Ra¨²l el Legionario
Plaza de Valdemorillo. 7 de octubre.Quinto festejo de feria. Dos toros de Mar¨ªn Marcos y cuatro de Camaligera, grandes, serios y broncos. Joaqu¨ªn Bernado: pitos y bronca. Ra¨²l S¨¢nchez: ovaci¨®n y oreja. Gallito de Zafra: oreja y vuelta,
Todas las temporadas, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, nos llega el horror, terror y pavor de un torero talaverano, que puede con esos apabullantes morlacos que a los dem¨¢s asustan y a casi todos hacen correr. Es Ra¨²l S¨¢nchez, que va por la vida de legionario, hace ya muchos a?os, y dicen los que de administraciones saben que los empresarios no le dejan comer de esta profesi¨®n.
Por lo poco que contrata y por el escaso sueldo que le pagan, efectivamente si comiera de esto ser¨ªa milagroso. Y, sin embargo, muy pocos de sus colegas podr¨ªan lucir el terno de seda y oro con mejor derecho. El legionario Ra¨²l se gana los contratos cada tarde. Se los gana por valor, pero tambi¨¦n por poder¨ªo. El domingo, en Valdemorillo, derroch¨® valent¨ªa hasta dejar los ¨¢nimos en suspenso, pero principalmente estuvo dominador y torero.
Los toros que le correspondieron, dos pavos de mala catadura, no ten¨ªan ni un pase, pero Ra¨²l consigui¨® d¨¢rselos, present¨¢ndoles pelea en los medios, cruz¨¢ndose, pis¨¢ndoles los terrenos, consintiendo. Cada muletazo, que llevaba consigo tarascadas, parones, cornada en ciernes, era un sobresalto, pero como el torero aguantaba el tipo y mandaba, el feroz instinto defensivo del animal se dilu¨ªa en los vuelos del engano.
Al ejecutar el volapi¨¦ en su primero, Ra¨²l sufri¨® un volteret¨®n impresionante, que le dej¨® conmocionado. A su segundo, un gal¨¢n de impresionante trap¨ªo, ofensivamente cornal¨®n con sus pitones vueltos y astifinos, lo mat¨® por el hoyo de las agujas. Cuando cay¨® patas arriba ese toro, manso, de creciente peligro, hubo en la plaza un suspiro de alivio. El legionario Ra¨²l, torero cabal, valiente, y honrado, hab¨ªa despachado, una vez m¨¢s, los toros que nadie quiere ni en fotograf¨ªa. Y, vi¨¦ndole con aquellos, desenfadados andares de pisaterrones, sonrosado y sonriente, se dir¨ªa que no daba importancia a la proeza.
Joaqu¨ªn Bernad¨®, que tambi¨¦n se encontr¨® con g¨¦nero bronco, prefiri¨® no complicarse la vida y ali?¨®. Al Gallito de Zafra, en cambio, le salieron reses manejables y las aprovech¨® a su manera. Le falt¨® reposo y temple, pero pues estuvo voluntarioso con el capote, f¨¢cil en banderillas, con la muleta pr¨®digo y el paisanaje le aclamaba, sali¨® de la plaza en triunfador.
Valdemorillo, con los toros serios, a?ade categor¨ªa a su condici¨®n de primera feria del a?o. La afici¨®n madrile?a ha quedado impresionada, y tambi¨¦n medio sorda por el ru¨ªdo de las charangas. Pero ya se recuperar¨¢, para la temporada, que con autoridad y sin afeitado, viene buena.
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