Se intensifica la lucha contra el desarrollo de las sectas en la RFA

Los obispos alemanes cerrar¨¢n la pr¨®xima semana el negociado para asuntos de sectas y juventud en Colonia, aduciendo dificultades financieras. La medida ha suscitado cr¨ªticas en distintas partes del pa¨ªs, ya que en la Rep¨²blica Federal de Alemania se calcula que hay unos 150.000 j¨®venes enrolados en distintas sectas, a las que tambi¨¦n empieza a acudir gente mayor.Seg¨²n la agencia oficial cat¨®lica KNA, de lo que se trata es de una reestructuraci¨®n para hacerle m¨¢s efectivo. El nuevo modelo incluir¨ªa una secci¨®n de an¨¢lisis te¨®rico-cient¨ªfico de las sectas, otra de informaci¨®n y asesoramiento para familias y j¨®venes afectados y una tercera que propondr¨ªa medidas preventivas y esclarecimiento de la opini¨®n p¨²blica.

Tambi¨¦n los protestantes andan preocupados con el tema de las sectas, aunque esta vez en su vertiente pol¨ªtica. Existe en la Rep¨²blica Federal de Alemania el Partido Europeo de los Trabajadores, una peque?a organizaci¨®n cuyas actividades han sido denunciadas por el socialdem¨®crata Karl Josef Denzer y el democristiano Irmgard Karwatzki. El pol¨ªtico socialdem¨®crata cree saber que el susodicho Partido Europeo de los Trabajadores capta pros¨¦litos con toda serie de argumentos, oblig¨¢ndoles luego a romper con sus familias y a abandonar el trabajo. Karwatzki, encargado de la pol¨ªtica para la juventud, escribe que ?padres desesperados llaman la atenci¨®n sobre el Partido Europeo de los Trabajadores, que emplea m¨¦todos que hasta ahora eran los propios de las sectas?. Si los pol¨ªticos piden al Ministerio del Interior que intervenga el luterano Friedrich Haack, encargado por la Iglesia luterana para lo relacionado con sectas y filosof¨ªas del mundo, est¨¢ claro que el Partido Europeo de los Trabajadores no tiene nada que ver con el resto de los partidos pol¨ªticos alemanes.

Lo m¨¢s llamativo de este grupo pol¨ªtico es que acaba de descubrir la existencia de la Iglesia cat¨®lica, haciendo de Juan Pablo II el mentor de sus propios planes de salvaci¨®n del mundo. Comentando su ¨²ltima enc¨ªclica, afirman que Juan Pablo II se pronuncia contra el crecimiento cero, que apoya la tesis de que el hombre puede disponer de todas las posibilidades de la naturaleza y que propone un programa claramente progresista.