Inquietud y confusi¨®n en Gabinete Caligari y Las Chinas

No hay duda, los viernes por la noche, la gente se mueve. O al menos eso pod¨ªa deducirse de las estupendas entradas que cosecharon tanto Gabinete Caligari en eI Rock Ola, como Las Chinas, en Carolina. O dos grupos para dos p¨²blicos.Lo del Rock Ola empezaba antes. Y con una puntualidad que pill¨® a buena parte del personal buscando por los alrededores el ¨²ltimo trago barato o un postrer y tonificante caf¨¦ con leche. Con lo cual muchos se perdieron la breve actuaci¨®n de Derribos Arias, un d¨²o donostiarra residente en Madrid que en los ambientes enterados pasa por uno de los n¨²cleos potencialmente m¨¢s interesantes que pululan por aqu¨ª. Lo malo es que la presunta y bastante segura genialidad de Poch (gitarra, voces) y Alejo (sintetizador, caja de ritmos) tiene dificultades para desarrollarse en las condiciones, generalmente lumpen, que les persiguen.

Con todo, las mismas canciones y los modos de ambos instrumentistas (que pasan ampliamente de t¨¦cnica o virtuosismo ortodoxos) reflejan un modo sombr¨ªo, pero te?ido, por tales dosis de irreverencia, que lo convierten en gustoso. Aunque lo esperado de Derribos Arias no es sonrisa, sino excitaci¨®n, inquietud. Y eso, hoy por hoy, no lo logran. Tal vez ma?ana.

Gabinete Caligari frente a la electr¨®nica de Derribos opuso la m¨¢s b¨¢sica de las formaciones de rock: el tr¨ªo. Y con ¨¦l se lanzan a un mundo, esta vez s¨ª, definitivamente siniestro. Y esta vez s¨ª, inquietante. Su misma austeridad en escena (negro sobre negro) no deja mucho espacio para la sonrisa, pero la afilada guitarra de Jaime, las aventuradas armon¨ªas de Ferny al bajo y la bater¨ªa casi tribal de Eddy, componen uno de los mejores grupos de la escena madrile?a.

No son necesariamente agradables, pero eso nunca ha sido obst¨¢culo para el placer, aunque este pueda ser un poco enfermizo. Su m¨²sica, ligada con la que ahora mismo pueden hacer U2, Killing Joke o los difuntos Joy Division es la resaca amarga de las pop, el sentimiento tr¨¢gico del tinglado este. Y aunque no hagan sonre¨ªr, se imponen.

No as¨ª Las Chinas, que con sus dos acompa?antes masculinos se presentaban en La Carolina. Este es un grupo que desde un comienzo estuvo marcado por la fatalidad (robos de equipo incluido), hecho este que no le ha permitido el m¨¢s m¨ªnimo avance en el tiempo que llevan en esto. Es cierto que los problemas marcan, pero resulta dif¨ªcil identificarse, y gozar con unas m¨²sicas que no han sido capaces de superar la etapa de incompetencia primaria con la que todos los grupos empiezan.

Su concierto del viernes, aun contando con el favor de un p¨²blico, no iba a ninguna parte. Pop sin fuerza, mal tocado y con mal sonido. Hay miles de razones para que esto ocurra as¨ª.