Las riquezas marinas dividen a EE UU y al Tercer Mundo
Estados Unidos podr¨ªa quedar marginado de la Conferencia sobre el Derecho del Mar, que se reanud¨® anoche en la ONU, si contin¨²an las divergencias entre Estados Unidos y los pa¨ªses del Tercer Mundo. Estos ¨²ltimos amenazan, incluso, con firmar el nuevo tratado que rija la explotaci¨®n de las riquezas de los fondos marinos, al margen de la postura final que adopte la Administraci¨®n Reagan.
Ocho a?os de deliberaciones, junto a un ¨²ltimo a?o de paralizaci¨®n debido a las diferencias entre Estados Unidos y los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, deber¨ªan concluir en los pr¨®ximos dos meses con la firma de un tratado internacional sobre el derecho del mar. Tal es el resultado que se espera en el momento de reemprender, en Naciones Unidas, la Conferencia sobre el Derecho del Mar.Niquel, cobre, cobalto y magnesio constituyen las principales reservas que se esperan obtener de la futura explotaci¨®n de los fondos marinos. ?C¨®mo regular su obtenci¨®n? ?C¨®mo distribuir sus beneficios? ?C¨®mo preservar los precios de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo con econom¨ªas basadas en la explotaci¨®n mineral? Tales son los principales puntos que centran la atenci¨®n del debate onuniano sobre el derecho del mar, en el que participa Espa?a.
B¨¢sicamente se enfrentan dos posiciones. La defendida por Estados Unidos, pa¨ªs que posiblemente cuenta con la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada para desarrollar t¨¦cnicas de miner¨ªa marina, y los pa¨ªses del denominado "grupo de los 77" que aglutina, en realidad, a 120 pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
James Malone, asistente del secretario de Estado norteamericano para asuntos internacionales oce¨¢nicos, cient¨ªficos y de medio ambiente present¨® ante el foro de Naciones Unidas, en Nueva York, un memor¨¢ndum que define la filosof¨ªa b¨¢sica de EE UU en el tema.
Washington explic¨®, concretamente, que desea un puesto "cualitativo" en el futuro consejo de 35 Estados miembros que deber¨¢ regular el derecho del mar. Propone una serie de mecanismos que tengan en cuenta los intereses de los pa¨ªses desarrollados a la hora de conceder licencias de exploraci¨®n y explotaci¨®n, incluyendo la posibilidad de veto en toda decisi¨®n del consejo.
Tambi¨¦n desea EE UU que no exista la obligaci¨®n de un trasvase tecnol¨®gico de los pa¨ªses industrializados hacia los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, en las t¨¦cnicas para explotaci¨®n de fondos marinos. Tampoco quiere comprometerse Washington a garantizar unos ingresos m¨ªnimos para los pa¨ªses del Tercer Mundo productores de minerales que, como Chile, Per¨², Zambia, Zaire, Colombia y otros, pueden ser los grandes perjudicados de las nuevas t¨¦cnicas de miner¨ªa marina.
'Grupo de los 77'
El grupo de los 77 discute la postura norteamericana proponiendo que el consejo que salga del tratado sobre el derecho del mar sea foro para una "autoridad internacional" que vele por un equitativo reparto de los beneficios que se obtengan de los futuros yacimientos marinos. Apuntan tambi¨¦n hacia una cooperaci¨®n tecnol¨®gica para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.A lo largo de un a?o, Estados Unidos intent¨® vincular a sus puntos de vista al resto de pa¨ªses occidentales industrializados, sin conseguirlo plenamente. Francia, Rep¨²blica Federal de Alemania y Jap¨®n, en especial, se mueven en una l¨ªnea intermedia entre los deseos de Washington y las aspiraciones del grupo de los 77 en esta conferencia del mar, presidida por Tommy Koh, de Singapur.
En un planeta donde las aguas cubren casi tres cuartos de su superficie, los intereses en juego en la Conferencia sobre el Derecho del Mar son a¨²n incalculables. Sin olvidar los estrat¨¦gico-militares, al tratarse de reservas de materiales a veces escasos en tierra firme.
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