Helmut Schmidt gan¨® la votaci¨®n de confianza ante el Parlamento de Alemania Occidental
Helmut Schmidt, canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania, gan¨® ayer la moci¨®n de confianza presentada por ¨¦l mismo ante el Parlamento federal (Bundestag) con todos los 269 votos posibles de los partidos socialdem¨®crata (216 votos) y liberal (53 votos). Contra la moci¨®n de confianza, votada nominalmente y de modo no secreto por los parlamentarios, se pronunciaron los 225 diputados democristianos.
Al ganar la votaci¨®n de confianza, el canciller Helmut Schmidt ha salido fortalecido moment¨¢neamente en su pol¨ªtica, pero la pregunta que surge ahora en Bonn es cu¨¢nto tiempo durar¨¢ este impulso recibido ayer.La votaci¨®n de la moci¨®n se realiz¨® sobre la persona de Schmidt como canciller, y no fue vinculada a todo el programa econ¨®mico de lucha contra el paro aprobado por el Gobierno federal.
Helmut Schmidt pronunci¨® un discurso de 39 minutos con tono desganado y aburrido, que fue interrumpido 42 veces con aplausos breves, casi obligados, procedentes casi siempre de los esca?os de su partido. El canciller no consigui¨® dejar claro el motivo de haber solicitado el voto de confianza, una medida casi ins¨®lita en la historia parlamentaria de la RFA, que s¨®lo tuvo un precedente en 1972 con el canciller Willy Brandt.
Helmut Schmidt dio la impresi¨®n, en su discurso, de cumplir con un penoso deber. Fue una sucesi¨®n de t¨®picos y trivialidades, en completa contradicci¨®n con el dramatismo de la moci¨®n de confianza, que llev¨® al Bundestag hasta a los enfermos y a los tullidos.
En una silla de ruedas lleg¨® un diputado socialdem¨®crata que hace unos meses fue atropellado por un coche y estuvo a punto de morir. Otro diputado del SPD lleg¨® aquejado de varicela, despu¨¦s de que los m¨¦dicos hubieran certificado que no hab¨ªa peligro de contagio. El discurso de Schmidt careci¨® de fuerza y no dio la impresi¨®n de que lo pronunciase un hombre capaz de movilizar a las fuerzas sociales del pa¨ªs para superar la crisis econ¨®mica.
El canciller advirti¨® a la segunda C¨¢mara (Bundesrat), con mayor¨ªa democristiana, que no se oponga al programa econ¨®mico contra el paro. El Bundesrat tiene la posibilidad de negarse a aceptar la subida del impuesto sobre el valor a?adido, con lo que se frenar¨ªa el programa.
Durante su discurso, Schmidt mir¨® varias veces hacia los esca?os donde se sientan los diputados liberales, como si quisiese asegurarse el apoyo de sus aliados de coalici¨®n. Curiosamente, el presidente del Partido Liberal, el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, no intervino en el debate y dej¨® su puesto al jefe de la fracci¨®n parlamentaria, como si el h¨¢bil pol¨ªtico liberal quisiera dejarse una puertecita abierta. Por los democristianos tom¨® la palabra su presidente, Helmut Khol.
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