La Conferencia de Madrid, nuevamente bloqueada

El enfrentamiento Este-Oeste provoc¨® ayer el total estancamiento de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE), al no haber consenso sobre el programa de la pr¨®xima semana. El hecho se produjo en el primer aniversario de la fecha (5 de marzo de 1981) que se fij¨® inicialmente la finalizaci¨®n de la Conferencia.La sesi¨®n plenaria continu¨® durante toda la tarde de ayer y era previsible que se recurriese a la argucia diplom¨¢tica de "parar los relojes a medianoche", con el prop¨®sito de mantener la reuni¨®n oficialmente dentro del d¨ªa 5 de marzo.

La delegaci¨®n austriaca calific¨® la situaci¨®n de "absurda" y record¨® el espect¨¢culo del pasado 9 de febrero, cuando se impidi¨® el uso de la palabra a varios ministros de Asuntos Exteriores occidentales por motivos de reglamento interno de la Conferencia. Aquella vez el presidente de la reuni¨®n era polaco y ayer presid¨ªa un checoslovaco.

La ruptura del consenso que se manten¨ªa en estas ¨²ltimas semanas sobre el plan de trabajo propuesto siempre por Suiza, estuvo provocada por el deseo de los pa¨ªses occidentales -entre ellos Espa?a- de convertir todas las reuniones de la CSCE, en sesiones plenarias, en tanto los sovi¨¦ticos y sus aliados son partidarios de mantener los programas como hasta ahora, reuniones de jefes de delegaci¨®n, grupo de redacci¨®n y dos plenarios semanales.

Este conflicto es la desembocadura l¨®gica de las posiciones irreconciliables entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, secundados por sus respectivos aliados, acerca de si la CSCE debe interrumpir sus trabajos por motivo de la situaci¨®n creada en Polonia o dejar al margen el caso polaco y negociar sobre la base del documento redactado por los pa¨ªses neutrales.

Ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo sobre un aplazamiento, por la negativa de los sovi¨¦ticos, los pa¨ªses occidentales han explicado que no negociar¨¢n una sola palabra y utilizar¨¢n los plenarios para criticar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica lo que consideren oportuno.

La situaci¨®n creada ayer en la CSCE demuestra el di¨¢logo de sordos imperante, pero tambi¨¦n la voluntad de todas las partes de no romper definitivamente la conferencia de Madrid. As¨ª, en medio de los m¨¢s feroces reproches, nadie se refiere a la necesidad de cerrar el proceso de Helsinki.

A pesar de la falta de entendimiento, la eventualidad de un aplazamiento de la Conferencia parece cada d¨ªa m¨¢s lejana, ante la inflexibilidad de la delegaci¨®n sovi¨¦tica para acordar una pr¨®rroga.