La Caja Postal trata de convertirse en un gran 'banco' nacional
La Caja Postal, und¨¦cima instituci¨®n financiera espa?ola y tercera entre las cajas de ahorros en dep¨®sitos (unos 250.000 millones de pesetas), proyecta convertirse en una gran entidad de cr¨¦dito y ahorro. Con alg¨²n ¨¦xito parcial, cajas y bancos privados han intentado frenar la competencia de esta primera y ¨²nica organizaci¨®n totalmente estatal, pues la banca oficial no capta dinero del p¨²blico y el Exterior de Espa?a, con participaci¨®n mayoritaria del Estado, funciona como privado. La oposici¨®n puede endurecerse ahora que est¨¢ a punto de ser aprobado su plan quinquenal de expansi¨®n, cuyo objetivo prioritario es realizar casi todos los servicios bancarios en sus 1.628 oficinas y abrir otro centenar cada a?o.
Las 1.628 oficinas sit¨²an a la Caja Postal en un plano similar al de los primeros bancos. Las cajas que la preceden (Caixa catalana y Caja de Madrid) no llegan a la mitad; tienen, adem¨¢s, limitada su capacidad de expansi¨®n fuera de la regi¨®n a media docena de sucursales. Asimismo, aunque en la pasada d¨¦cada duplicaron con mucho su expansi¨®n, s¨®lo dos o tres bancos superan dicho n¨²mero, pero la rentabilidad de las inversiones no les deja estar presente en muchos n¨²cleos rurales donde act¨²a la Caja.En efecto, junto a sus 246 oficinas propias, donde dice realizar casi las tres cuartas partes de sus operaciones, la Postal utiliza 1.382 puestos de Correos y Tel¨¦grafos, servida en la mayor¨ªa de los casos por un funcionario a tiempo parcial.
Plan para cinco o seis a?os
El plan para cinco o seis a?os debe ser sometido al consejo de administraci¨®n, cuya reestructuraci¨®n est¨¢ siendo ultimada en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y que institucionalizar¨¢ la presencia de Hacienda, Econom¨ªa y el representante sindical (ahora s¨®lo lo est¨¢ la del Banco de Espa?a y director general de Correos, que act¨²a de presidente).Se centra fundamentalmente en realizar todo tipo servicios en las 246 sucursales y hacer operativas para cuentas corrientes, domiciliaci¨®n de recibos, transferencias, etc¨¦tera, a los citados puestos de Correos. Uno de los primeros pasos est¨¢ ya en ciernes: dentro de varias semanas aparecer¨¢ el concurso p¨²blico para adquirir 456 terminales de ordenador, que muy probablemente se repartan IBM y UNIVAC, suministradoras de los actuales equipos. A partir del verano, ya podr¨ªa iniciarse la extensi¨®n de domiciliaciones y otros apuntes que necesitan soporte inform¨¢tico.
Otro de los objetivos del plan es captar como clientes determinados colectivos, sobre todo funcionarios y peque?as empresas (ha empezado a dar cr¨¦ditos a todas las sociedades de garant¨ªas rec¨ªprocas). A cambio de la domiciliaci¨®n de n¨®minas, se ofrecen productos en competencia con alguno de los grandes bancos, como el seguro de accidentes. Y han empezado a funcionar paulatinamente los servicios de extranjero y descuento de papel comercial. No ha sido ajena la Caja a las ¨²ltimas innovaciones del mercado: tiene unos 6.000 millones de pesetas de riesgo en pr¨¦stamos sindicados en pesetas o divisas, y ya concede cr¨¦ditos a inter¨¦s variable.
Para financiar su expansi¨®n, los responsables de la entidad han dado un paso discreto pero decisivo. El pasado 14 de enero, apareci¨® en el Bolet¨ªn Oficial del Estado un real decreto que la equipara a las cajas de ahorros a efectos de reparto de beneficios. Desde ahora, no tendr¨¢ que pasar al Tesoro mas que la mitad que sus excedentes (hace el papel de la obra ben¨¦fico social de las cajas); el resto ir¨¢ a un fondo de reserva que financie inversiones reales, dotado hasta ahora con s¨®lo un 25%.
En t¨¦rminos de 1981, supone una inyecci¨®n adicional de 1.000 millones de pesetas, pues los beneficios han superado los 4.000, a pesar de que el inicio de un plan contra impagados y morosos (de 7.500 millones han bajado a 4.500) se ha complementado con el saneamiento casi total de cartera. Ello ha requerido 1.500 millones (el 1,7% de los riesgos, frente al 1,5% recomendado por el Banco de Espa?a).
Los beneficios, que se movieron los cinco a?os anteriores entre 2.000 y 3.201 millones, podr¨ªan haber sido mayores; esto se explica en que la liberalizaci¨®n del sistema financiero favorece el sustituir activos inversores de baja rentabilidad por otros de media o alta, lo que tendr¨¢ su mayor impacto dentro de dos o tres a?os.
Agravios comparativos
La rentabilidad media del activo subi¨® en 1981 para la Postal casi 2 puntos (hasta el 9,25). Por el contrario, el coste de los dep¨®sitos o pasivo creci¨® s¨®lo un punto (hasta el 7,54%). En ambos casos hay un cierto margen a favor de la entidad con respecto a las cajas de ahorros (los promedios de los bancos son superiores), tanto en incremento anual como en el porcentaje resultante. La explicaci¨®n est¨¢ en unos costes de intermediaci¨®n m¨¢s bajos.De aqu¨ª provienen los agravios comparativos que alegan bancos y cajas para oponerse o ver con recelos los planes de la Postal. A unos les molesta sobre todo una competencia con garant¨ªa del Estado, no obligada a repartir beneficios y que utiliza infraestructura de un servicio p¨²blico deficitario. A las cajas, adem¨¢s, su presencia en toda Espa?a.
La respuesta de la Postal es que todo el apoyo rec¨ªproco con Correos se apunta en una cuenta de contraprestaci¨®n de servicios (el personal se valora en horas de trabajo), controlada por la Intervenci¨®n General del Estado y el Tribunal de Cuentas y cuyo saldo le cuesta anualmente unos 100 millones de pesetas. Pero esto no satisface a la competencia, que hace un a?o ya consigui¨® hacer bajar en varios puntos los muy competitivos tipos de inter¨¦s con que remuneraba la Caja los certificados de dep¨®sito, partida de pasivo duplicada el a?o pasado, hasta alcanzar los 16.000 millones (tiene 25.000 millones en cuentas corrientes, 105.000 en cuentas de ahorro, 73.000 en imposiciones y 41.000 millones en cuentas de organismos).
Fuentes de la Postal informaron ayer que desde entonces no han sufrido presiones de ning¨²n tipo. En la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada y en la Confederaci¨®n de Cajas de Ahorros tampoco ha podido confirmarse nada en contrario. En cambio, s¨ª hay conciencia de tales obst¨¢culos en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que debe decidir sobre la pr¨®xima reestructuraci¨®n del consejo de administraci¨®n; tambi¨¦n puede llegar la voz de las otras entidades por el Banco de Espa?a y el Ministerio de Econom¨ªa.
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