Polonia no esta perdida
"Polonia todav¨ªa no est¨¢ perdida". As¨ª terminaba el llamamiento del comit¨¦ de huelga del puerto y de los astilleros de Szczecin el pasado 14 de diciembre. "No es qued¨¦is sentados mirando c¨®mo tratan de estrangular el germen de una democracia en el coraz¨®n de Europa. Estad junto a nosotros en nuestras horas de oscuridad".A comienzos de la d¨¦cada de los sesenta, dos intelectuales polacos -Kuron y Modzelewski- escribieron una "carta abierta al Comit¨¦ Central del Partido Obrero polaco", en la que denunciaban el omn¨ªpodo poder de la burocracia pol¨ªtica en Polonia. El texto, un cl¨¢sico en la literatura pol¨ªtica de los pa¨ªses del Este, analizaba la burocracia pol¨ªtica y llegaba a la conclusi¨®n de que ¨¦sta se comportaba como propietaria colectiva de los medios de producci¨®n. Tambi¨¦n se afirmaba en este documento que la burocracia pol¨ªtica comunista otorgaba la prioridad al desarrollo de la industria pesada, no porque las necesidades del pa¨ªs as¨ª lo exigieran, sino porque la industria pesada constitu¨ªa un terreno privilegiado para el ejercicio del poder centralizado.
El tiempo ha pasado y los an¨¢lisis de Kuron y Modzelewski han demostrado su validez. Kuron, hoy detenido y maltratado, ha desempef¨ªado un papel importante en la frustrada liberalizaci¨®n del r¨¦gimen polaco. Y la burocracia pol¨ªtica, tal como Jocek Kuron predijo, dispuso a su antojo de los medios de producci¨®n, privilegiando hasta el absurdo el desarrollo de la industria pesada. Tras el abandono de cualquier criterio objetivo de medida del valor, la econom¨ªa polaca se disloc¨® y cay¨® en la ineficacia y la corrupci¨®n. Contra semejante estado de cosas se rebelaron los polacos, construyenco pacientemente un movimiento pol¨ªtico -el KOR- y un sindicato -Solidaridad-. Ahora, para camuflar los verdaderos objetivos del golpe militar, el general Jaruzelski dirige tambi¨¦n sus cr¨ªticas contra los antiguos gestores pol¨ªticos, practican as¨ª la vieja t¨¢ctica de la amalgama: para los golpistas, tanto Gierk, antiguo secretario general del POUP, como Solidaridad son los causantes del desastre econ¨®mico y social que asuela Polonia. Olvidan que la lucha de Solidaridad hunde sus ra¨ªces en los primeros movimientos de oposici¨®n a la burocracia pol¨ªtica comunista, que terminaron en la tragedia de Gdansk hace diez a?os.
El proceso de industrializaci¨®n polaco ha dejado el pa¨ªs fuertemente endeudado, sin que por ello su industria haya alcanzado un nivel de eficacia acptable. En una clasificaci¨®n de los pa¨ªses seg¨²n su solvencia intemacional, que realiza regularmente la revista norteamericana The Investor, Polonia odupaba en septiembre el 84 lugar, con una puntuaci¨®n de 19,5 sobre 100. Baste recordar, como t¨¦rmino de comparaci¨®n, que Espafta ocupaba en esa misma clasificaci¨®n el lugar n¨²mero 26 con una puntuaci¨®n de 68,4. La deuda externa de Polonia supera los 20.000 millones de d¨®lares y su grado de solvencia es tan bajo que las autoridades han tenido que pedir hace unos d¨ªas un pr¨¦stamo de 350 millones de d¨®lares.
Mientras tanto, los nuevos horarios impuestos a los trabajadores hacen pensar en un retorno al siglo pasado: doce horas de trabajo diarias, comprendidos los s¨¢bados. Dicho de otra manera, se trata de volver a los mecanismos de la acumulaci¨®n primitiva que prevalec¨ªan en la Europa del siglo XIX. Y nada puede hacer suponer que esta vuelta lleve a alguna parte, m¨¢s bien al contrario. En un sistema desorganizado, ineficaz y corrompido, un aumento de las horas traba adas puede provocar m¨¢s problemas que resuelve, si es que resuelve alguno, puesto que el hecho de permanecer m¨¢s horas en las f¨¢bricas no garantiza que la producci¨®n aumente ni que ¨¦sta se realice con mayor eficacia.
Jacek Kuron llevaba raz¨®n, y por eso est¨¢ detenido. Los miembros de Solidaridad llevaban raz¨®n, y por ello est¨¢n intemados en campos de concentraci¨®n, en tiendas de campa?a a veinte grados bajo cero. ?No trae esto recuerdos de tiempos que cre¨ªamos superados? Tras el desastre econ¨®mico, la cat¨¢strofe social y pol¨ªtica.
"Polonia todav¨ªa no est¨¢ perdida". Quien quiera disfrute de la libertad, quien quiera viva en un sistema democr¨¢tico, no puede permanecer insensible ante ese grito desgarrado que nos llega del centro de nuestro continente, de un entra?able pa¨ªs que forma parte de esta vieja Europa qu¨¦ duda, se interroga y escucha.
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