Radicalizaci¨®n de las posturas independentistas
Ante la posibilidad de que el partido del gobernador Romero Barcel¨® logre en el futuro convertir a Puerto Rico en el Estado 51 de Estados Unidos, los partidos autonomistas e independentistas radicalizan sus posturas, junto con la multiplicaci¨®n de movimientos separatistas minoritarios que, utilizando la v¨ªa de la violencia contra el invasor norteamericano, reclaman un Estado independiente para Puerto Rico. "Defendemos la autonom¨ªa y rechazamos la estatalidad", puntualiza a EL PAIS Severo Colberg, l¨ªder de la mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes y figura prominente del Partido Popular Democr¨¢tico que dirige Rafael Hern¨¢ndez Col¨®n, actualmente en la oposici¨®n. Hern¨¢ndez Col¨®n fue entre 1972 y 1976 el gobernador m¨¢s joven que tuvo el Estado libre asociado de Puerto Rico.
Desde las filas de la oposici¨®n, cuyo lema es pan, tierra, libertad, los populares lanzan acerbas cr¨ªticas contra el actual gobernador, Carlos Romero Barcel¨®. "Es un terco, fan¨¢tico e intransigente en su prop¨®sito de convertir a Puerto Rico en el Estado 51 de EE UU", afirma Severo Colberg.
Los populares, con el 47% de votos en las ¨²ltimas elecciones, cuentan con mayor¨ªa en ambas c¨¢maras del Capitolio puertorrique?o. Acusan tambi¨¦n al partido en el poder de robar votos, mientras esperan la decisi¨®n del Tribunal Supremo de EE UU para que zanje la pol¨¦mica elecci¨®n en uno de los distritos de la isla.
Autodefinidos como partido de centro izquierda, los miembros del Partido Popular Democr¨¢tico est¨¢n vinculados al Partido Dem¨®crata en EE UU. No creen en la viabilidad de Puerto Rico como Estado 51 "porque representa m¨¢s inconvenientes que ventajas para Puerto Rico".
Autonom¨ªa o independencia
Hern¨¢ndez Col¨®n preconiza una nueva tesis para redefinir los v¨ªnculos de Puerto Rico con Estados Unidos, siempre bajo la ¨®ptica de Estado auton¨®mico asociado. Muestra su acuerdo en continuar dependiendo de EE UU para los sectores de defensa, moneda, mercado y ciudadan¨ªa; pero quiere control auton¨®mico para la emigraci¨®n, decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica y participaci¨®n en organismos internacionales.
"Las ¨²ltimas encuestas de opini¨®n dan el 50% favorable a la tesis auton¨®mica, contra s¨®lo el 30% a la estatalidad mientras los distintos grupos independentistas recogen el 9% de opiniones favorables", expone Severo Colberg. No cree en las corrientes minoritarias independentistas "porque el puertorrique?o nunca luch¨® por su independencia". Mejorar el actual estado de relaciones con EE UU aparece como el m¨¢s adecuado camino pol¨ªtico, econ¨®mico y social para los populares.
Analiza con frialdad la situaci¨®n econ¨®mica, que considera "al borde del colapso", mientras mantiene que no puede mantenerse el actual d¨¦ficit con EE UU de 18.000 millones de d¨®lares.
Socialismo y democracia
"Independencia, socialismo, democracia", rezan los esl¨®ganes del Partido Independentista de Puerto Rico, con colores blanco y verde en su sede social, instalada en un barrio popular del ¨¢rea metropolitana de San Juan. Su activo l¨ªder, Rub¨¦n Berrios, de 42 a?os de edad, doctor, en Derecho por las universidades de Yale y Oxford, asimila su partido a la l¨ªnea del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) en Espa?a o del Partido Socialista franc¨¦s, m¨¢s que a los socialdem¨®cratas del SPD alem¨¢n.
"S¨®lo conseguimos el 6% de votos en las pasadas elecciones por que la gente vot¨® para tumbar al Gobierno de Romero Barcel¨®", dice Berrios. Frente a los argumentos de la escasa representatividad electoral de los independentistas, Rub¨¦n Berrios dice que "el milagro es que quede uno despu¨¦s de 83 a?os de brutal asimilaci¨®n colonial al imperio norteamericano".
Para Rub¨¦n Berrios, a quien sus adversarios pol¨ªticos reconocen que es "el l¨ªder nato de Puerto Rico, pero se ha equivocado de camino", el futuro de la isla ser¨¢ la independencia. "En 1984 o en 1988, en Puerto Rico se producir¨¢ un fen¨®meno an¨¢logo al de Qu¨¦bec, en Canad¨¢, con la diferencia de que nosotros estamos rodeados de un ambiente natural de otros 250 millones de hispanos".
Berrios no acepta los t¨®picos de que la isla vive de la caridad de Estados Unidos. "Recibimos unos 2.000 millones en ayudas federales, mientras que las multinacionales obtienen beneficios del orden de los 3.500 millones", replica el L¨ªder de los independentistas.
"Compramos por valor de 5.000 millones de d¨®lares anuales a EE UU (cerca de 500.000 millones de pesetas), y el l3% de nuestras tierras cultivables est¨¢ ocupado por bases militares estadounidenses".
?C¨®mo esperan conseguir la calificada por muchos, ut¨®pica independencia? "Negociando", dice Berrios, "a trav¨¦s del di¨¢logo con Washington, sin confrontaci¨®n violenta, para liberar a una de las pocas colonias que quedan en el mundo".
Berrios considera que hoy Puerto Rico "vive artificialmente, sin que sea una salida para nadie". Ante los movimientos terroristas, Berrios los critica, pero reconoce que expresan el creciente malestar en la isla. ?Proceden de Cuba? "Es un t¨®pico m¨¢s de Puerto Rico. Aqu¨ª los independentistas t¨®maron Jayuya hace treinta a?os y tirotearon el Congreso y la casa del presidente Truman a principios de los cincuenta, cuando todav¨ªa no exist¨ªa Fidel Castro".
"Los macheteros"
Cuando el cielo de San Juan se ilumin¨® en la noche del 12 de enero de 1981, debido a la destrucci¨®n simult¨¢nea de once aviones de caza norteamericanos, en la base de la Guardia Nacional de Mu?iz, en los alrededores de San Juan, los macheteros reclamaron la paternidad del atentado m¨¢s importante perpetrado en Puerto Rico contra instalaciones militares.
La aparici¨®n de los macheteros, en agosto de 1978, con ataques a instalaciones militares, contrasta con el centenar de bombas lanzadas hasta entonces contra edificios p¨²blicos, oficinas de la Administraci¨®n federal o comercios, tanto en Puerto Rico como en EE UU, por las Fuerzas Armadas de Liberaci¨®n Nacional de Puerto Rico, surgidas en 1974.
"Existen unos cinco grupos terroristas que bajo distintos nombres, pero con los mismos hombres, quieren convertir Puerto Rico en una Irlanda del Norte o en una segunda Cuba denuncian los partidos mayoritarios puertorrique?os.
Otros partidos pol¨ªticos, como el Partido Socialista de Puerto Rico, de obediencia marxista- leninista, dirigido por el intelectual Juan Mari Brass, opinan que la violencia no es mas que la expresi¨®n del malestar popular. Pol¨ªticamente se asocian en Puerto Rico las simpat¨ªas del Partido Socialista de Puerto Rico (1% en las ¨²ltimas elecciones) con los atentados violentos, dirigidos contra intereses norteamericanos.
Tambi¨¦n se relacionan espiritualmente con la figura del poeta y l¨ªder pol¨ªtico Juan Antonio Corretjer, que se autodefine como "un comunista de verdad" que considera p¨²blicamente "la lucha armada como ¨²nica forma para conseguir la independencia".
Pero, en general, los puertorrique?os, donde abundan los vestigios hist¨®ricos de la colonizaci¨®n espa?ola, junto con tradiciones culinarias y apellidos mallorquines y catalanes, se quejan de la imagen internacional, incluso en la Prensa norteamericana, que los actos violentos dan a la isla. Temen que influyan negativamente en la inversi¨®n y el turismo de la isla, principales pilares de la econom¨ªa de Puerto Rico, junto con el man¨¢ de la ayuda federal norteamericana, hoy reducido por los recortes presupuestarios de la Administraci¨®n Reagan.
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