Los conspiradores contaban con la Divisi¨®n Acorazada para la toma de Madrid
Concluimos hoy la publicaci¨®n de los perfiles biogr¨¢ficos de los implicados en el golpe de Estado del 23 de Febrero, as¨ª como el relato de sus respectivas participaciones en los hechos, seg¨²n un reciente informe del Fiscal. Destacan en este grupo figuras como la del general Luis Torres Rojas, antiguo jefe de la Divisi¨®n Acorazada en quien pensaron los golpistas como la persona id¨®nea para asegurarse la adhesi¨®n de la DAC, de vital importancia para el ¨¦xito del proyecto. En este mismo sentido debe entenderse la implicaci¨®n del coronel Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn, jefe del Estado Mayor de la Divisi¨®n, y redactor de las ¨®rdenes para que las tropas ocuparan puntos neur¨¢lgicos de la capital de Espa?a. El comandante Cortina, como miembro del CESID, tambi¨¦n aparece como clave en la infraestructura del golpe. El teniente coronel Mas Oliver y el comandante Pardo Zancada tuvieron importantes misiones de enlace y coordinaci¨®n. El coronel Manchado, como jefe del Parque de Automovilismo de la Guardia Civil result¨® un colaborador de primera fila en la tarea de reclutar a la fuerza que, al mando del teniente coronel Tejero entr¨® en el Congreso. Se incluyen tambi¨¦n referencias; de Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, el ¨²nico civil procesado en esta causa, y que aparece en el sumario como la persona que pone en contacto a Tejero con el ayudante del teniente general Milans del Bosch para los preparativos de la operaci¨®n.
LUIS TORRES ROJASSiete meses en la DAC
No es la primera vez que el general Luis Torres Rojas, nacido hace 63 a?os en Melilla, ocupa espacio en los medios informativos por razones no estrictamente profesionales. Este militar, de cuya cualificaci¨®n t¨¦cnica nadie duda, con una larga hoja de servicios en diversos destinos, ya protagoniz¨® algunos incidentes.
Sus posiciones pol¨ªticas, de signo claramente conservador, han sido profusamente conocidas; nunca trat¨® de ocultarlas. Es m¨¢s, en alguna ocasi¨®n sus compa?eros de armas le aconsejaron moderar el tono de sus intervenciones p¨²blicas, que, de manera permanente, criticaban el sistema democr¨¢tico.
Sin duda alguna, el puesto m¨¢s importante de su carrera profesional ha sido la jefatura de la Divisi¨®n Acorazada Brunete n¨²mero 1, la unidad de intervenci¨®n m¨¢s poderosa del Ej¨¦rcito espa?ol. Fue nombrado para este cargo en junio de 1979, tras ostentar el mando de la Brigada Paracaidista.
Siete meses m¨¢s tarde, y de forma que los medios de comunicaci¨®n interpretaron como fulminante, el general Torres Rojas fue relevado del mando de la DAC. Aunque el Gobierno lo desminti¨® formalmente y asegur¨® que el relevo estaba previsto desde dos meses antes, se vincul¨® su cese con las posturas duramente cr¨ªticas expresadas por el general contra el Gobierno. El mismo d¨ªa de su cese, el ministerio de Defensa debi¨® salir al paso de unos rumores que hablaban de una inminente intentona militar, que consistir¨ªa en la presi¨®n al Rey, para que ilegalizara el Partido Comunista y nombrara presidente del Gobierno al teniente general Vega, en situaci¨®n de reserva. Por explicar en p¨²blico este plan, calificado de fantasioso en medios oficiales, fue arrestado en Melilla el capit¨¢n Tormo Rico.
D¨ªas despu¨¦s, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, confi¨® a un grupo de periodistas que dispon¨ªa de informaci¨®n sobre reuniones mantenidas por el general Torres Rojas; con otros jefes militares en torno a la situaci¨®n del pa¨ªs.
Estos antecedentes pesaron, con toda probabilidad, en los organizadores del golpe a la hora de decidir que Torres Rojas era la persona indicada para poner al mando de la DAC, vital para el ¨¦xito de la operaci¨®n.
En la reuni¨®n celebrada en Madrid el 18 de enero de 1981, en la casa del teniente coronel Mas Oliver, ayudante del, teniente general Milans, ¨¦ste indic¨® al teniente coronel Tejero que asistir¨ªa a la conversaci¨®n el general Torres Rojas, a quien ya conoc¨ªa Tejero por haberle visitado cuando el teniente coronel cumpl¨ªa prisi¨®n en Alcal¨¢ de Henares.
Torres Rojas lleg¨® tarde a la reuni¨®n; al incorporarse a ella, explic¨® que se hab¨ªa entrevistado con el coronel Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn, jefe de Estado Mayor de la DAC, quien ve¨ªa con buenos ojos la operaci¨®n y se hab¨ªa comprometido a preparar lo necesario para que el general Torres Rojas pudiera hacerse cargo del mando de la Divisi¨®n.
Es el propio Milans del Bosch quien, el 22 de enero, encarga al comandante Pardo Zancada, desplazado a Valencia por orden del teniente general, avisar al general Torres Rojas. Este recibe en La Coru?a, donde ocupa el puesto de gobernador militar, una llamada telef¨®nica de Pardo Zancada el mismo d¨ªa 23 por la ma?ana; el comandante transmite al general las ¨®rdenes de Milans. Torres Rojas, alegando motivos personales, pide permiso a su capit¨¢n general y se desplaza a Madrid en avi¨®n.
Desde el aeropuerto de Barajas, a donde hab¨ªa ido a esperarle Pardo Zancada, Torres Rojas se desplaza a la DAC, cuyo jefe, general Jos¨¦ Juste, se encontraba camino de Zaragoza, en compa?¨ªa del coronel San Mart¨ªn. En el trayecto, el comandante Pardo inform¨® al general Torres de los detalles concretos de la operaci¨®n, cuyas l¨ªneas fundamentales conoc¨ªa el general. Tras el almuerzo, Torres Rojas se reuni¨® a tomar caf¨¦ con los jefes de las brigadas y las unidades. A las cinco menos cuarto de la tarde, previamente avisados, regresan a Madrid el general Juste y el coronel San Mart¨ªn, que se incorporan a la reuni¨®n.
A petici¨®n del coronel San Mart¨ªn, el comandante Pardo comienza a explicar, a los asistentes la operaci¨®n prevista, exposici¨®n que es matizada en diversas ocasiones por el propio general Torres Rojas. El general Juste pregunt¨® si el capit¨¢n general de la I Regi¨®n conoc¨ªa los acontecimientos, a lo que respondieron San Mart¨ªn y Pardo Zancada que lo hab¨ªa hecho ya el teniente general Milans.
Se dan las ¨®rdenes correspondientes para que las distintas unidades de la DAC cumplan sus objetivos, para lo cual abandonan la reuni¨®n los respectivos jefes. Quedan en el despacho el general Juste, el coronel San Mart¨ªn y el general Torres Rojas. En ese lapso llega la noticia de la ocupaci¨®n del Congreso. El general Juste llama a La Zarzuela para confirmar si, como le hab¨ªan dicho, estaba all¨ª el general Armada. Al recibir respuesta negativa, el jefe de la DAC se comunica con el capit¨¢n general de la I Regi¨®n y da orden de acuartelar inmediatamente las tropas.
En este momento, el general Torres Rojas se dio cuenta de que la operaci¨®n hab¨ªa fallado. Juste inform¨® a su inmediato superior de la presencia all¨ª del gobernador militar de La Coru?a. El teniente general Quintana inform¨® de ello al capit¨¢n general de Galicia, que orden¨® el inmediato regreso a La Coru?a del general Torres Rojas. Poco despu¨¦s tomaba un avi¨®n para reincorporarse a su destino.
JOSE IGNACIO SAN MARTIN
Un experto en informaci¨®n
La biograf¨ªa del coronel de Artiller¨ªa Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn L¨®pez, nacido en San Sebasti¨¢n en junio de 1924, se?ala circunstancias poco habituales entre los militares. No lo es, por ejemplo, la amplia formaci¨®n universitaria de San Mart¨ªn, que, adem¨¢s de ser el n¨²mero uno de su promoci¨®n, diplomado de EM de Ej¨¦rcito y Armada, posee la licenciatura en Ciencias Econ¨®micas y es diplomado por el Instituto de Ciencias Pol¨ªticas de Madrid.
A instancias del almirante Carrero Blanco, el coronel San Mart¨ªn cre¨® y dirigi¨® hasta enero de 1974 el Servicio de Documentaci¨®n e Informaci¨®n de la Presidencia del Gobierno, instrumento pol¨ªtico de notable importancia en el pasado r¨¦gimen. Fue tambi¨¦n director general de Tr¨¢fico.
En alguna ocasi¨®n se ha identificado pol¨ªticamente a Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn como convencido fraguista. Cuando Manuel Fraga fue nombrado ministro de Gobernaci¨®n, en el primer Gabinete de la Monarqu¨ªa, se habl¨® insistentemente del ofrecimiento hecho por aqu¨¦l a San Mart¨ªn para que ocupase el cargo de director general de Seguridad.
Igualmente, en varios medios de informaci¨®n se le cit¨® como inspirador, e incluso redactor, del llamado manifiesto de los cien. San Mart¨ªn desminti¨® reiteradamente tales acusaciones, as¨ª como otras que le se?alaban como integrante del colectivo Almendros, bajo cuya firma aparecieron en el diario El Alc¨¢zar varios art¨ªculos de signo claramente golpista.
La primera cita que hace el fiscal del coronel San Mart¨ªn en su escrito definitivo de acusaci¨®n es para se?alar su conocimiento del plan golpista a trav¨¦s del general Luis Torres Rojas, que hab¨ªa sido su superior en la Divisi¨®n Acorazada Brunete, de la que San Mart¨ªn era jefe de Estado Mayor. Seg¨²n el fiscal, el coronel prometi¨®, el 18 de enero, todo el apoyo necesario para que su antiguo jefe pudiera hacerse cargo de la DAC.
El d¨ªa 22 de enero San Mart¨ªn conoce, por encargo del teniente general Milans del Bosch, que el comandante Pardo Zancada, destinado en el EM de la DAC, ha recibido la orden de desplazarse a Valencia para ponerse al tanto de los ¨²ltimos detalles de la operaci¨®n.
San Mart¨ªn pide al comandante que le informe inmediatamente despu¨¦s de su regreso. A las 23.15 horas de ese mismo d¨ªa, domingo, el coronel recibe en su domicilio de Madrid al comandante, quien le pone al corriente de lo hablado con el capit¨¢n general de Valencia. Al enterarse de que la fecha se?alada para la operaci¨®n era el d¨ªa siguiente, San Mart¨ªn hizo un comentario negativo, ya que ese d¨ªa el jefe de la Divisi¨®n, general Juste, y ¨¦l mismo deb¨ªan desplazarse a Zaragoza. El coronel encarga a Pardo Zancada que avise al general Torres Rojas y que, una vez producida su llegada a Madrid, se lo comunique a trav¨¦s de la consigna "la bandeja est¨¢ grabada", lo que provocar¨¢ su regreso y el. del general Juste. El d¨ªa 23, desde el parador de Santa Mar¨ªa de la Huerta, donde se hab¨ªan detenido para almorzar, San Mart¨ªn llama a la DAC y recibe la consigna. Comunica a su jefe de Divisi¨®n que est¨¢n ocurriendo cosas grav¨ªsimas, sin explicarle nada sobre el plan. El general Juste decide el inmediato regreso.
Cerca de las cinco de la tarde, Juste y San Mart¨ªn llegan a la DAC. El general pide a los jefes all¨ª reunidos con Torres Rojas que pasen a su despacho. All¨ª, a instancias de San Mart¨ªn, Pardo Zancada explica pormenorizadamente el plan. Es el coronel quien, tras la exposici¨®n, encarga al Estado Mayor la distribuci¨®n de misiones, entre las que figuraban la ocupaci¨®n de RTVE, el Campo del Moro y el parque del Retiro.
Cuando los mandos de las unidades abandonan la reuni¨®n, San Mart¨ªn, junto al general Torres Rojas, permanece en el despacho del general Juste. All¨ª escucha la contraorden del general quien, tras hablar con el capit¨¢n general de Madrid y el palacio de La Zarzuela, decide el inmediato acuartelamiento de las tropas.
Producida ¨¦sta, aconseja al comandante Pardo Zancada, quien le ha comunicado su decisi¨®n de sumarse, por solidaridad, a los ocupantes del Congreso, que desista, haci¨¦ndole ver la gravedad de la situaci¨®n. A las tres y media de la ma?ana, el coronel recibe la orden de trasladarse a. capitan¨ªa general, por considerar que es la persona indicada para convencer al comandante Pardo para que abandone el Congreso, donde ha entrado con una unidad de la Polic¨ªa Militar. San Mart¨ªn se desplaza al palacio de la Carrera de San Jer¨®nimo, transmite las ¨®rdenes a Pardo, que ¨¦ste no cumple, y se retira a la DAC.
Los conspiradores contaban con la Divisi¨®n Acorazada para la toma de Madrid
MIGUEL MANCHADOConvencido por Tejero
El coronel Miguel Manchado Garc¨ªa aparece citado en el escrito de acusaciones del fiscal como antiguo amigo del teniente coronel Tejero. No se conocen, sin embargo, datos anteriores sobre posibles circunstancias de afinidades ideol¨®gicas entre ambos.
Para poder llevar a cabo su plan de ocupaci¨®n del Congreso, Tejero necesita disponer de las fuerzas suficientes. Por esa raz¨®n acude a su amigo Manchado, a la saz¨®n jefe del Parque de Automovilismo de la Guardia Civil situado en la calle Pr¨ªncipe de Vergara, de Madrid, a quien, en sucesivas visitas, y sin comunicarle expresamente los detalles del compl¨®, convence de que es preciso hacer algo para evitar que siguieran produci¨¦ndose atentados contra miembros del Ej¨¦rcito y las fuerzas de orden p¨²blico.
El 23 de febrero, por la ma?ana, el coronel Manchado recibe en su despacho la visita de Tejero, quien le pide seis conductores para recoger en Fuenlabrada los autobuses que previamente hab¨ªa adquirido para el traslado de las fuerzas al Congreso.
El mismo coronel explic¨®, pasadas las dos y media de la tarde de ese d¨ªa, las circunstancias del plan y sus objetivos al grupo de capitanes de la Guardia Civil que, previamente advertidos por Tejero, hab¨ªan manifestado dudas sobre el proyecto. Manchado invoc¨® el nombre del general Armada y explic¨® que en ese momento estar¨ªa comiendo con el Rey. Como consecuencia de esta conversaci¨®n, los capitanes resistentes decidieron seguir al teniente coronel Tejero.
A las cuatro de la tarde de ese d¨ªa, y ante el retraso en la llegada de los autobuses de Fuenlabrada, Tejero pidi¨® a Manchado que le facilitara cincuenta hombres y autobuses suficientes para cumplir la misi¨®n encomendada, a lo que el segundo accedi¨®, arengando, incluso, al personal de tropa que estaba formado para pasar revista de armas.
CAMILO MENENDEZ VIVES
Un golpista marginado
Capit¨¢n de nav¨ªo y conocido por sus tendencias ultraderechistas, Camilo Men¨¦ndez Vives cuenta en su haber con una copiosa historia de relaciones con hechos desestabilizadores, aunque siempre haya sido como observador o tercero solidarizado.
Descendiente de familia militar, es sobrino del que fuera ministro del Ej¨¦rcito durante el pasado r¨¦gimen, Camilo Men¨¦ndez Tolosa, entre 1964 y 1969. Sus concomitancias con grupos ultraderechistas se encuentran tambi¨¦n en su propia familia. Su hijo, secretario local de Fuerza Nueva en Guadalajara, tuvo que ser desalojado en agosto del pasado a?o, junto con un grupo ultra, del Ayuntamiento alcarre?o.
El capit¨¢n de nav¨ªo, a trav¨¦s de su hijo, emparent¨® en 1978 con el l¨ªder de Fuerza Nueva Blas Pi?ar. Camilo Men¨¦ndez hijo cas¨® con Esperanza Pi?ar, hija a su vez del presidente fuerzanovista.
Camilo Men¨¦ndez fue subdirector de la Escuela de Guerra Naval hasta ser expedientado y cesado como consecuencia de un incidente que protagoniz¨® ante el entonces vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Manuel Guti¨¦rrez Mellado, en el entierro de tres polic¨ªas asesinados por los GRAPO en Madrid el 28 de enero de 1977, cuando prorrumpi¨® en gritos y cantos mientras eran trasladados los f¨¦retros. En ese momento, el teniente general Guti¨¦rrez Mellado orden¨® que se hiciera silencio: "Todo el que lleve uniforme, firmes, y quien sepa y quiera, que rece", palabras ¨¦stas a las que replic¨® el capit¨¢n Camilo Men¨¦ndez.
Otros incidentes, siempre del mismo dogmatismo ultra, han llevado al marino a expedientes y arrestos disciplinarios, entre otras cosas por la habitual firma de art¨ªculos period¨ªsticos, b¨¢sicamente en El Alc¨¢zar.
Alrededor de la media noche del 23 de febrero, quien ya se solidariz¨® con Tejero durante el proceso sobre la llamada Operaci¨®n Galaxia, se person¨® en las inmediaciones de la Carrera de San Jer¨®nimo. Tras intentar sin ¨¦xito que la polic¨ªa de permitiese el acceso a la C¨¢mara, Camilo Men¨¦ndez se dirigi¨® al Hotel Palace para pedir autorizaci¨®n al director de la Guardia Civil, Aramburu Topete, para "dar un abrazo a Tejero", a lo que aquel no accedi¨® y le orden¨® que se fuera a su casa.
Poco tiempo despu¨¦s, y sin que se sepa claramente c¨®mo, el marino consigue entrar en el Congreso. Tejero, cuando le ve, le ordena tambi¨¦n que se vaya a su casa, a lo que no hace caso. Se entreg¨® a un contraalmirante de Marina, tras finalizar el asalto. El fiscal pide para ¨¦l cuatro a?os de prisi¨®n.
PEDRO MAS OLIVER
El contacto de Milans del Bosch
El teniente coronel de Infanter¨ªa Pedro Mas, ayudante de campo del entonces capit¨¢n general de Valencia, Milans del Bosch, es el nexo de uni¨®n de su superior con el resto de implicados en la intentona del 23-F. Ya en mayo y junio de 1980, Antonio Tejero Molina y Mas Oliver sostuvieron en Madrid, en un restaurante pr¨®ximo a la plaza de Roma, sendas entrevistas en las que el teniente coronel de Infanter¨ªa dec¨ªa hablar en nombre de su superior Milans de Bosch, y en las que se trat¨® la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola y la posibilidad de llegar a un acuerdo para realizar alguna acci¨®n concreta que pudiera solucionar la deteriorada situaci¨®n que entend¨ªan viv¨ªa Espa?a.
En el segundo de estos almuerzos, se encarg¨® al teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero que elaborase un proyecto de ocupaci¨®n del Congreso de los Diputados. A una de estas reuniones asisti¨® el ¨²nico paisano procesado hasta el momento, el ultraderechista Juan Garc¨ªa Carr¨¦s.
El diez de enero del pasado a?o se celebr¨® un almuerzo en la capitan¨ªa general de Valencia entre Milans, Mas, Armada Comyri y el coronel Diego Ib¨¢nez, segundo jefe del EM de la III Regi¨®n, con sus respectivas esposas. En la reuni¨®n se decide que es necesario realizar una acci¨®n concreta que pueda acabar con los problemas a que se enfrenta el pa¨ªs, cuya concrecci¨®n se emplaza a una reuni¨®n en Madrid el d¨ªa 18 de enero.
Efectivamente, el d¨ªa previsto se re¨²nen en Madrid, en un piso de la calle General Cabrera, propiedad del teniente coronel Mas, Milans, el general Torres Rojas, los tenientes coroneles Mas y Tejero y el paisano Juan Garc¨ªa Carr¨¦s.
El d¨ªa 22, Armada se pone en contacto con Milans para comunicarle que la acci¨®n est¨¢ prevista para el d¨ªa siguiente, por lo que el capit¨¢n general de Valencia encarga al teniente coronel Mas que llame al comandante de la Divisi¨®n Acorazada, Ricardo Pardo Zancada, para que se desplace a la capital del Turia.
JOSE LUIS CORTINA
Un hombre clave en los servicios secretos
Jos¨¦ Luis Cortina Prieto, comandante de Infanter¨ªa, de 43 a?os, fue procesado tres meses despu¨¦s de producirse el asalto al Congreso. Semanas antes hab¨ªa sido destituido como jefe de la Agrupaci¨®n Operativa de Misiones Especiales del Centro Superior de la Informaci¨®n de la Defensa (CESID), que controla los servicios de la inteligencia espa?ola, destino en el que continu¨® despu¨¦s de que se llevara a cabo el intento golpista.
En la persona del comandante Cortina se dan circunstancias muy contradictorias. En 1975 acept¨® la defensa de uno de los militares procesados por pertenecer a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica, el capit¨¢n Antonio Garc¨ªa M¨¢rquez, aunque meses m¨¢s tarde renunci¨® a esta defensa.
Perteneciente a la promoci¨®n del re y Juan Carlos, este comandante salta a la opini¨®n p¨²blica como involucrado en la intentona golpista a finales de abril, cuando trasciende la noticia de su destituci¨®n del CESID. Posteriormente se supo que Tejero y Cortina mantuvieron un encuentro en Madrid, previo al asalto al Congreso, en ¨¦ste comunic¨® al jefe de los rebeldes que conoc¨ªa la operaci¨®n. Tejero es informado por Cortina, seg¨²n las declaraciones del primero al juez, de que "el mando es bic¨¦falo", pero la cabeza del ¨¢guila del general Armada es mayor que la de Milans del Bosch, que el Rey conoce la operaci¨®n y que "los socialistas no iban a dar la menor guerra". Milans del Bosch comunic¨® despu¨¦s a Tejero que Cortina era de confianza.
El encuentro Tejero-Cortina se celebr¨® a instancias del capit¨¢n de la Guardia civil Vicente G¨®mez Iglesias, destinado en el CESID. Cortina fue quien comunic¨® a Tejero que a las dos horas del asalto al Congreso llegar¨ªa la autoridad militar, lo que llevaba consigio el relevo de los ocupantes.
"El fin fundamental de esa entrevista", indica el relato del fiscal sobre el encuentro Tejero-Cortina, "fue el comunicarle al teniente coronel Tejero que deb¨ªa ponerse en contacto con el general Armada Comyn y que se le facilitar¨ªan los medios de comunicaci¨®n que precisara el CESID a trav¨¦s del capit¨¢n G¨®mez Iglesias".
El comandante Cortina, para quien el fiscal pide 12 a?os de reclusi¨®n, fue en las postrimer¨ªas del franquismo uno de los m¨¢s activos colaboradores -junto con su hermano Antonio- del actual presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga, en la sociedad pol¨ªtica Godsa. Este comandante estuvo trabajando en los servicios de informaci¨®n de Presidencia del Gobierno, en la ¨¦poca del almirante Carrero Blanco, cuando estaban dirigidos por el hoy coronel Jos¨¦ Ignacio San Mart¨ªn, tambi¨¦n procesado por el 23-F.
RICARDO PARDO ZANCADA
Hombre clave en la Divisi¨®n Acorazada
El comandante Pardo Zancada es periodista. En calidad de tal ejerci¨® la jefatura de redacci¨®n de la revista de pensamiento militar Reconquista. A ¨¦l y al subdirector de la publicaci¨®n, el tambi¨¦n comandante Eduardo Fuentes G¨®mez de Salazar, se ha atribuido en ocasiones su pertenencia al colectivo Almendros, firma bajo la que se publicaron art¨ªculos de matiz golpista en el diario El Alc¨¢zar.
A Pardo Zancada se le considera el hombre puente entre los golpistas del 23-F y una de las piezas clave en la intentona del pasado a?o: la Divisi¨®n Acorazada Brunete n¨²mero 1. Muchos son los observadores que entienden que la inviabilidad del golpe se hizo evidente cuando la divisi¨®n no lleg¨® a Madrid y, por tanto, quedaron sin control los puntos estrat¨¦gicos de la capital.
En las primeras horas del 23-F, el comandante Pardo asiste a la reuni¨®n de jefes y oficiales convocada por el general Torres en el acuartelamiento de El Pardo, en la que inform¨® de la entrevista que mantuvo el d¨ªa anterior con Milans del Bosch en Valencia, en el transcurso de la cual el capit¨¢n general de Valencia le comunic¨® que el 23 de febrero se producir¨ªa un hecho de extraordinaria gravedad en Madrid. A continuaci¨®n, Pardo Zancada afirm¨® que todas las actuaciones que fueran necesarias estaban preparadas con la conformidad del Rey.
Alrededor de la una y media de la madrugada del d¨ªa del golpe, 113 miembros de la Polic¨ªa Militar de la Divisi¨®n Acorazada entran en el Congreso. Pardo lleva a sus ¨®rdenes al capit¨¢n Alvarez-Arenas, jefe de la Compa?¨ªa de Polic¨ªa Militar, y a los capitanes Jos¨¦ Pascual G¨¢lvez, jefe de la Compa?¨ªa del Cuartel General, Francisco Javier Dusmet, agregado al cuartel general, y Jos¨¦ Cid Fortea, capit¨¢n cajero de la mayor¨ªa centralizada del n¨²cleo de tropas divisionario.
El capit¨¢n Abad conduce, siempre seg¨²n la versi¨®n del fiscal, a Pardo Zancada ante Tejero, a cuyas ¨®rdenes se pone. El mismo Pardo declar¨® que "entr¨¦ en el Congreso para que Tejero no se sintiera s¨®lo ni traicionado".
El general Aramburu Topete, al tener conocimiento de que la Polic¨ªa Militar se ha unido a los golpistas, env¨ªa a su ayudante al Congreso, que habla con Pardo. El comandante de la Acorazada manifiesta que solamente sigue las ¨®rdenes de Milans; momentos despu¨¦s, Tejero ordena la salida del recinto parlamentario del enviado de Aramburu. El fiscal solicita para ¨¦l la pena de quince a?os de reclusi¨®n.
JUAN GARCIA CARRES
El ¨²nico paisano procesado
Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, el ¨²nico paisano procesado por la intentona golpista, es heredero del sindicato vertical del r¨¦gimen anterior. Su actividad en la pol¨ªtica viene precisamente de los cargos que ocup¨® en la organizaci¨®n sindical, y, m¨¢s directamente del padrinazgo de Jos¨¦ Antonio Gir¨®n de Velasco. Es conocido por sus ideas ultraderechistas y fue uno de los llamados a declarar, junto a otros testigos del mismo signo ideol¨®gico, a ra¨ªz del asesinato de cinco abogados laboralistas en un despacho de la madrile?a calle de Atocha.
Garc¨ªa Carr¨¦s, a prop¨®sito de la llamada Operaci¨®n Galaxia y de uno de sus art¨ªfices, el teniente coronel T¨¦jero Molina, escribi¨® un art¨ªculo en el diario en que suele colaborar, El Alc¨¢zar, en el que se refer¨ªa al sublevado Tejero como "un soldado con honor y un hombre fiel a sus pensamientos".
Un ex secretario de Garc¨ªa Carr¨¦s, Arturo de Gregorio, fue al parecer el encargado de comprar los autocares que habr¨ªan de llevar a las tropas que asaltaron el Congreso el 23 de febrero. Asimismo, Garc¨ªa Carr¨¦s es el presunto me-
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diador para la publicaci¨®n en El Alc¨¢zar del manifiesto que redact¨® el teniente coronel Tejero para justificar el golpe. Estuvo presente al menos en una de las reuniones que mantuvieron en Madrid, a mediados de 1980, los tenientes coroneles Tejero Molina y Pedro Mas, ayudante de Milans en las que se decidi¨® encargar a Tejero la elaboraci¨®n de un plan para la toma del Congreso de los Diputados.
Garc¨ªa Carres permanece desde hace varias semanas internado en una cl¨ªnica privada madrile?a. En ella contrajo matrimonio el pasado domingo con la viuda de un militar.
VICENTE GOMEZ IGLESIAS
Otro hombre del CESID El capit¨¢n de la Guardia Civil Vicente G¨®mez Iglesias, adscrito a la Unidad Operativa de Misiones Especiales del CESID, actu¨® de mediador entre el comandante de Infanter¨ªa Jos¨¦ Luis Cortina y el teniente coronel Tejero para la entrevista mantenida en la madrugada del d¨ªa 21 de febrero entre estos dos ¨²ltimos.
A la reuni¨®n lleg¨® el capit¨¢n G¨®mez Iglesias con el comandante Cortina, destinado en la misma unidad del CESID. La reuni¨®n estuvo motivada porque el capit¨¢n G¨®mez Iglesias le hab¨ªa dicho al teniente coronel Tejero que para obtener material de veh¨ªculos y radiotel¨¦fonos del CESID hablara con el comandante Cortina.
El capit¨¢n G¨®mez Iglesias, en la fecha del 23 de febrero, coordin¨® la marcha de la tropa mandada por el capit¨¢n Mu?ecas desde un veh¨ªculo Seat 124 que pertenec¨ªa al CESID y que estaba dotado de un radiotel¨¦fono que utilizaba frecuencia distinta a la usual.
CARLOS ALVAREZ-ARENAS
Tres a?os y medio en la polic¨ªa militar
El capit¨¢n de Infanter¨ªa Carlos Alvarez-Arenas, hijo del general de divisi¨®n Jos¨¦ Alvarez-Arenas y sobrino del que fue ministro del Ej¨¦rcito, F¨¦lix Alvarez-Arenas, naci¨® en Madrid el 25 de noviembre de 1952. A los diecisiete a?os ingres¨® en la Academia General Militar de Zaragoza. Teniente en julio de 1974, fue destinado al CIR n¨²mero 1 (Colmenar Viejo, Madrid). En noviembre de ese mismo a?o realiz¨® un mes de pr¨¢cticas en el S¨¢hara.
En 1975 es destinado a la COES 61 de Burgos, y, en septiembre, obtiene en Jaca el diploma de operaciones especiales y de paracaidista. En agosto de 1977 asciende a capit¨¢n y es destinado a la Compa?¨ªa de Polic¨ªa Militar n¨²mero 1, perteneciente a la Divisi¨®n Acorazada Brunete; en este destino se encontraba el 23 de febrero de 1981.
Seg¨²n las conclusiones del fiscal, despu¨¦s de dada la orden de acuartelamiento en la Divisi¨®n Acorazada Brunete, alrededor de las 20.30 horas del 23 de febrero, el capit¨¢n Carlos Alvarez-Arenas se adhiri¨® a la actitud del comandante Pardo Zancada de acudir al Congreso de los Diputados como muestra de solidaridad con los guardias civiles asaltantes. As¨ª, a la 1.35 horas del d¨ªa 24 lleg¨® al Congreso bajo el mando del comandante Pardo Zancada, atraves¨® los cordones de seguridad formados por la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil, form¨® en la Carrera de San Jer¨®nimo y pas¨® al edificio nuevo del Congreso, donde permaneci¨® hasta el final de los acontecimientos.
Al tener conocimiento el general Aramburu Topete que las fuerzas de la Divisi¨®n Acorazada estaban dentro del edificio del Congreso, se dirigi¨® hacia all¨ª, encontr¨¢ndose con el capit¨¢n Alvarez-Arenas, al que orden¨® que depusiera su actitud, contest¨¢ndole ¨¦ste que ¨²nicamente obedec¨ªa al comandante Pardo Zancada.
Al igual que el resto de los mandos de la Divisi¨®n Acorazada que hab¨ªan penetrado en el Congreso, el capit¨¢n Alvarez-Arenas no acept¨® las instrucciones de retirarse del mismo, que hab¨ªan sido entregadas al comandante Pardo por el coronel San Mart¨ªn. El fiscal pide para ¨¦l la pena de siete a?os de prisi¨®n.
FRANCISCO DUSMET
El portador del manifiesto
Francisco Dusmet Garc¨ªa-Figueras, capit¨¢n de Infanter¨ªa, agregado al cuartel general de la Divisi¨®n Acorazada Brunete n¨²mero 1, para quien el fiscal pide la pena de seis a?os de prisi¨®n, lleg¨® a las 13.35 horas del d¨ªa 24 al Congreso bajo el mando del comandante Pardo Zancada. Permaneci¨® en el interior del Congreso hasta que momentos antes de las cuatro de la madrugada se dirigi¨® a la sede la emisora La Voz de Madrid. Cuando fue consultado por Pardo Zancada sobre la posibilidad de rendirse, el capit¨¢n Dusmet se pronunci¨® en contra.
Sobre las cuatro de la madrugada, el capit¨¢n Dusmet Garc¨ªa-Figuera, con un suboficial y dos soldados, se presentan en La Voz de Madrid, procedentes del Congreso y por orden del comandante Pardo Zancada. Su misi¨®n es la de llevar el manifiesto redactado por el teniente coronel Tejero y el comandante Pardo, en el que se quiere justificar la ocupaci¨®n del Congreso. El capit¨¢n Dusmet entreg¨® el manifiesto al capit¨¢n Batista Gonz¨¢lez, que ya se encontraba en la emisora, y ¨¦ste al jefe de programas de la misma. El manifiesto lleg¨® al conocimiento del director de la Seguridad del Estado, La¨ªna, quien prohibi¨® su transmisi¨®n. Sobre las 4.30 horas los ocupantes se retiraron de la emisora.
En una carta dirigida al director del diario EL PAIS y publicada el 4 de octubre de 1981, el capit¨¢n Dusmet retaba al director a acudir al acuartelamiento. "Le demostrar¨¦, se?or Cebri¨¢n, su error; le demostrar¨¦ que el cobarde es usted", a?ad¨ªa el capit¨¢n.
JOSE CID
Solidaridad con los asaltantes
El capit¨¢n de Intendencia Jos¨¦ Cid Fortea, capit¨¢n cajero de la Mayor¨ªa Centralizada del N¨²cleo de Tropas Divisionario, de la Divisi¨®n Acorazada Brunete, despu¨¦s de dada la orden de acuartelamiento, se adhiri¨® a la actitud del comandante Pardo Zancada de sumarse a los ocupantes del Congreso, como muestra de solidaridad con los guardias civiles.
A la 1.35 horas del d¨ªa 24, lleg¨® al Congreso el capit¨¢n Cid Fortea con el resto de la tropa de la Divisi¨®n Acorazada , que mandaba el comandante Pardo. Sobre las 3.30 horas, el capit¨¢n Cid Fortea rechaz¨® las instrucciones de abandono del Congreso que le hizo llegar el comandante Pardo Zancada, a quien le hab¨ªan sido entregadas, escritas y firmadas, por el coronel San Mart¨ªn. El fiscal pide para ¨¦l la pena de cinco a?os de presi¨®n.
JESUS MU?ECAS
Relevado del mando en Tolosa
El capit¨¢n de la Guardia Civil Jes¨²s Mu?ecas Aguilar es un gran amigo del teniente coronel Tejero. Con ocasi¨®n de la detecci¨®n de la operaci¨®n Galaxia y de la detenci¨®n de Tejero se pidi¨® la opini¨®n al capit¨¢n Mu?ecas sobre los citados hechos, y ¨¦ste se neg¨® a hacer declaraciones. Este capit¨¢n fue relevado del mando en Tolosa tras las lesiones producidas a Amparo Abengoa, que le produjeron m¨²ltiples magulladuras en los gl¨²teos, despu¨¦s de un interrogatorio.
El capit¨¢n Jes¨²s Mu?ecas, del escuadr¨®n de la Primera Comandancia M¨®vil de Valdemoro en la fecha del 23 de febrero, conoc¨ªa la operaci¨®n que proyectaba el teniente coronel Tejero de ocupaci¨®n del Congreso, seg¨²n las conclusiones definitivas del fiscal. El teniente coronel Tejero llam¨® al capit¨¢n Mu?ecas a las cinco de la tarde del d¨ªa 23, comunic¨¢ndole que ten¨ªa problemas en las Cortes y que, con el personal de que pudiera disponer, se dirigiera al Congreso de los Diputados. Previamente, para dicha finalidad, el capit¨¢n Mu?ecas hab¨ªa hecho una relaci¨®n de los pertenecientes al escuadr¨®n de la Primera Comandancia M¨®vil para que estuvieran preparados alas cuatro de la tarde, con el pretexto de ir a la instrucci¨®n. Prepar¨® a tal efecto un autob¨²s y un n¨²mero aproximado de veinticuatro hombres, y avis¨® a los tenientes, tambi¨¦n procesados, C¨¦sar Alvarez Fern¨¢ndez, Vicente Carridondo y Jes¨²s Alonso Hernaiz.
Al llegar al paseo de las Delicias, el capit¨¢n Mu?ecas mand¨® parar el autob¨²s y, dirigi¨¦ndose a todos los ocupantes del mismo, dijo que ten¨ªan orden de entrar en el Congreso a proteger al Rey y evitar que se repitiera lo del Parlamento vasco. Veinte minutos m¨¢s tarde reanudaron la marcha hacia el Congreso, siendo precedidos por un veh¨ªculo Seat 124, al que esperaban, desde el que coordinaba la marcha el capit¨¢n G¨®mez Iglesias.
El capit¨¢n Mu?ecas, despu¨¦s de ocupado el palacio del Congreso, se dirigi¨® a los diputados para anunciarles que "dentro de poco, cuesti¨®n de veinte minutos o media hora, llegar¨ªa la autoridad competente; por supuesto, militar".
El capit¨¢n Mu?ecas, para quien el fiscal pide la pena de ocho a?os de prisi¨®n, abandon¨® el Congreso de los Diputados con todos los dem¨¢s ocupantes, una vez aceptadas las condiciones de entrega.
JOSE PASCUAL
Desobedeci¨® las ¨®rdenes de acuartelamiento
Jos¨¦ Pascual G¨¢lvez, capit¨¢n de Infanter¨ªa, jefe de la compa?¨ªa del cuartel general de la Divisi¨®n Acorazada Brunete, fue uno de los mandos de la Divisi¨®n que, desobedeciendo las ¨®rdenes de acuartelamiento, se sum¨® a la ocupaci¨®n del Congreso de los Diputados, como muestra de solidaridad, a donde lleg¨® a la 1.35 horas del d¨ªa 24, permaneciendo en el mismo hasta el final de los acontecimientos.
Seg¨²n el relato de los hechos, el capit¨¢n Jos¨¦ Pascual G¨¢lvez, sobre las 3.30 horas, rechaz¨® la posibilidad de abandonar el Congreso, seg¨²n unas instrucciones trasladadas por el coronel San Mart¨ªn al comandante Pardo Zancada, instrucciones que posteriormente le fueron entregadas escritas y firmadas en presencia del teniente coronel Bonelli.
JUAN BATISTA
Conocido en los medios de comunicaci¨®n
El capit¨¢n de Artiller¨ªa Juan Batista Gonz¨¢lez es un hombre muy conocido en los medios de comunicaci¨®n, ya que estuvo destinado durante alg¨²n tiempo en la Oficina de Difusi¨®n, Informaci¨®n y Relaciones P¨²blicas del Ministerio de Defensa, concretamente en la etapa en que este departamento fue dirigido por el general Andr¨¦s Gonz¨¢lez de Suso, asesinado en Madrid por la organizaci¨®n terrorista GRAPO, en mayo del pasado a?o.
El citado capit¨¢n sol¨ªa escribir con frecuencia sobre temas t¨¦cnicos, concretamente monograf¨ªas y trabajos de tipo profesional.
Seg¨²n el relato del fiscal, quien solicita para el capit¨¢n Batista la pena de seis a?os de prisi¨®n, entre las 19.00 y las 19.30 horas del d¨ªa 23 de febrero, el procesado capit¨¢n del estado mayor de la Divisi¨®n Acorazada sali¨® con veinte soldados armados para ocupar la emisora La Voz de Madrid, misi¨®n que se le asign¨® en la reuni¨®n celebrada en el cuartel general de la DAC, en raz¨®n a la amistad que dijo tener con el jefe de programas de esa emisora. All¨ª permaneci¨® unos veinte minutos, regresando a la Divisi¨®n como consecuencia de la orden de acuartelamiento dada a las unidades. Posteriormente, y siempre seg¨²n el relate, del fiscal, pidi¨® permiso para volver a la emisora, donde se present¨® sobre las 0.45 horas, con siete soldados armados del cuartel general, procediendo a su ocupaci¨®n y concentrando en la habitaci¨®n de control, donde eran vigilados, a los siete empleados de la emisora, transmitiendo al capit¨¢n Tamarit desde la misma, por tel¨¦fono, las noticias que a dicha emisora llegaban.
M¨¢s tarde, sobre las cuatro de la madrugada, el capit¨¢n Batista recibi¨® de manos del capit¨¢n Dusmet el manifiesto escrito por el. teniente coronel Tejero y el comandante Pardo, y lo entreg¨® al jefe de programas de la emisora. Al tener conocimiento del mismo el director general de la Seguridad del Estado, Francisco La¨ªna, prohibi¨® su difusi¨®n. A las 4.30 horas, el capit¨¢n Juan Batista regres¨® a la Divisi¨®n Acorazada.
JOSE LUIS ABAD
Dudas
En la madrugada del 23 de febrero, el teniente coronel Tejero avis¨® al capit¨¢n de la Guardia Civil Jos¨¦ Luis Abad Guti¨¦rrez, jefe del Subsector de Tr¨¢fico de la Guardia Civil de Madrid. El capit¨¢n Abad, enterado del contenido de la operaci¨®n que se preparaba, le dijo que estaba pr¨¢cticamente sin dormir desde el d¨ªa 20 a causa del accidente de tr¨¢fico en el que hab¨ªa muerto uno de sus hombres y que se encontraba totalmente agotado. El d¨ªa 23 por la ma?ana se decidi¨® a apoyar los prop¨®sitos del teniente coronel; convoc¨® por radiotel¨¦fono a sus oficiales, y les expuso, en primera instancia, el plan trazado por Tejero. Explic¨® m¨¢s tarde -siempre seg¨²n el relato de conclusiones definitivas del fiscal- sus dudas ante el retraso de la llegada de los autobuses particulares y, ya dentro del Congreso, fue quien en compa?¨ªa de Tejero se dirigi¨® a la centralita para hablar con Milans y franque¨® el paso al general Armada cuando ¨¦ste le dio la consigna Duque de Ahumada.
El capit¨¢n Abad, para quien el fiscal pide una pena de ocho a?os de prisi¨®n, abandon¨® el Congreso en compa?¨ªa del teniente coronel Tejero, en el coche que cerraba el convoy.
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