"EI Ej¨¦rcito no puede quedarse atr¨¢s en el camino emprendido por el pueblo espa?ol"
Luis Pinilla Soliveres, general de brigada, es desde agosto de 1979 director de la Academia General Militar, centro de formaci¨®n b¨¢sica de los futuros oficiales del Ej¨¦rcito espa?ol. La Academia de Zaragoza cumplir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas sus primeros cien a?os, bajo el mando de un ilustre soldado, de s¨®lida formaci¨®n human¨ªstica, ac¨¦rrimo defensor del ejercicio de la soberan¨ªa popular y de p¨²blica lealtad al Rey. El general Pinilla, de 61 a?os, no ha podido llevar a cabo un profundo sistema de reforma en la Academia porque se trata de uno de los muchos directores de centros militares de ense?anza, sometido a las ¨®rdenes de su superioridad. Sin embargo, su labor de apertura hacia el exterior y sus continuos intentos por incrementar la formaci¨®n intelectual del cadete han sido su gu¨ªa de destino. En declaraciones a EL PAIS, el general Pinilla afirma que el Ej¨¦rcito es naturalmente conservador, pero a?ade que "el pueblo espa?ol ha tomado una directiva y el Ej¨¦rcito no puede, aunque quiera, quedarse atr¨¢s". "La necesaria libertad", asegura el general, "forma parte de los valores permanentes y transcendentes del hombre. El cadete debe ser objetivo ya que en el futuro tendr¨¢ que ser mando de ciudadanos espa?oles procedentes de muy diversas ideolog¨ªas".
Pregunta.Usted se ha manifestado en varias ocasiones partidario de una mayor formaci¨®n human¨ªstica del cadete e incluso se muestra partidario de que ¨¦ste sincronice con todo lo positivo que ofrece la sociedad moderna. M¨¢s de dos a?os lleva al frente de la Academia. ?Cree cumplidas sus aspiraciones?
Respuesta. Las creo cumplidas en cuanto que se ha despertado mayor inquietud. Pienso que, por lo que a m¨ª respecta, se han intensificado determinadas medidas que estaban al alcance de mi nivel de mando, lo que ha permitido que esta formaci¨®n efectivamente se mejore. Pero no corresponde a mi nivel la variaci¨®n de programas, que tiene que hacerse conjuntamente.
P. Un elevado porcentaje de cadetes son hijos de militares y otro tanto por ciento considerable proceden de familias contrarias al sistema de libertades, por lo que el n¨²mero de aspirantes a oficiales de otros sectores de la sociedad es m¨ªnimo. ?Por qu¨¦ la juventud espa?ola no se siente atra¨ªda por el Ej¨¦rcito?
R. Desde hace tiempo existen, adem¨¢s de algunas corrientes antimilitaristas, una serie de recelos y prejuicios en determinados ambientes sociales. Esto influye l¨®gicamente para que un gran sector de la poblaci¨®n joven, que est¨¢ en condiciones de poder optar al ingreso, no se sienta atra¨ªdo por la vocaci¨®n militar. Por otra parte, es tambi¨¦n l¨®gico, como ocurre en otras carreras, que la vocaci¨®n se d¨¦ m¨¢s en aquellas familias vinculadas al Ej¨¦rcito.
P. Pero, ?no piensa que es preocupante que ingresen en las Fuerzas Armadas j¨®venes de marcado matiz pol¨ªtico contrario a la legalidad constitucional?
R. Creo que, aunque algo de ¨¦sto pueda ocurrir, la formaci¨®n posterior que se da en la Academia contribuye a variar bastante este problema. Como ser militar es una aspiraci¨®n nacional, habr¨¢ que tender hacia una igualdad de oportunidades.
P. ?Est¨¢ el profesorado de la Academia a la altura de las exigencias que requiere la formaci¨®n de un militar que debe de servir a un Estado democr¨¢tico? ?Qu¨¦ lugares ocupan la Constituci¨®n y las Reales Ordenanzas en el cap¨ªtulo de las prioridades docentes?
R. Voy a empezar primero por la segunda pregunta. La Constituci¨®n y, las Reales Ordenanzas se dan con la necesaria y suficiente extensi¨®n en este centro. Estas ¨²ltimas no solo se tratan en asignaturas, sino que son objeto de una frecuente referencia, ya que constituyen la regla moral del oficial y del cadete. En cuanto al profesorado, puedo decir que se busca por todos los medios y procedimientos una actualizaci¨®n tanto en lo que se refiere a cuestiones did¨¢cticas, en colaboraci¨®n con centros del exterior, como en otras, caso de charlas, seminarios y reuniones; todo ello de cara a adaptar el esp¨ªritu que requiere la Espa?a de hoy d¨ªa.
P. Existe actualmente cierto divorcio, principalmente propulsado por sectores pol¨ªticos involucionistas, entre la instituci¨®n militar y el resto de la sociedad espa?ola. ?Tiene en cuenta la Academia esta situaci¨®n a la hora de formar al cadete?
"Es deseable una mayor apertura"R. Creo que existe. Y hay determinados hechos que est¨¢n a la vista de todo el mundo y que pueden poner de manifiesto intereses de grupos sociales muy acomodados en el mundo de los privilegios. Esto realmente est¨¢ incitando a la separaci¨®n y excitando a la instituci¨®n castrense. En cuanto a la incidencia que pueda tener en la Academia, estimo que con los planes y programas vigentes podemos contrarrestar mucho esa labor, que, al fin y al cabo, es externa. El cadete tiene terminantemente prohibido por la ley actividades de ning¨²n g¨¦nero pol¨ªtico y estamos procurando que sea todo lo objetivo que es de desear ya que el d¨ªa de ma?ana tendr¨¢ que ser mando de unos hombres, ciudadanos espa?oles, procedentes de muy diversas ideolog¨ªas.
P. La rigurosidad de la milicia aisla del continuo contacto exterior a los cadetes, que saltan de la vida escolar a la actividad profesional sin pasar por centros enriquecedores de cultura como las universidades. ?Por qu¨¦ no existe un mayor acercamiento entre las ense?anzas militar y universitaria?
R. Creo que se tiende a este acercamiento, a semejanza de todos los pa¨ªses, del mundo occidental. Mientras no se estudie la conveniencia o la oportunidad de cambiar nuestros sistemas, la Academia centra sus preocupaciones culturales en los departamentos que tiene a su alcance, caso de nuestra c¨¢tedra Miguel de Cervantes, en colaboraci¨®n con la Universidad, o la instituci¨®n Fernando el Cat¨®lico, de la Diputaci¨®n de Zaragoza. En consecuencia, es muy frecuente que haya grandes trasvases de cultura, del mundo cient¨ªfico y de las letras, al futuro cadete, as¨ª como oportunidades de cooperaci¨®n de nuestro centro con la realidad universitaria. De todas formas ser¨ªa de desear ciertamente una profunda revisi¨®n en este sentido que favoreciera una mayor apertura.
P. ?Cualquier cadete de la Academia estar¨ªa hoy d¨ªa en condiciones de dar respuesta cient¨ªfica a conceptos tales como poder, Estado, Patria, democracia, militarismo, conflictos Este-Oeste y Norte-Sur o distribuci¨®n de la renta nacional?
R. S¨ª. D¨¢ndose en la Academia asignaturas como Derecho y Pol¨ªtica, que ofrecen una idea de las corrientes del pensamiento actual y de nuestro derecho constitucional, as¨ª como alguna noci¨®n de ¨ªndole nacional, pues s¨ª estar¨ªa en condiciones de contestar. No s¨¦ si siempre en el mismo sentido, o por formaci¨®n anterior o criterio personal, puede haber matices en que esas contestaciones solieran variar algo.
P. Por ejemplo, existe otro concepto que un sector de la colectividad militar no parece haber digerido aun: la libertad de expresi¨®n. ?Cree que el cadete sale de la Academia asumiendo esta concepci¨®n de la misma forma que lo har¨ªa un licenciado en Derecho que acaba de terminar su carrera?
R. Igual es probable que no. Lo cierto es que un art¨ªculo de las ordenanzas dedica su atenci¨®n precisamente al tema de la libertad de expresi¨®n. Por consiguiente, en nuestra regla moral ¨¦sto ya est¨¢ introducido. Es frecuente que este tema se aborde en nuestras asignaturas y en nuestras clases. Creo que los cadetes van teniendo una idea clara de esta necesaria libertad, que forma parte de uno de los valores permanentes y transcendentes del hombre, al cual van a mandar.
P. ?Son objeto de estudio los pensadores modernos? ?Qu¨¦ tipo de lecturas, adem¨¢s de las obligadas, se recomiendan a los cadetes?
R. Algunos de los pensadores modernos s¨ª son estudiados, quiz¨¢ con car¨¢cter somero. Es cierto que no se puede tratar ni con la extensi¨®n o profundidad con que se hacen en otras carreras. El cadete, por los programas y sistemas vigentes, no dispone de mucho tiempo para la lectura. No obstante no s¨®lo se fomenta, sino que en bastantes ocasiones hemos aconsejado una bibliograf¨ªa extensa de formaci¨®n human¨ªstica.
P. En academias militares de otros pa¨ªses de Europa Occidental se suele completar la formaci¨®n t¨¦cnica del cadete en centros de ense?anza civiles. ?Contribuir¨¢ el ingreso de Espa?a en la Alianza. Atl¨¢ntica a modificar el sistema de ense?anza aislacionista de la Academia General Militar?
R. Personalmente creo que iremos evolucionando. Sin embargo no cabe duda de que Espa?a es un pa¨ªs original y distinto, por lo que no existe necesidad de copiar las corrientes extranjeras. No cabe duda de que s¨ª existir¨¢ esa mayor apertura y en un momento determinado es probable que se piense que algunas formaciones puedan darse con un acuerdo conjunto.
P. En breve asciende usted a general de divisi¨®n, por lo que deber¨¢ dejar la direcci¨®n de la Academia. ?Est¨¢ satisfecho del trabajo realizado? ?Ha encontrado muchas dificultades para poner en pr¨¢ctica su proyecto personal?
R. En el Ej¨¦rcito no existen proyectos personales. Las cosas se hacen desde el punto de vista de la colectividad, de la jerarqu¨ªa, y por consiguiente no ha estado en mi mano la variaci¨®n de algunos aspectos, que yo pudiera haber cre¨ªdo conveniente y a la vez propuesto al mando, quien en ocasiones opina procedente la modificaci¨®n y en otras no. Dificultades creo que he tenido todas las concernientes a un per¨ªodo de transici¨®n y de cambio que naturalmente tambi¨¦n han incidido en la vida militar. El Ej¨¦rcito como todo, como la Academia, es perfectible. He luchado en este sentido y unas cosas las he conseguido y otras no.
P. ?Por qu¨¦ el Ej¨¦rcito no va en paralelo con el cap¨ªtulo de reformas que se est¨¢n produciendo en el resto de las instituciones del Estado espa?ol?
R. El Ej¨¦rcito en concreto creo que tiende a ser naturalmente conservador. No puede situarse en las vanguardias de una reforma social, pol¨ªtica y econ¨®mica. Pienso que no le corresponder¨ªa este papel, por lo que considero l¨®gico que ante una conveniente, sin duda, reforma y evoluci¨®n m¨¢s acorde con la realidad mundial se mantenga en posici¨®n que pueda ser interpretada como de retaguardia. Lo que s¨ª es cierto es que la inquietud se va creando en esta instituci¨®n y, poco a poco, se va adaptando a estas realidades de Espa?a, ya que se trata de una parte del servicio a la Patria. El pueblo espa?ol ha tomado una directiva y el Ej¨¦rcito no puede, aunque quiera, quedarse atr¨¢s.
P. Por ¨²ltimo, general, ?qu¨¦ piensa de estos cien a?os de Academia General Militar?
R. El centenario no va a representar para nosotros solamente una conmemoraci¨®n hist¨®rica, sino que adem¨¢s de pensar en la actualidad y en la eficacia, estimamos que es un gran momento para nuestra propia reflexi¨®n sobre el caminar, que nos ayudar¨¢ a seguir adelante. El centenario no es la conmemoraci¨®n de algo est¨¢tico, sino de un cuerpo con vida que se ha mantenido, a lo largo de este tiempo, en evidente evoluci¨®n. Por consiguiente, creo que es tambi¨¦n un acicate para que sepamos estar en nuestro tiempo de hoy.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.