El abogado Sanz de Bremond notifica al juez que no entregar¨¢ sus ficheros a la polic¨ªa
El abogado penalista madrile?o Jaime Sanz de Bremond, cuyo nombre figuraba en la factura de compra del televisor que los presuntos secuestradores del doctor Iglesias regalaron a ¨¦ste en pago a unas declaraciones a supuestos reporteros de televisi¨®n alemanes, se present¨® ayer ante el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2, que lleva el sumario relacionado con el secuestro, para ponerse a su disposici¨®n y manifestarle que no entregar¨¢ el archivo de sus clientes a la polic¨ªa por entender que tiene obligaci¨®n de guardar el secreto profesional.
La polic¨ªa opina que, dado que el individuo que compr¨® el televisor utiliz¨® el nombre del letrado, los presuntos secuestradores podr¨ªan haber sido clientes de Jaime Sanz de Bremond y, en este sentido, viene insinuando al abogado la facilidad que supondr¨ªa para las investigaciones en torno al secuestro disponer de la lista de todos sus clientes.La tesis de los abogados del despacho de la calle de Conde de Xiquena, n¨²mero 9, al que pertenece Sanz de Bremend, es que su nombre pudo ser recogido de cualquier list¨ªn telef¨®nico, dado que hasta hace dos a?os llev¨® principalmente temas laborales, y el n¨²mero de tel¨¦fono de su despacho obra en poder de muchas empresas. Esta tesis vendr¨ªa avalada, a juicio de los letrados, por el hecho de que la factura de compra del televisor tiene su nombre y su tel¨¦fono, pero no el domicilio profesional, ni el personal, sino uno de la calle de la Princesa. ?Nadie dejar¨ªa una pista tan clara?, dijo el letrado, ?como hacerse pasar por su propio abogado?.
En este sentido. Sanz de Bremond recibi¨® ayer la llamada del encargado de la tienda Feymar, donde se compr¨® el televisor. Esta persona, de apellido Jim¨¦nez, le avis¨®, para evitarle molestias, de que iban a protestar las letras y a poner una denuncia, y le dijo que el hombre que compr¨® el aparato dio su n¨²mero de tel¨¦fono con gran seguridad, pero titube¨® al facilitar su direcci¨®n.
Jaime Sanz de Bremond ha pedido al juez que, en el caso de que la polic¨ªa solicite un mandamiento de entrada y registro en su despacho, est¨¦ presente en el mismo, junto con el secretario del juzgado. Adem¨¢s, dirigi¨® ayer una petici¨®n formal de la junta de gobierno del Colegio de Abogados de Madrid, que hizo llegar a su decano, Antonio Pedrol, para que el citado colectivo estudie, en su reuni¨®n del pr¨®ximo martes, el tratamiento dado a la informaci¨®n del secuestro por el diario Ya -que, entre otras cosas, ha dicho que ?no cabe pensar que los delincuentes pusieron de pantalla a este abogado de forma casual?- y el derecho al secreto profesional por lo que hace referencia a sus archivos de clientes.
Nervios en la familia
En su escrito, Jaime Sanz de Bremond explica a la junta de gobierno que desde el primer momento se ha puesto a disposici¨®n de las autoridades, pero que no puede aceptar que la clave del misterio del secuestro se encuentre en sus archivos ni quebrantar las obligaciones con sus clientes ?facilitando alegremente datos confidenciales a la polic¨ªa?. En la hip¨®tesis de que algunos sectores policiales pudieran ponerse nerviosos y con el conocimiento de que en la familia del doctor Iglesias se han utilizado frases amenazantes contra Sanz de Bremond si ¨¦ste, no entrega su fichero de clientes a la polic¨ªa, el letrado termina su escrito pidiendo protecci¨®n a la junta de gobierno del Colegio para poder preservar el secreto profesional.
La junta directiva del Grupo de Abogados J¨®venes del Colegio de Madrid, de la que forma parte Jaime Sanz de Bremond, emiti¨® ayer un comunicado en el que considera ?intolerable e injurioso? para aqu¨¦l ?el tratamiento informativo tendencioso y novelesco que alg¨²n redactor de temas policiales ha dado al suceso en cuesti¨®n?; rechaza el calificativo de ?defensor de vulgares chorizos? que le daba el diario Ya, por significar menosprecio para los clientes y los abogados penalistas, y opina que tales informaciones significan ?un claro atentado al principio de libertad en el ejercicio de la defensa. Los archivos de un abogado?, dice el comunicado, ?est¨¢n amparados no solamente por el secreto profesional, sino tambi¨¦n por la trascendencia que tal secreto tiene para salvaguardar la intimidad y los derechos constitucionales de cualquier ciudadano?.
El secreto profesional del abogado, protegido por la ley
El secreto profesional del abogado est¨¢ protegido por la ley, que castiga al que lo rompa. El art¨ªculo 360 del C¨®digo Penal impone penas de suspensi¨®n y multa de 5.000 a 25.000 pesetas al abogado que, ?con abuso malicioso de su oficio, o negligencia o ignorancia inexcusable, perjudicare a su cliente o descubriere sus secretos, habiendo tenido conocimiento de ellos en el ejercicio de su profesi¨®n?. Por otra parte, la ley de Enjuiciamiento Criminal except¨²a a los abogados de la obligaci¨®n general que tienen los que por raz¨®n de sus cargos, profesiones u oficios tuvieran noticia de alg¨²n delito p¨²blico de denunciar ¨¦ste a la autoridad competente, judicial o policial.La excepci¨®n de esta obligaci¨®n se aplica a aquellas instrucciones o explicaciones que los abogados recibieren de sus clientes, seg¨²n especifica el art¨ªculo 263 de la ley de Enjuiciamiento Criminal.
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