Julio Iglesias estaba fuera de casa cuando se recibi¨® en Miami la noticia de la liberaci¨®n de su padre
La noticia de la liberaci¨®n del doctor Julio Iglesias Puga, secuestrado el pasado 29 de diciembre, lleg¨® a Miami, ciudad donde tiene fijada su residencia su hijo el cantante Julio Iglesias, a las 9,20 horas de la noche del s¨¢bado, hora local. Nuestra enviada especial en la capital de Florida relata c¨®mo se vivieron los momentos de la liberaci¨®n en la casa del int¨¦rprete espa?ol y ofrece las primeras declaraciones de Julio Iglesias tras el feliz desenlace. El cantante, despu¨¦s de casi tres semanas, volvi¨® a lucir su sonrisa.
Mamen contest¨® al tel¨¦fono mec¨¢nicamente. Era la en¨¦sima vez que lo hac¨ªa ese s¨¢bado 16 de enero, pero la voz emocionada de su marido al otro lado del hilo la sobresalt¨®: "Pap¨¢ est¨¢ libre. Lo han encontrado en Zaragoza". Carmen Dom¨ªnguez-Macaya, mujer de Carlos Iglesias, no pudo pasar el auricular a Julio, como ped¨ªa su hermano, porque ¨¦ste no se encontraba en la casa: hab¨ªa salido, por primera vez desde el d¨ªa del secuestro de su padre, a los estudios de grabaci¨®n de la CBS, con el fin de distraerse un poco revisando los arreglos de su pr¨®ximo disco, dedicado al mercado norteamericano.All¨ª, en los estudios, recibi¨® el cantante Julio Iglesias la noticia de la liberaci¨®n. Era el mismo lugar donde diecinueve d¨ªas antes le comunicaban el secuestro. "Cuando descolgu¨¦ el tel¨¦fono", dice Julio, "y o¨ª la voz de mi hermano dici¨¦ndome: 'Julio, pap¨¢ est¨¢ bien', m¨ª primera pregunta fue: "?Cu¨¢ndo ha sido la comunicaci¨®n de los secuestradores?', pensando que Carlos me hablaba de que por fin ten¨ªamos noticias de mi padre en cautiverio. Pero enseguida me dijo: 'Que est¨¢ libre, que est¨¢ bien, que lo han liberado cerca de Zaragoza'.
Sin perder un minuto, Julio, acompa?ado de su productor musical, Ram¨®n Arcusa, y de la mujer de ¨¦ste, Shira, se dirigi¨® a su casa. "Iba como son¨¢mbulo, y ni siquiera vi a mi madre, que me esperaba en la puerta. Nada m¨¢s llegar, son¨® de nuevo el tel¨¦fono, y al otro lado el ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, me confirm¨® la noticia. 'Su padre est¨¢ bien', me dijo; 'Ha sido liberado en un pueblo cerca de Zaragoza y ahora est¨¢ camino de Madrid. Cuando llegue aqu¨ª a las ocho de la ma?ana (dos de la madrugada, hora de Miami), le llamar¨¢'".
A partir de entonces no dejaron de sonar los tel¨¦fonos en la lujosa residencia del cantante en la isla Indian Creek, frente a la bah¨ªa de Miami, donde momentos antes, a las 21,20 del s¨¢bado (3,20 de la madrugada del domingo, hora de Madrid), un ring de tel¨¦fono hab¨ªa interrumpido la conversaci¨®n que manten¨ªan la madre de Julio, Rosario de la Cueva, su nuera, Mamen, y los periodistas y amigos de la familia, la francesa Odile Monserrat y Jaime Pe?afiel. "En ese momento", relata Mamen, "acab¨¢bamos de apagar la televisi¨®n, donde hab¨ªamos pasado en v¨ªdeo la pel¨ªcula La aventura del Poseid¨®n, para que se distrajeran mis hijos Carlos, Jorge y Marta. Despu¨¦s de hablar con mi marido y darle el tel¨¦fono donde se encontraba Julio, colgu¨¦ y dije a los que estaban conmigo: 'El abuelo est¨¢ libre. Lo han encontrado en Zaragoza'".
Llamada del presidente del Gobierno
Veinte minutos despu¨¦s de la llamada empezaron a llegar a la casa los amigos y colaboradores del cantante que han vivido junto a ¨¦l estos diecinueve eternos d¨ªas de incertidumbre. Alfredo Fraile, su manager; Ram¨®n Arcusa y su mujer; Tonxo Navas, su secretario personal, y Fernando Mart¨ªnez, encargado de Prensa. Julio volvi¨® a encerrarse en su habitaci¨®n, al igual que en las ¨²ltimas tres semanas, y desde all¨ª, cuando en Espa?a eran las cuatro de la madrugada, habl¨® con el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, quien llam¨® al cantante para hacerle part¨ªcipe de su satisfacci¨®n por la liberaci¨®n de su padre."Era la primera vez que hablaba con el presidente", relata Julio, "y tuvo palabras muy afectuosas para m¨ª y mi familia. Le agradec¨ª su atenci¨®n y le felicit¨¦ por la labor de la Polic¨ªa espa?ola, que creo que realiz¨® en la salvaci¨®n de mi padre una operaci¨®n magistral. Tras esta llamada", contin¨²a Julio, "habl¨¦ con el comisario Ballesteros, al que volv¨ª a felicitar por el ¨¦xito policial, y despu¨¦s con mi ex mujer, Isabel; otra vez con mi hermano Carlos y con Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, que es cu?ado de Alfredo, y que ha estado todos estos d¨ªas al lado de mi hermano en Madrid".
Mientras tanto, en el sal¨®n, Alfredo no se despegaba del tel¨¦fono contestando a las llamadas procedentes de todo el mundo y la mesa preparada para cenar permaneci¨® as¨ª toda la noche, pues nadie pod¨ªa en ese momento probar bocado. Alguien abri¨® entonces la primera botella de champa?a y todos empezaron a festejar una celebraci¨®n que hab¨ªa quedado pendiente por otra llamada de Madrid el pasado 29 de diciembre. "Feliz a?o", dice Alfredo Fraile.
A las dos de la madrugada (ocho de la ma?ana, hora de Madrid), Julio pudo por fin hablar con su padre. "Fue una conversaci¨®n muy corta", cuenta el cantante, "unos tres minutos. Le pregunt¨¦ si estaba bien de salud, si se encontraba fuerte, y me respondi¨® que s¨ª. La alegr¨ªa que tuve al o¨ªr la voz de mi padre, con la que hab¨ªa so?ado cada noche, me compens¨® de todo lo pasado estos d¨ªas".
La casa recupera su vida normal
Julio pudo por fin irse a dormir tras esta conversaci¨®n. Su primer sue?o relajado tras diecinueve d¨ªas de duermevelas. Su madre, Charo, se acost¨® tambi¨¦n, mientras en el sal¨®n permanec¨ªa Alfredo Fraile contestando el tel¨¦fono, que no dej¨® de sonar en toda la noche. A primera hora del domingo todos dorm¨ªan, salvo Alfredo.Primero se levantr¨®n los tres chavales, -Carlos, ocho a?os; Jorge, seis, y Marta, cuatro-, sobrinos del cantante, que comenzaron a jug ar en el. sal¨®n, todav¨ªa en pijama. Marta dice: "Ya han encontrado al abuelo, que se hab¨ªa perdido en el alipuerto. Ma?ana viene". Momentos m¨¢s tarde apareci¨® Mamen, y poco despu¨¦s de las diez, Julio, con un ch¨¢ndal y camiseta blanca, y en su rostro, por primera vez desde hace d¨ªas, su c¨¦lebre sonrisa.
Mientras desayuna un caf¨¦ con bizcochos va relatando a EL PA?S la conversaci¨®n con su padre: "Por fin. Se acab¨® la pesadilla. He encontrado a mi padre bien; emocionado, pero firme; me ha contado que ha pasado todos estos d¨ªas en una habitaci¨®n de tres por tres metros. Como es m¨¦dico y sabe lo importante que es en momentos as¨ª conservar bien la salud, ha caminado mucho dando vueltas a la habitaci¨®n, y ha hecho ejercicio".
"Tambi¨¦n se preocupaba", prosigue, "de comer suficientemente y dormir mucho. No tuvo en ning¨²n momento contacto con el exterior, ni oy¨® la radio. Tampoco pudo ver durante su cautiverio a sus secuestradores. Quien le serv¨ªa la comida lo hac¨ªa con una capucha. Pero todos estos detalles es mejor que los relate mi padre. S¨ª puedo decir que me ha insistido en que el trato de sus secuestradores con ¨¦l fue en todo momento absolutamente correcto".
Charo, la madre, escucha, con exclamaciones entrecortadas, c¨®mo fue la liberaci¨®n de su marido. "Mi padre", sigue diciendo Julio, "estaba medio dormido cuando oy¨® un bum, bum y, seg¨²n me ha contado, vio aparecer a dos hombres de los GEO, que le parecieron astronautas, que le dec¨ªan: 'Doctor Iglesias, venimos a liberarlo'. La verdad", contin¨²a el cantante, "es que la operaci¨®n policial ha sido milagrosa: era como encontrar un anillo lanzado al mar, y la Polic¨ªa espa?ola lo ha logrado".
La noticia en la televisi¨®n americana
A las once de la ma?ana, alguien avisa queenciendan la televisi¨®n, pues la Cadena Hispana est¨¢ dando la noticia. Todos miran la pantalla y Rosario de la Cueva no puede evitar las l¨¢grimas cuando ve a su marido. "No he parado de rezar en toda la noche", dice, "han sido unos d¨ªas tan terribles para m¨ª, que s¨®lo pensaba en que Dios no me abandonar¨ªa".Poco despu¨¦s del mediod¨ªa, Julio. recibi¨® a la Prensa y permiti¨® que se le hicieran las primeras fotografias desde que comenz¨®, el cautiverio de su padre. En el jard¨ªn, frente a la bah¨ªa de Miami, y con su nuevo yate Ch¨¢veli, que ayer estrenar¨ªa, al fondo, el cantante dio unas cuantas carreras con su perro Poinghey, para despu¨¦s sentarse al borde del muelle y, feliz, satisfecho, bromear con los periodistas y volver a sonre¨ªr mil veces ante las c¨¢maras de los fot¨®grafos. "En estos momentos soy muy feliz", dice , "Y estoy deseando abrazar a mi padre. Agradezco a toda la gente de mi pa¨ªs, de todo el mundo, el inter¨¦s y el afecto que nos han demostrado".
"En estos momentos", agrega "me acuerdo de las personas que est¨¢n siendo v¨ªctimas de secuestro, y de sus familias, y quiero que sepan que mi afecto est¨¢ con ellos.
"Mi vida ya no puede ser como antes"
Julio insiste en sus elogios a la Polic¨ªa y a la Prensa -"en general se ha portado muy bien", - y muestra su preocupaci¨®n por la suerte del otro secuestrado en estos momentos en Espa?a. Cuando se le pregunta por su carrera art¨ªstica, si este suceso va a influir, responde: "Mi vida ya no puede ser como antes. He reflexionado mucho estos d¨ªas y he podido valorar muy bien el precio del ¨¦xito. Creo que he pagado con creces uno de los precios m¨¢s altos. A partir de ahora mi sistema de valores ha cambiado. Hay cosas en la vida que est¨¢n por encima de todo, y lo m¨¢s importante es el afecto de los tuyos, por encima incluso del aprecio y los aplausos del p¨²blico."Pero ahora", a?ade, "lo m¨¢s importante es que mi padre est¨¢ en libertad y vamos a celebrarlo". Al borde de la piscina, el cantante brind¨® con vino espa?ol con los periodistas y anunci¨® que hoy llegar¨¢ su padre a Miami.
A las tres de la tarde, Julio volvi¨® a reunirse con su madre, su cu?ada, su sobrino y sus amigos en torno a la mesa del jard¨ªn, donde, por primera vez desde hace d¨ªas, se comi¨® con apetito y se gastaron mil bromas sobre las an¨¦cdotas del doctor. El men¨², ensalada, b¨¢calao a la vizca¨ªna y mousse de caf¨¦. Durante la comida, Julio volvi¨® a relatar a EL PA?S los pormenores del cautiverio y de la liber¨¢ci¨®n de su padre.
Seg¨²n el relato de Julio, su padre fue secuestrado a punta de pistola y trasladado en un coche, desde su consulta, a la Casa de Campo. All¨ª ya no pudo ver m¨¢s, pues le vendaron los ojos y le dieron un somn¨ªfero. Despert¨®, a las treinta y seis horas, en una habitaci¨®n de tres por tres metros, sin ventanas y con una puerta estrecha. Sus secuestradores s¨®lo aparec¨ªan en el cuarto para darle la comida, y lo hac¨ªan encapuchados.
Siempre apunt¨¢ndole con metralletas
El doctor supo a los pocos d¨ªas que estaba en alguna parte de Arag¨®n, al escuchar el acento de los pastores que pasaban cerca arreando los reba?os. En una ocasi¨®n pidi¨® cambiarse de ropa y dio a los secuestradores dinero para que le compraran unos pantalones y ropa interior. Cuando entraban sus secuestradores en la habitaci¨®n su obsesi¨®n era no mirar hacia abajo, para no ver las metralletas con las que continuamente le apuntaban.Julio en ning¨²n momento se refiri¨® a la organizaci¨®n ETA como autora del secuestro. "Eso lo confirmar¨¢ el ministro Ros¨®n en Madrid". "Lo que s¨ª puedo asegurar es que las personas que establecieron contacto con mi hermano Carlos y solicitaron el dinero del rescate no eran los aut¨¦nticos secuestradores. Los que ha detenido la polic¨ªa y ten¨ªan a mi padre no se pusieron nunca en comunicaci¨®n con nosotros".
El cantante se retir¨® a descansar despu¨¦s de la comida, y el resto del domingo lo pas¨® sin salir del chal¨¦. Pase¨® por el jard¨ªn, se ba?¨® en la piscina, tom¨® el sol y cont¨® los m¨ªnutos,que le faltaban para reunirse con su padre en un abrazo que se producir¨¢ a las 5,30 de la tarde de hoy, cuando el avi¨®n de Iberia que trae al doctor tome tierra en el aeropuerto de Miami.
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