Cela en el Museo del Prado: "Para ilustrar mis libros hubiera elegido a Goya"
"Si se pudiera recuperarlo, hubiera elegido a Goya para ilustrar mis libros" dice Camilo Jos¨¦ Cela, que pas¨® por Madrid para presentar una lectura suya del Quijote y para hablar de museos en el Museo del Prado. Ayer, por su parte, defendi¨® la candidatura de Jos¨¦ Garc¨ªa Nieto al sill¨®n i de la Real Academia Espa?ola. Ha venido con cierta impaciencia que a muchos puede parecer antipat¨ªa, esa distancia que marca ante las incomodidades de la ciudad desmadrada, y las no menos inc¨®modas consecuencias de la popularidad.
Han sido tres d¨ªas p¨²blicos: en el primero, Camilo Jos¨¦ Cela presentaba el Quijote ilustrado por SchIoffer, en la sala Kreisler, donde estaban colgadas las serigraf¨ªas que acompa?an al texto fijado por Cela. Como explica en el ep¨ªlogo, Cela dijo haber le¨ªdo el Quijote con sentido com¨²n, eso s¨ª, pero reponiendo aquellas frases que quedaron fuera de las platinas del primer editor, modernizando m¨ªnimamente la lengua y sobre todo la ortografia y la puntuaci¨®n.Bajo los focos de la televisi¨®n alemana, junto a los micr¨®fonos de una emisora, bajo la mirada de esas raras im¨¢genes, de un surrealismo pasado por la est¨¦tica de los cincuenta, Cela, aparentemente inc¨®modo por el mucho personal, ten¨ªa preparada la salida por la puerta trasera.
Y es que el escritor de Palma -aunque sea gallego lo suyo es la isla, y seguramente no toda la isla, sino s¨®lo La Bonanova, su barrio mallorqu¨ªn- mueve multitudes y lo sabe, pero no parece gustarle nada.
La sala del Museo del Prado en que dio la conferencia tambi¨¦n estaba a tope. Federico Sope?a, su director, impecablemente embutido en un traje negro, tuvo que mandar poner banquetitas plegables, porque los asientos estaban ocupados por acad¨¦micos -Gerardo Diego, Alonso Zamora Vicente, quej¨¢nd¨®se de la gripe agarrada en la Complutense-, candidatos A la Academia -Jos¨¦ Garc¨ªa Nieto, por ejemplo-, gente de televisi¨®n, como Laura Valenzuela, y militares. Bueno, un militar silenciososa figura culta y civilizada de Guti¨¦rrez Mellado.
"Es tanta la riqueza de este museo que con sus fondos ocultos se podr¨ªa montar otro. Por catastr¨®ficamente que haya sido dirigido en la historia, es imposible que se haya colado mala pintura". Cela no quiere decir a qui¨¦nes no prefiere. Cela dice que "Zurbar¨¢n y el Greco pintan santos", que "Vel¨¢zquez y Rubens son los dos mejores pintores de la historia" y que le gusta toda la buena pintura. "Yo no distingo entre antiguos y modernos, figurativos o abstractos. Me gustan de todos. Yo s¨®lo distingo entre la pintura buena o mala".
"No se te ocurra preguntarme qu¨¦ cuadro salvar¨ªa en el incendio del Museo del Prado. Es", dice, "como cuando me preguntaron qu¨¦ libro me llevar¨ªa a una isla desierta. No, que no pod¨ªan ser mil. Ten¨ªa que ser uno. As¨ª que yo le dije que ni el Quijote, ni La divina comedia, ni nada as¨ª.. Yo me llevar¨ªa el manual del perfecto na¨²frago....
Posa en la sala de Vel¨¢zquez bajo una hermosa dama un poco al azar, apoyando pl¨¢cidamente las manos sobre la ancha tripa, y alzando un punto la cabeza, acostumbrado a posar, dejando perderse la mirada despu¨¦s por la atm¨®sfera de las hilanderas, por las caras terribles de la cr¨®nica negra velazque?a. "Pues de poder elegir, tal vez pedir¨ªa a Goya la Ilustraci¨®n de mis libros".
"El San Camilo 36, quiz¨¢ Picasso."
Tiene Cela un hermoso cuadro de Mir¨® y una historia que contar sobre ese particular. Mir¨® que esta noche le tiene muy preocupado porque estar¨¢ en un quir¨®fano sufriendo una operaci¨®n de coraz¨®n. "Guardaba yo un cuadro precioso que cre¨ªa de Mir¨® hasta que Roland Penrose me asegur¨® que era falso. Entonces pense que para qu¨¦ lo quer¨ªa -no, no fue ira- y cog¨ª un cuchillo, el cuchillo de monte del Viaje a la Alcarria, que estaba encima de mi mesa, y lo raj¨¦ de arriba abajo. Supongo que por el propio Penrose se enter¨® Mir¨®, que me dijo que se lo diera. Su mujer lo cosi¨® y el pintor le pint¨® encima, y me lo dedic¨® por detr¨¢s, ya sabes: este cuadro, que fue un falso Mir¨® y ahora es verdadero... Y en mi casa lo tengo, con una cicatriz, porque el costur¨®n ha pasado a ser parte del cuadro".
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