El Papa reafirma el derecho de los trabajadores a sindicarse libremente

Juan Pablo II reafirm¨® ayer el derecho de los trabajadores a la libertad de asociaci¨®n, y subray¨® que los poderes p¨²blicos tienen el deber de proteger a los sindicatos con "sabias leyes" y la obligaci¨®n de ¨¦stos de "tener en cuenta las limitaciones impuestas por la situaci¨®n econ¨®mica global en beneficio del bien com¨²n de la naci¨®n".El Papa pronunci¨® este discurso en Livorno, ciudad que est¨¢ considerada como la m¨¢s roja de Italia por la implantaci¨®n que en ella tiene el Partido Comunista italiano (PCI).

Juan Pablo II habl¨® ante los 2.800 obreros de la filial de la empresa Solvay, con los que pas¨® la ma?ana del viernes, fiesta de San Jos¨¦

"He sido uno de los vuestros", les dijo, "y considero que es una gracia del Se?or que me haya permitido ser un obrero; as¨ª he podido conocer vuestra vida sencilla, dura, dif¨ªcil, digna de todo respeto e impregnada de una profunda humanidad".

Al llegar a la f¨¢brica, el Papa record¨®, su labor como obrero en Zakrowek, donde trabaj¨® en una mina y en una f¨¢brica.

Un trabajador le expres¨® la solidaridad de todos sus compa?eros hacia los obreros polacos, que "de la noche a la ma?ana se vieron privados de los derechos democr¨¢ticos m¨¢s elementales".

Una joven, Patricia Villani, de veintitr¨¦s a?os, agradeci¨® al Papa la publicaci¨®n de la enc¨ªclica, Laborem exercens, que, seg¨²n ella, reconoce "el justo papel de la mujer en la sociedad y en la familia".

Esta trabajadora tuvo el privilegio de ser la primera joven que ha almorzado con el Papa; se sent¨® a su izquierda. Juan Pablo Il comparti¨® en la cantina de la f¨¢brica una comida a base de sopa de pescado y pollo a la livornesa con los dirigentes y los trabajadores de la empresa.