Los jefes religiosos musulmanes nigerianos se negaron a entrevistarse con Juan Pablo II
El abrazo entre el Papa y los jefes religiosos isl¨¢micos de Nigeria, uno de los momentos m¨¢s esperados del viaje papal a Africa, no pudo tener lugar. El encuentro estaba previsto para el domingo, a las cinco de la tarde, en la ciudad de Kaduna, en el norte del pa¨ªs, fortaleza del islamismo nigeriano y donde los cat¨®licos representan s¨®lo el 2% de la poblaci¨®n.
El discurso de Juan Pablo II a los musulmanes hab¨ªa sido distribuido, sin embargo, a los periodistas que cubrimos el viaje papal, a las dos de la tarde, en su versi¨®n original en ingl¨¦s, con una traducci¨®n al italiano hecha en la ma?ana del domingo. Algo m¨¢s tarde empezaron a conocerse las primeras filtraciones sobre las dificultades que la diplomacia vaticana estaba encontrando para que el Papa pudiera reunirse, como estaba previsto, con los jefes religiosos del Islam.A las seis de la tarde, Radio Vaticano no pod¨ªa confirmar el encuentro y advirti¨®: "Estamos en una angustiosa espera". Tampoco la nunciatura de Lagos confirmaba ni desment¨ªa la noticia, lanzada ya por algunas agencias, de que los musulmanes se hab¨ªan negado a presentarse ante el Papa.
Un hecho inexplicado
Por fin, un comunicado oficial de la secretar¨ªa de Prensa vaticana anunciaba lac¨®nicamente que el programa de Juan Pablo II con los l¨ªderes religiosos musulmanes en Kaduna "no se celebr¨® por razones ajenas a la voluntad del Santo Padre". Y a?ad¨ªa que, a pesar de todo, el Papa hab¨ªa le¨ªdo igualmente el discurso preparado ante el gobernador del Estado, Alhaji Aba Musa Rimi, en la sala de espera del aeropuerto de Kaduna, antes de abandonar la ciudad.Las razones de este rotundo gesto de rechazo a entrevistarse con el Papa por parte de los l¨ªderes religiosos musulmanes de un pa¨ªs, sin precedente en ning¨²n otro viaje, y la sorpresa ante este extra?o tropiezo de la aguda diplomacia vaticana son muy diversas y contradictorias. Una primera versi¨®n afirmaba que todo se hab¨ªa debido a una ri?a interna entre los diversos grupos musulmanes, que no lograron ponerse de acuerdo sobre qui¨¦n iba a responder, en nombre de todos, al discurso del Papa.
Otros aseguraban que la tensi¨®n en Kaduna, donde ya en 1979 hab¨ªa habido tumultos organizados por los grupos isl¨¢micos m¨¢s radicales, escribiendo en las paredes "Only Islam" y cuyas pintadas son a¨²n visibles, hac¨ªan temer lo peor y que por motivos de seguridad se pens¨® que era mejor anular el encuentro.
Sin embargo, ya desde el d¨ªa anterior se hab¨ªa podido advertir que no todos los grupos musulmanes estaban de acuerdo con la visita del Papa y, sobre todo, con el hecho de que los jefes religiosos tuvieran que ir a recibir al Papa: "SI el Papa quiere venir a informarse sobre el Islam", escribi¨®, por ejemplo, el diario Sunday New Nigerian, "ser¨¢ bien recibido; pero si viene a darnos lecciones de tolerancia, no es necesario, porque aqu¨ª no existe la guerra entre nosotros y los cristianos". Las dos organizaciones isl¨¢micas -Izalatul-bidia y Fityamil-Islam- se hab¨ªan opuesto ya a la otra organizaci¨®n musulmana, Almadiyya, que hab¨ªa decidido regalar al Papa, durante el encuentro en Kaduna, un ejemplar del Cor¨¢n, la biblia isl¨¢mica, y las obras literarias de Ahmadi. Y declaraban que ninguna organizaci¨®n pod¨ªa permitirse hablar al Papa en nombre de todos los musulmanes, ya que en el Islam no existe una Jerarqu¨ªa religiosa superior a las dem¨¢s. Y en un comentario a la visita del Papa se afirmaba: "El Islam ha sobrevivido a las primeras cruzadas y tambi¨¦n a las neocruzadas. Nuestra verdad vuelve a ganar puntos, porque, como afirma el Cor¨¢n, la espuma se va, mientras lo que hace bien al g¨¦nero humano permanece en la tierra".
Parece ser que los l¨ªderes religiosos que rechazaron a ¨²ltima hora el anunciado encuentro con Juan Pablo II no pertenec¨ªan, sin embargo, a los grupos extremistas que en este pa¨ªs han provocado muchas veces graves des¨®rdenes. Baste pensar en lo ocurrido en 1980.
En el discurso que el Papa quiso entregar igualmente al gobernador de Kaduna, que tambi¨¦n es musulm¨¢n, Juan Pablo II afirmaba: "Todos nosotros, cristianos y musulmanes, vivimos bajo el sol de un ¨²nico Dios", y a?ad¨ªa: "Si unimos nuestras fuerzas en nombre de Dios, podemos colaborar en la promoci¨®n de la justicia, por el bien futuro de Nigeria y de toda Africa y para la creaci¨®n en el mundo de una nueva civilizaci¨®n universal del amor".
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