Manos ocultas
Es tu oportunidad. Puede que nunca m¨¢s se te vuelva a presentar otra ocasi¨®n semejante. El enorme editorialista te pide, con voz entrecortada por virulentos ataques de tos, que le completes su trabajo del d¨ªa. Es muy sencillo, afirma:-Se trata ¨²nicamente de dar una versi¨®n equilibrada de los hechos. Si hubieras vivido lo que yo, sabr¨ªas que nadie tiene la raz¨®n al ciento por ciento que nadie posee toda la raz¨®n. Excepto nosotros, claro.
Un nuevo ataque de tos interrumpe su ¨²ltima iron¨ªa antes de dirigirse hacia el lecho del dolor M¨¢s encorvado que nunca, m¨¢s sin afeitar que nunca. Cuando su sombra dobla la esquina del pasillo, te afanas sobre la m¨¢quina de escribir pose¨ªdo por la conciencia de que cientos de miles de voluntades quedar¨¢n marcadas de forma indeleble por el peso de tus argumentos. Y escribes:
"La expulsi¨®n de un grupo de destacados militantes por la direcci¨®n del PCE y el movimiento solidario que esta decisi¨®n administrativa ha provocado entre los cargos municipales de la provincia de Madrid han puesto de manifiesto la mezquindad de una direcci¨®n pol¨ªtica incapaz de hacer frente a sus propias responsabilidades. Hay una mano oculta en la crisis del PCE, pero esa mano no est¨¢ detr¨¢s de los renovadores".
-Brillante.
El encargado de Opini¨®n no puede menos que inclinarse ante el despliegue.
-Ahora s¨®lo te queda explicar lo de la mano oculta y te vas a casa.
Lo ten¨ªas ya previsto. La noche antes, en un restaurante chuletero del viejo Madrid, has asistido a una cena en la que los comensales no intentaban guardar las formas. El diputado Fernando Sagaseta, el ex cura Francisco Garc¨ªa Salve y algunos otros miembros o ex miembros del partido comunista se re¨²nen para preparar la existencia de un partido realmente comunista, que no renuncie a los principios b¨¢sicos y sepa valorar el papel de la Uni¨®n Sovi¨¦tica para el futuro del socialismo. Hay un se?or bajito con mal humor y cara de fiscal y un individuo con acento catal¨¢n.
-El catal¨¢n ser¨ªa Josep Serradell -te informa uno de los miembros de la tendencia renovadora-, porque yo le vi el otro d¨ªa esperando con cara de cita clandestina.
Serradell es, junto con Pere Ardiaca, Leopoldo Espuny y Joan Ramos, uno de los m¨¢s destacados miembros.del partido pro sovi¨¦tico que est¨¢n preparando los expulsados del PSUC; el partido de los comunistas catalanes. Al parecer, seg¨²n tu informante, prefieren lanzarse una vez que tengan los suficientos contactos en el resto del Estado para no quedar aislados, En Madrid, a¨²n hay gente que duda si sumarse a la iniciativa, como Fidel Alonso y Luis Cabo, ambos conocidos militantes de la lucha antifranquista de los ¨²ltimos a?os.
Manos libres.
-El tono del editorial estaba bien. Pero no hay que sefialar s¨®lo a la izquierda. En la derecha se producen tambi¨¦n actitudes similares. O peores.
El jefe de Nacional te hace con ello un cari?oso reproche. Y sientes que tu conciencia se rebela, deseosa de reconciliarse con la ¨¦tica del equilibrio. El redactor pol¨ªtico interviene en la conversaci¨®n:
-Puedes hacer algo de mano libres. Como las de los responsables del Instituto Nacional de Empleo, que se han distribuido una pila de millones de pesetas como gratificaci¨®n.
El director general saliente firm¨® unas gratificaciones para s¨ª mismo y para un grupo escogido de funcionarios ampar¨¢ndose en un decreto de 1973. A Miguel Angel Olalla (el firmante) le tocaron algo m¨¢s de 500.000 pesetas. A su secretario, Enrique Compte, una cantidad un poco inferior. Y as¨ª hasta los escalones m¨¢s bajos de los funcionarios escogidos.
-Pero eso no es la derecha: es la Administraci¨®n -objeta el jefe-Busca algo de UCD, por ejemplo.
Los restos del naufragio. Los nombramientos de nuevos responsables de la ejecutiva del par tido centrista te vienen como agua de mayo. I?igo Cavero dice que los nuevos nombres no est¨¢n buscados en funci¨®n de las tendencias, sino de las ganas de trabajar. Todos los peri¨®dicos destacan la liquidaci¨®n de los suaristas y el ascenso de los democristianos.
-Es que ya no se flan de Adolfo Su¨¢rez -te aclaran-. Est¨¢n esperando a que el duque d¨¦ la espantada de un momento a otro y cree una nueva formaci¨®n pol¨ªtica o se incorpore a alguna de las que hay en marcha. Garrigues Walker se acerca a la UCD y Su¨¢rez se aleja.
-?Pero a qu¨¦ partido se iba a unir Su¨¢rez?
-Hombre, no est¨¢ claro, porque es bastante cauteloso. Pero cosas nuevas va a haber. Lo que pasa es que Su¨¢rez no iba a aceptar una simple incorporaci¨®n, sino que exigir¨ªa el liderazgo. Por esa raz¨®n es poco cre¨ªble el rumor de que se fundir¨ªa con el Proyecto de Ram¨®n Tamames, Alonso Puerta y Ra¨²l Morodo para crear una plataforma pol¨ªtica en los pr¨®ximos meses.
-?Y qu¨¦ piensan hacer con esa plataforma?
-Pues, entre otras cosas, intentar hacerse con el Ayuntamiento de Madrid en las pr¨®ximas municipales. Piensan que, si la izquierda sigue as¨ª, les va a caer en las manos como una fruta madura.
Histeria semanal.
-A ver: ?qui¨¦n hace lo de los cambios en la JUJEM?
-Yo no. Insisto en dedicarme s¨®lo a temas civiles,
Dejas al redactor jefe con la palabra en la boca y te escapas de la redacci¨®n. En la nota oficial del Ministerio de Defensa se insiste en que el relevo es una cosa normal, y si alguien avisa de que algo es normal prefieres dej¨¢rselo a otro. Las cosas normales no tienen por qu¨¦ ser avisadas de su normalidad, te explic¨® siempre tu t¨ªo periodista, el que hac¨ªa cr¨®nicas de presentaci¨®n de credenciales.
Por la escalera te ofrecen trabajo:
-?Quieres trabajar en una revista semanal de humor? Van a estar Rom¨¦u, Tom, Perich, V¨¢zquez Montalb¨¢n y Andr¨¦s Mart¨ªn, entre otros.
Los ojos se te salen de las ¨®rbitas y preguntas por d¨®nde hay que firmar, que cu¨¢ndo sale, que c¨®mo hay que hacer.
La salida est¨¢ prevista para marzo y se llamar¨¢ Histeria Semanal.
-Yo estaba en contra de ese nombre -te dice el informante-, porque soy socialdem¨®crata moderado. Era m¨¢s partidario de Neura Semanal o algo as¨ª. Pero es que no pinto mucho. De todas formas, no hay muchas revistas as¨ª. Podr¨ªas ocuparte de los temas militares...
No sabes c¨®mo termina la frase. No quieres saberlo,.Y bajas la escalera a grandes saltos camino de la puerta.
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