Elcano" inici¨® ayer en C¨¢diz su sexta vuelta al mundo
El Juan Sebasti¨¢n de Elcano parti¨® a mediod¨ªa de ayer para iniciar su sexta vuelta al mundo y su viaje n¨²mero 53 de instrucci¨®n. La salida del buque-escuela constituy¨® un brillante espect¨¢culo, seguido con inter¨¦s, como cada a?o, por millares de gaditanos. Una llamada an¨®nima que anunci¨® la existencia de una bomba en el buque fue la ¨²nica incidencia negativa de la ceremonia, vivida como una fiesta en toda la ciudad. Comanda el Juan Sebasti¨¢n de Elcano el capit¨¢n de nav¨ªo Crist¨®bal Col¨®n, d¨¦cimo descendiente directo del descubridor e Am¨¦rica.
ENVIADO ESPECIALCrist¨®bal Col¨®n de Carvajal y Maroto, capit¨¢n de nav¨ªo, era ayer un hombre especialmente feliz. No todos los a?os el buque-escuela da la vuelta al mundo, pero s¨ª lo har¨¢ en esta ocasi¨®n: ?Present¨¦ cinco proyectos de viajes, y cuatro de ellos eran vueltas al mundo?. El incidente de la bomba era la ¨²nica nota negra en su alegr¨ªa: ?Nos hemos pasado la noche sin dormir. Ya supon¨ªamos que ser¨ªa una falsa alarma o simplemente la gamberrada de un est¨²pido, pero ha habido que revisarlo todo de arriba abajo. Nuestros hombres-rana han tenido que recorrer el casco por la noche, y hemos tenido que buscar hasta en el ¨²ltimo rinc¨®n del bu que. Felizmente, ya estamos tranquilos y a punto de salir?.
Es el quinto de los descendientes del descubridor que ha sentido la llamada del mar. ?Yo creo que me gustaba desde antes de saber qui¨¦n fue mi antepasado. Yo nac¨ª en Madrid, pero me cri¨¦ en San Sebasti¨¢n, y desde ni?o me met¨ªa en las barcas de los pescadores porque el mar me fascinaba?. Le ilusiona que su hijo, Crist¨®bal Col¨®n, pertenezca tambi¨¦n a la Marina. Ayer particip¨® en la ceremonia, pilotando uno de los helic¨®pteros que escoltaron al buque hasta la salida de la bah¨ªa. Es capit¨¢n de nav¨ªo y espera un hijo para muy pronto, un nieto que el comandante del Juan Sebasti¨¢n de Elcano no podr¨¢ conocer hasta agosto, cuando haya concluido el viaje. El buque escuela inicia su viaje repitiendo casi exactamente el de la Santa Mar¨ªa, pues sus primeras escalas son Las Palmas y Santo Domingo. Crist¨®bal Col¨®n r¨ªe cuando se le pregunta si ser¨ªa capaz de repetir el viaje de su antepasado en la Santa Mar¨ªa. ?Me f¨ªo m¨¢s del Elcano, pero si hiciera falta intentarlo...?. Atravesar¨¢n el canal de Panam¨¢ para hacer despu¨¦s escalas en Acapulco, Honolul¨², Manila, Bangkok, Singapur, Bombay, Jeddah y Atenas, tras pasar el canal de Suez. Y de all¨ª, a C¨¢diz, donde arribar¨¢ el 31 de julio, dentro de 233 d¨ªas. ?Por qu¨¦ un barco de vela para los marinos de esta ¨¦poca? ?Es la ¨²nica forma de formar realmente a un marino. La vela ense?a a conocer el mar, a compenetrarse con ¨¦l, a sentirlo y a resolver los, problemas. Es fundamental?. El viaje lo hace ¨ªntegramente a vela. El motor s¨®lo se utiliza como ayuda al maniobrar en los puertos.
El gran espect¨¢culo de C¨¢diz
C¨¢diz vive cada a?o la salida del Elcano como una gran fiesta. El espect¨¢culo comienza don la misa en el templo de la patrona de C¨¢diz, la Virgen del Rosario, que concluye con el canto de la salve marinera en honor de la Galeona. Despu¨¦s, los gaditanos se desparraman por los muelles para ver el impresionante acto de saludo a la voz del capit¨¢n general de la Zona Mar¨ªtima del Estrecho, con los marinos trepados a lo m¨¢s alto del palo trinquete. Cuando, a las doce, y tras el ritual ?Larga trinquete en nombre de la Sant¨ªsima Trinidad, Padre, Hijo y Esp¨ªritu Santo, Tres Personas y un solo Dios verdadero, que sea con nosotros y nos guarde, que acompa?e y nos d¨¦ buen viaje a salvamento y nos lleve y vuelva a nuestras casas?, se sueltan las estachas y se despliegan el trinquete, el juanete y los velachos, la emoci¨®n contagia a todos. El buque se separa lenta. y majestuosamente del muelle, acompa?ado por veleros que le siguen unas millas mar adentro, y el p¨²blico corre hacia la punta San Felipe o la Alameda, en busca de un buen punto para verle desplegar toda la arboladura, ya en su salida de la bah¨ªa, donde la escolta de helic¨®pteros y aviones completa.un cuadro de singular hermosura.
El Juan Sebasti¨¢n de Elcano es un bergant¨ªn-goleta, botado en 1927 y entregado a la Marina de guerra el a?o siguiente. El casco es de hierro y arbola cuatro palos, cuyos nombres recuerdan los de los anteriores buques-escuela: Blanca, el trinquete; AImansa, ¨¦l mayor proel; Asturias, el mayor popel, y Nautilus, el mesana. Apareja veinte velas, con una superficie total de 2.467 metros cuadrados. La eslora entre perpendiculares es de 82,143 metros; la'm¨¢xima, 94,107 metros; la manga, 13,154; el puntal, 6,613; la guinda, 48,700; el calado, a plena, carga, 6,891 metros. Lastra 769,88 toneladas y desplaza 3.754,97 toneladas. Va equipado con un motor de 1.500 caballos, que le proporciona una velocidad m¨¢xima de diez nudos. A vela ha alcanzado diecis¨¦is nudos. Ha superado el mill¨®n de millas. A pesar de sus 53 a?os de servicio, ofrece plenas garantias, porque despu¨¦s de cada expedici¨®n se revisa a fondo y se le sustituyen las piezas m¨¢s deterioradas. Un ingeniero naval de la Baz¨¢n, empresa encargada del mantenimiento, explic¨® a EL PAIS que, ?en realidad, muy probablemente no quede ni un 10 % del primer barco. Todo se ha ido sustituyendo poco a poco, pero siempre con piezas id¨¦nticas a las sustituidas. S¨®lo se le han incorporado algunos avances que han ido surgiendo. En realidad, es un barco bien inventado, que resiste el paso del tiempo. Si ahora hubiese que construirlo, se har¨ªa casi igual. Yo s¨®lo le pongo objeciones en la distribuci¨®n de camarotes, pero como barco marinero es intachable?.
Una tripulaci¨®n internacional
Entre los noventa guardiamarinas se encuentran dos tailandeses y un boliviano, que hacen la carrera en Mar¨ªn. A todos ellos les espera un horario duro, con diana a las siete de la ma?ana y un programa continuo de trabajo hasta las diez de la noche, con s¨®lo algunas horas libres en s¨¢bados y domingos. La Navidad la pasar¨¢n en medio del Atl¨¢ntico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.