Fraga quiere profesionalizar a los ¨¢rbitros
Don Manuel Fraga est¨¢ a punto de parafrasearse a s¨ª mismo. Le falta el canto de un duro para decir. "El deporte es m¨ªo". En el congreso que acaba de celebrar Alianza Popular ha habido una ponencia que ha pedido la creaci¨®n de un nuevo ministerio, y al tiempo ha ahogado por la profesionalizaci¨®n de todos los cargos t¨¦cnicos de las federaciones -ya lo est¨¢n- y los ¨¢rbitros. La buena voluntad no basta para arreglar el deporte. Profesionalizar a los ¨¢rbitros de f¨²tbol con un salario de s¨®lo 50.000 pesetas al mes supondr¨ªa 4.900 millones de pesetas anuales.
El deporte es, pol¨ªticamente, muy apetecible. No es extra?o que Alianza Popular trate de capitalizar votos en un sector que, tradicionalmente, se ha movido en unos entrebastidores conservadores. Manuel Fraga tiene la ventaja de poseer los votos de muchos de los presidentes futbol¨ªsticos de primera y segunda divisi¨®n. Seg¨²n afirma Antonio Garrigues, Alfonso Cabeza, presidente del Atl¨¦tico de Madrid, ha ingresado en los clubes liberales, pero desde Pablo Porta, que se confiesa admirador de Margaret Thatcher, hasta Luis de Carlos no hay m¨¢s pecadillo centrista que el de Jos¨¦ Luis N¨²hez, que le prest¨® gratis a Adolfo Su¨¢rez unos locales, para el partido, en Barcelona. El rojer¨ªo futbol¨ªstico no tiene m¨¢s efectivos que Antonio Fern¨¢ndez, vicepresidente del Carabanchel, y algunos miembros de la Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles, pero ya se sabe que ¨¦stos no mandan.Alianza Popular quiere un ministerio para la familia, la juventud y el deporte. El deporte en Espa?a no tiene mejor adecuaci¨®n que el Ministerio de Educaci¨®n. Durante a?os, la actividad deportiva ha ido de Herodes a Pilatos, y la consecuencia ha sido nefasta. El deporte tiene dos facetas importantes que distinguir. La profesional, que es la que siempre se ira, no debe ser la tarea fundamental de cualquier planificaci¨®n. El deporte desde su estrato b¨¢sico, la educaci¨®n f¨ªsica, no puede estar al margen del Ministerio de Educaci¨®n. Es la ¨²nica f¨®rmula v¨¢lida para que los muchos millones que ahora maneja el Consejo Superior de Deportes puedan dirigirse a instalaciones.
Para que la educaci¨®n f¨ªsica sea obligatoria en la ense?anza media es necesario dotar a los centros de medios y profesores. La pretendida coordinaci¨®n entre Educaci¨®n y el Consejo de Deportes, hasta la fecha, ha sido un rotundo fracaso. Educaci¨®n no detrae de sus presupuestos, para la educaci¨®n f¨ªsica, el dinero necesario, y el Consejo tiene demasiados compromisos a los que atender. En pocos a?os nos hemos quedado hasta sin los juegos escolares.
La propuesta aliancista de profesionalizar hasta el m¨¢ximo posible el deporte tiene algunas contradicciones. De entrada, los cargos t¨¦cnicos federativos est¨¢n profesionalizados desde hace mucho tiempo. Convertir a los ¨¢rbitros en unos asalariados m¨¢s tiene m¨²ltiples problemas. La independencia de los ¨¢rbitros no se logra con un sueldo mensual. Entre otras razones porque percibir¨ªan menos dinero que ahora, a no ser que se convirtieran en pluriempleados. Los ¨¢rbitros no pueden ser aut¨¦nticos profesionales, porque no hay dinero para ello. En el f¨²tbol hay siete mil colegiados. Un sueldo m¨ªnimo de 50.000 pesetas mensuales, m¨¢s dos pagas extras, supondr¨ªa un presupuesto de 4.900 millones de pesetas. Ese dinero no pueden aportarlo la Federaci¨®n y los clubes. Asalariar s¨®lo a los de Primera ser¨ªa un agravio comparativo para los de Segunda y para los de tercera, que act¨²an de jueces de l¨ªnea. Laboralmente resultar¨ªa muy complicado implantar un sistema de ascensos y descensos. Tendr¨ªamos un pleito en Magistratura cada vez que un ¨¢rbitro, por sus malas actuaciones, perdiera la categor¨ªa. Ni siquiera un buen sueldo podr¨ªa hacer menos vulnerables a los ¨¢rbitros de Primera. En Tercera Divisi¨®n, las recaudaciones, en ocasiones, no alcanzan para pagar a los ¨¢rbitros. Con la profesionalizaci¨®n habr¨ªa que cerrar las puertas de los campos para siempre.
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